De la edición Enero/Febrero 2020 de la revista Discernir

Cómo sanar un corazón roto

¿ Alguna vez ha sentido que se le rompe el corazón? ¿Se ha sentido desconsolado e inseguro de si podrá continuar? Estos son algunos consejos para sanar un corazón roto.

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Hoy en día, tener el corazón roto puede significar muchas cosas. Algunos usan esta frase con ligereza, pero puede describir un complejo estado emocional causado por eventos catastróficos.

Algunos ejemplos de noticias actuales acerca de corazones rotos son:

  • Un padre tiene el corazón roto por el asesinato de su hijo.
  • A una pareja se le rompió el corazón tras tener un aborto espontáneo y enterarse de que no pueden tener hijos.
  • Un país entero tiene el corazón roto por un gran ataque terrorista.
  • Los científicos han descubierto que un corazón roto causado por la muerte de un cónyuge puede ser fatal. Se le llama “síndrome del corazón roto” o “efecto viudez”.

¿Qué significa tener el corazón roto?

Tener el corazón roto es encontrarse en “un estado de extrema tristeza o depresión”. La causa más obvia es la muerte de un ser querido. Otra causa puede ser un divorcio, que se ha descrito como “la muerte que nunca termina”, o el fin de cualquier tipo de relación a largo plazo.

El abandono o traición de alguien de quien dependemos (un padre, amigo, hijo, etc.) también puede rompernos el corazón. En definitiva, el sentimiento siempre involucra algún tipo de pérdida —de compañía, independencia física o financiera, salud, movilidad, propósito o una vida.

Tal vez sea algo que le sucedió a usted o a alguien cercano. Pero cualquiera sea el caso, implica que las cosas ya no son como antes. Lo “normal” ha cambiado para siempre. Usted se siente exhausto, física, mental y emocionalmente. Está desgastado, agotado, desesperanzado. Tiene el corazón roto.

Escrituras acerca de un corazón roto

Dios se preocupa por quienes sufren de angustias emocionales, relaciones rotas y cualquier otra clase de tristeza profunda.Una famosa profecía bíblica dice que el Mesías fue enviado “a vendar a los quebrantados de corazón” (Isaías 61:1; Lucas 4:18). Dios se preocupa por quienes sufren de angustias emocionales, relaciones rotas y cualquier otra clase de tristeza profunda.

El propósito de este artículo es analizar cómo Él nos ayuda a sanar un corazón roto.

La palabra hebrea traducida como “quebrantado” en Isaías 61:1 “se usa comúnmente para describir una explosión o rompimiento”, al igual que un destrozo o una devastación. Y el término paralelo utilizado en Lucas 4:18 tiene un significado igual de intenso: “aplastar” o “romper en pedazos” (The Complete Word Study Bible Dictionary [Diccionario completo de palabras bíblicas]).

Es decir, la promesa mesiánica es que Jesucristo sanará a quienes se encuentren en “un estado de extrema tristeza o depresión”.

En Salmos 147:3, el salmista también escribió esta animadora descripción de Dios: “Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”.

(La Biblia también usa la imagen de un corazón roto o contrito para hablar del arrepentimiento, como se explica en nuestro artículo “¿Por qué Dios busca un corazón contrito y humillado?”. Pero el enfoque de este artículo es un corazón roto desde el punto de vista emocional.)

Ocho pasos para sanar un corazón roto

A continuación, veremos ocho pasos para recibir el consuelo de Jesucristo cuando tenemos el corazón roto:

1. Pregunte “¿por qué, Dios?”. Es natural que queramos saber por qué. En la Biblia encontrará respuestas a las grandes preguntas, como: ¿por qué parece que Dios se esconde? ¿Por qué permite el sufrimiento? ¿Por qué permitió que su ser querido muriera? ¿Por qué permite los desastres naturales, y las catástrofes del terrorismo y las guerras?

En la sección “¿Por qué permite Dios el sufrimiento?” de nuestro sitio web, también encontrará artículos acerca de todas estas preguntas. Las respuestas le proveerán un fundamento a partir del cual puede comenzar a sanar.

2. Evite pensar “¿De qué sirve?”. No se deje llevar por esta actitud ni conductas destructivas, como comer en exceso, abusar del alcohol, consumir drogas o permanecer ocioso. La amargura, o ira (el “lado ardiente” de la depresión), que siente debido a su situación pueden conducir a esto.

Un corazón roto nos cambia. Pero no tiene por qué ser algo destructivo, aunque durante un tiempo parezca que lo es.

