Muchos creen que las enseñanzas del Nuevo Testamento anulan las festividades bíblicas. Pero Jesús guardó esos días. ¿Cuáles fueron las fiestas cristianas que la Iglesia primitiva guardó?
¿Cuáles fueron los días de fiesta que la Iglesia del Nuevo Testamento celebró? Para responder a esta pregunta, primero es necesario que analicemos los sucesos que rodearon los comienzos de la Iglesia del Nuevo Testamento tal como está registrado al final de los cuatro Evangelios y la introducción del libro de Hechos.
Cristo murió en la Pascua
Los cuatro Evangelios nos dicen que Jesucristo fue martirizado en el día de la Pascua, una fiesta de Dios (Levítico 23:4-5), y después fue resucitado milagrosamente, tres días y tres noches después, tal como él lo había profetizado (Mateo 12:39-40).
Durante el período de 40 días que siguió después, Jesús estuvo con los 11 discípulos que quedaban y con otros seguidores, hablándoles de las cosas relativas al Reino de Dios (Hechos 1:3). Todo esto era parte de la preparación para el comienzo de su Iglesia.
En el Día de Pentecostés la Iglesia fue fundada y el Espíritu Santo fue dado
Antes de la ascensión de Jesús al cielo (Hechos 1:9-11), Él les dijo que pronto recibirían el poder del Espíritu Santo (Hechos 1:4-8). Diez días después —50 días en total— todo esto ocurrió. Éste fue el comienzo real de la Iglesia del Nuevo Testamento, el día en que el Espíritu Santo vino a los apóstoles, tal como está descrito vívidamente en Hechos 2. Ese mismo día, más tarde, 3000 fueron bautizados y también recibieron el Espíritu Santo (Hechos 2:38-41).
Es interesante anotar que Dios escogió ese Día de Pentecostés (que significa literalmente “contar 50”; en otros pasajes es llamada “la fiesta de las semanas” —Levítico 23:15-21) como el momento para llenar a sus discípulos con el Espíritu Santo (Hechos 2:1-4), y así comenzar la Iglesia del Nuevo Testamento.
Algunos dirían que Él escogió este momento porque había muchas personas reunidas en Jerusalén, que llegaban de lejanas tierras para guardar la Fiesta de Pentecostés. Pero cuando una persona estudia las instrucciones bíblicas que Dios le había dado a Israel para guardar la Fiesta de Pentecostés, uno se da cuenta que las razones que Dios tenía, iban mucho más allá que escoger un día en el cual había tantas personas reunidas (vea: “El significado de las fiestas”: ¿Cuál es el significado de cada una de las fiestas de Dios?).
Pablo y Pentecostés
Algunos años después, el apóstol Pablo “se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible en Jerusalén” (Hechos 20:16): Él escribió a los corintios (alrededor de los años 55-67 d.C. —aproximadamente 25 años después del comienzo de la Iglesia del Nuevo Testamento), y afirmó que él se quedaría en Éfeso hasta Pentecostés (1 Corintios 16:8).
Las congregaciones en Corintio y Éfeso estaban conformadas básicamente por gentiles (no israelitas). ¿Por qué Pablo les diría en una ocasión que estaba apresurándose para ir a Jerusalén en Pentecostés, y en otra se quedó en Éfeso hasta Pentecostés, si ésta Fiesta de Dios, Pentecostés, si hubiera anulado?
La Fiesta de Panes Sin Levadura
Luego, tome nota de la descripción de la forma en que Pablo instruyó a los corintios a guardar la Fiesta de Panes Sin Levadura (ordenada en Levítico 23:6-7): “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad” (1 Corintios 5:7-8).
Tenga en cuenta que Pablo dijo “celebremos la fiesta”. Les estaba instruyendo acerca del por qué y cómo debían guardar estos siete días.
¿Por qué Pablo pudo haber afirmado estas cosas 25 años después de que Cristo crucificó lo que crucificó en su cruz, a menos que la Iglesia todavía siguiera guardando estos festivales cristianos? Más tarde en la misma epístola Pablo les dio pautas adicionales acerca de cómo guardar apropiadamente la Pascua (1 Corintios 11:17-34), recordándoles cómo Jesús había instruido a los apóstoles a guardar este mismo servicio como un memorial de su muerte sacrificial (Lucas 22:8-20).
Vemos entonces que hay muchos pasajes en el Nuevo Testamento acerca de la celebración de las fiestas de Dios. ¿Qué encontramos en las historias antiguas fuera de la Biblia?
La lucha de Polícrates por preservar la Pascua del Nuevo Testamento, Eusebio, el antiguo historiador de la iglesia Católica, ratifica que la Iglesia primitiva celebraba estas festividades. Eusebio vivió durante la época del Emperador Constantino en el año 300, y escribió en su libro Ecclesiastical History [Historia Eclesiástica] acerca de la Controversia Cuarto-Decimal, una controversia entre los que profesaban ser cristianos acerca de continuar guardando la Pascua del Señor en el día 14 del primer mes del calendario hebreo (de ahí el nombre “cuarto-decimal). Esta controversia se había notado en el año 150 y había llegado a su clímax con el papa Victor en el año 190.