Dios promete: “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado [roto] y humilde [deprimido] de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” (Isaías 57:15). Él puede ayudarle a no caer en el abismo de la autodestrucción; y si ya ha caído, puede ayudarle a salir. Nuestro artículo “Cinco enemigos de la esperanza” también puede servirle de apoyo.

3. Siga adelante. Decida no lamentarse para siempre. No estoy diciendo que “simplemente lo supere” o “no se lamente”. ¡Usted necesita lamentarse! Pero no se quede estancando, repasando las cosas que no puede cambiar. Desconfíe de cualquier consejo (incluso de personas bien intencionadas) que lo mantengan en el pasado.

El apóstol Pablo perdió su vida laboral, su posición social, el respeto de sus pares, y probablemente también a su esposa, pero decidió mantener un enfoque correcto: “una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).

La Biblia también dice: “Ustedes no han sufrido ninguna tentación [o prueba] que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir” (1 Corintios 10:13, Nueva Versión Internacional).

4. Ore. Y constantemente. Ésa es la clave para recibir la sanidad espiritual de Dios. Incluso las personas menos espirituales parecen recurrir a Él cuando su corazón se rompe. Y está bien.

Si nunca ha sabido cómo hablar con Dios, puede aprender ahora. Sólo abra su corazón sinceramente y sin reservas. Llore cuando necesite hacerlo. Nuestro artículo “Orar con el corazón” describe las oraciones de personajes bíblicos que necesitaban la ayuda de Dios desesperadamente.

5. Llene su mente con pasajes bíblicos de consuelo, ayuda, amor, fortaleza, esperanza y paz. Encontrará muchas escrituras como éstas en “Versículos inspiradores de la Biblia”. No se trata de “palabras místicas” con poderes de sanación que debe recitar una y otra vez. Pero, si usted las cree y hace lo que dicen, le ayudarán a encontrar el camino hacia la sanidad.

“Fíate del Eterno de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme al Eterno, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos” (Proverbios 3:5-8, énfasis añadido).

6. “En esto pensad”. Ése es el consejo del apóstol Pablo tras enumerar una serie de cosas positivas en Filipenses 4:8. La meditación cristiana consiste en pensar en el significado y la aplicación de la Palabra de Dios.

Un corazón roto es un asunto espiritual y requiere de ayuda espiritual. La meditación es la “medicina espiritual” que necesitamos, si seguimos con la analogía de la sanidad. Para profundizar en esto, consulte nuestros artículos “¿Qué es meditación?” y “Meditación cristiana”.

7. Descubra su propósito en la vida. Jesucristo les aconsejó a sus discípulos no preocuparse por su vida —qué comerían, qué beberían, qué vestirían. ¡Éstas son nuestras necesidades básicas! Pero su punto era que la vida se trata de mucho más que eso (vea Mateo 6:25).

Para quien sufre de un corazón roto, la pregunta es: “¿No es la vida más que el matrimonio? ¿Que la amistad? ¿Que una carrera? ¿Que la salud?”.

Intelectualmente, podemos responder “Sí, claro”. Pero emocionalmente, es mucho más difícil contestar con una afirmación.

Perder alguna de estas cosas puede ser devastador. Pero también puede llevarlo a seguir el consejo que Cristo dio al final de la discusión con sus discípulos: “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia”, y así “todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

El verdadero propósito de su vida no es tener las cosas que ha perdido. La razón de su existencia va mucho más allá de lo que puede imaginar. Descubra más en nuestro folleto El propósito de Dios para usted: ¿Cuál es la razón de su existencia?

8. Crea que lo mejor está por venir. Un mundo mejor se acerca. Y no es sólo una frase cliché. Es la esperanza a la que podemos aferrarnos cuando todo lo demás parece desmoronarse.

Por inspiración de Dios, Isaías profetizó que muy pronto “un rey reinará con rectitud y los gobernantes gobernarán con justicia. Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto” (Isaías 32:1-2, Nueva Versión Internacional).

Ese rey es Jesucristo, y el mundo que reinará será un mundo transformado. Un mundo lleno de vida, de familia, de salud, de esperanza. Nada de lo que experimentemos en esta vida —bueno o malo— se puede comparar con lo que vendrá.

Busque fortaleza en esta buena noticia. Nuestra publicación El Misterio del Reino le ayudará a encontrar esta promesa en las Escrituras.

Jesucristo verdaderamente sana a quienes tienen el corazón roto, y puede comenzar a sanar el suyo desde ahora.

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