Eusebio hace los siguientes comentarios acerca de un líder de la iglesia en Asia (Polícrates) quien defendió la celebración de la Pascua bíblica y los días de Panes Sin Levadura:
“En aquella época surgió algo importante. En todas las parroquias de Asia, y de una antigua tradición, que afirmaba que el catorce día de la luna, en el que los judíos tenían la orden de sacrificar el cordero, debía ser celebrado como la fiesta de la Pascua del Salvador…
Los sínodos y asambleas de obispos se reunieron para esto y todos, con el mismo sentir, por medio de correspondencia mutua, bosquejaron un decreto eclesiástico, que decía que el misterio de la resurrección del Señor debería ser celebrado en el día del Señor y ningún otro día, y que nosotros deberíamos observar el cierre del ayuno pascual en este día únicamente…
“Pero los obispos de Asia, guiados por Polícrates, decidieron retener la antigua costumbre que les llegó a ellos. Él mismo, en una carta dirigida a Victor (papa, 189-198 d.C.), y la iglesia de Roma, afirmó con las siguientes palabras la tradición que le había llegado a él: ‘observamos el día exacto; ni le agregamos ni le quitamos’. Porque en Asia han dormido [muerto] grandes luces, que resucitarán nuevamente en el día del Señor que vendrá, cuando él venga con toda gloria de los cielos y reúna a todos los santos”.
Polícrates luego hizo una lista de las personas notables de la Iglesia primitiva, incluyendo al apóstol Felipe, el apóstol Juan; Polícrates fue enseñado por el apóstol Juan y muchos otros que guardaban la Pascua bíblica.
“Todos estos guardaban la Pascua el día 14, de acuerdo con el Evangelio, sin desviarse en este aspecto, pero siguiendo la regla de la fe. Y yo también, Polícrates, el menor de ustedes, lo hago según la tradición de mis familiares, algunos de los cuales he seguido de cerca. Porque siete de mis parientes eran obispos, y yo soy el octavo. Y todos mis parientes guardaban el día en que todas las personas sacaban la levadura (una referencia a los días de Panes Sin Levadura]. Yo, por lo tanto, hermanos, que he vivido 65 años en el Señor, y me he reunido con hermanos en todo el mundo y he estudiado las Santas Escrituras, no siento temor por las palabras amenazantes. A aquellos más poderosos que yo, les he dicho: ‘es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres’” (Historia Eclesiástica, 3.23-25, énfasis añadido).
Al analizar la magnitud de las palabras de Polícrates —palabras escritas aproximadamente 160 años después de que comenzara la Iglesia del Nuevo Testamento. El luchó por seguir a su maestro Policarpo, que había sido enseñado por el apóstol Juan, quien murió cerca del fin del primer siglo. Y Juan, el que había descansado su cabeza en el regazo de Jesucristo, era aquél a “quien Jesús amaba” (Juan 13:23; 20:2; 21:20-25).
Otras festividades cristianas celebradas por la Iglesia primitiva
En el Nuevo Testamento se mencionan otras festividades de Dios. Lucas, al escribir acerca de los viajes de Pablo cuando estaba terminando el libro de los Hechos, se refiere al Día de Expiación (“el ayuno”), como algo que ya había ocurrido, haciendo notar que en ésa época del año (otoño), navegar en el Mar Mediterráneo era muy peligroso (Hechos 27:9; Levítico 23:26-32).
Además, Pablo dice lo siguiente, que es una referencia a su necesidad de guardar la Fiesta de Tabernáculos (Levítico 23:33-43; Juan 7:1-2, 8, 10, 14): “Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volverá a vosotros, si Dios quiere” (Hechos 18:21).
El sábado semanal
Finalmente, pero no por ser menos importante, está el sábado semanal, un día que también está en la lista que Dios hizo de sus fiestas (Levítico 23:1-3), y como uno de los 10 mandamientos (Éxodo 20:8-11). En Hechos vemos numerosas referencias a la Iglesia reuniéndose el sábado semanal.
Hechos 13:14 describe cómo Pablo fue a la sinagoga en Antioquia en el día sábado. Más tarde en este capítulo, Lucas describió el resultado de la predicación de Pablo y Bernabé el sábado: “Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas. Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios. El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios” (Hechos 13:42-44).
Otros pasajes que hacen referencia al sábado semanal son Hechos 16:13 y 18:4. El día sábado representa un momento (esa era su intención original y todavía lo es en la actualidad) para que la Iglesia se reúna para compartir, orar, cantar himnos y ser enseñados en la Palabra de Dios.
Todavía se celebra en la actualidad
¡La Iglesia del Nuevo Testamento guardaba las fiestas de Dios! La Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, sigue su ejemplo y los mandamientos bíblicos, celebrando también estas festividades cristianas. Estas celebraciones ordenadas tienen un gran, profundo y personal significado espiritual, y en ellas se revela mucho del plan de Dios para la humanidad. Lo animamos a que lea éstas verdades en su propia Biblia. Al fin y al cabo, si Dios ha apartado un tiempo santo para comunicarse con aquellos que lo aman, ¿quiere usted saber y entender?
Si desea más información acerca del significado bíblico de las fiestas de Dios, vea la sección “Cómo las fiestas santas de Dios nos revelan su plan de salvación” y “Las fiestas santas de Dios: esperanza para el futuro”.