El manejo del tiempo es un negocio en auge —todo el mundo quiere hacer más y controlar la pérdida de tiempo. Pero para los cristianos, la necesidad de manejar del tiempo es incluso más urgente.
A los filósofos y expertos en manejo del tiempo les encanta recordarnos que nuestro tiempo es nuestra vida. Lo que controla nuestro tiempo, controla nuestra vida.
En ocasiones, la mayoría de nosotros ha tenido que lidiar con algunos de estos sentimientos:
- “¡No puedo hacer todo lo que debería!”
- “Soy un esclavo del reloj —ni siquiera puedo tomar un respiro”.
- “Siempre estoy ocupado, pero siento que nunca hago las cosas importantes”.
- “Con tantas prioridades urgentes, es difícil decidir qué es lo próximo que debería hacer”.
- “Cuando tomo un día libre, el tiempo parece que se escapara de mis manos y siento que fue un día perdido”.
Nos enfrentamos a varios desafíos con el tiempo, pero generalmente tenemos el mismo deseo: utilizar nuestro tiempo de la mejor manera para poder cumplir con las cosas que pensamos son realmente importantes.
Lo que hace diferente al manejo del tiempo de un cristiano es la fuente de lo que consideramos nosotros importante. Esa fuente es Dios. Entonces un buen punto de partida es considerar como ve Dios el tiempo y que quiere Él que aprendamos del manejo del tiempo.
Como ve Dios el tiempo
Dios habita la eternidad (Isaías 57:15). Desde que creó el tiempo, la alucinante verdad es que Él ha estado siempre, ¡incluso antes de que existiera el tiempo!
Para tratar de ayudarnos a entender un poco la perspectiva de Dios, la Biblia dice: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro 3:8). Dios no está restringido por el tiempo.
Aunque Dios no esté controlado por el tiempo como lo estamos nosotros los seres humanos, Él hace un gran énfasis en él. Él siempre es puntual —Él siempre actúa en el momento preciso (aunque a nosotros nos parezca que tenemos que esperar mucho tiempo). También ha apartado determinados momentos que Él ha bendecido —para nuestro beneficio. Estos momentos están diseñados para enseñarnos lecciones importantes y para que Él nos revele su plan.
Dios nos dice que el sábado y los siete festivales anuales están apartados y son sus fiestas (Éxodo 20:8-11; Levítico 23:2-4; para más información acerca de estos momentos sagrados tan significativos, descargue nuestros folletos gratis El sábado: un regalo de Dios que hemos descuidado y Las fiestas santas de Dios: Él tiene plan para usted).
Dios creó el tiempo como una herramienta. Fuimos puestos en este universo de tiempo para aprender muchas lecciones y desarrollar el carácter de Dios. El manejo del tiempo de un cristiano significa utilizar el tiempo como Dios quiere que lo hagamos.
Que es lo que Dios quiere que aprendamos del manejo del tiempo
Dios quiere que nos convirtamos en sus hijos —¡que seamos como Él (Hebreos 2:10; 1 Juan 3:1-3)! Para ser como Dios, debemos aprender a tener sus prioridades. Tenemos que aprender a usar esas prioridades para elaborar un plan para mejorar nuestra vida y ajustarla con el plan de Dios. Y debemos poner en acción esos planes. Las prioridades y los planes de Dios siempre tienen resultados, y los nuestros también podrían tenerlos.
Prioridades
Dios nos revela lo que es realmente importante en la vida. Jesús, en el Sermón del Monte, dijo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
Para parecernos más a Dios, tenemos que aprender a tener sus prioridades. Debemos aprender a usar esas prioridades para hacer un plan para mejorar nuestra vida y alinearla con el plan de Dios. Y debemos poner esos planes en acción. Las prioridades y los planes de Dios siempre dan resultado, los nuestros también podrían resultar. El Reino de Dios es el gobierno perfecto de Dios, que va a traer paz y abundancia a la Tierra cuando Jesucristo regrese. Debemos prepararnos ahora para ese momento. Buscar la rectitud de Dios significa esforzarse por vivir de la manera correcta —obedecer las leyes benéficas de Dios que están basadas en su amor. (Estudie más acerca de estas prioridades en nuestro artículo “Buscad primero el Reino de Dios”).
El final de Mateo 6:33 nos revela una cosa increíble acerca de las prioridades de Dios. Si ponemos primero lo que Dios dice, ¡las otras cosas que necesitamos y queremos serán añadidas también! Pero si ponemos el dinero y las cosas materiales en un mismo nivel o un nivel más alto de prioridad que el Reino de Dios, a largo plazo no tendremos ninguno de los dos.
No podemos encargarnos de nuestro tiempo sin definir nuestras prioridades con claridad. Debemos agendar lo más importante primero, de lo contrario va a ser relegado por los cientos de cosas urgentes y continuas que nos resultan cada semana.
“Para dominar el manejo del tiempo es necesario establecer prioridades acerca de sus metas. Nunca hay tiempo suficiente para hacer todo, pero siempre hay tiempo suficiente para hacer lo que es importante”, dice el experto en liderazgo Lolly Daskal (Master Time Management From Inside Out [Domine el manejo del tiempo de adentro hacia afuera]).
Nuestras prioridades se vuelven más reales si las escribimos como si fueran metas y las organizamos por orden de importancia. Pero las metas pueden convertirse en un pensamiento como “algún día yo voy a” a no ser que demos el próximo paso. Debemos tener un plan para pasar de “algún día yo voy a” a llevarlo a cabo.
Planeación
La Biblia muestra a un Dios que planifica. Y Él quiere que nosotros también lo seamos. Necesitamos planes diarios, anuales y a largo plazo —y probablemente planes en medio de estos.
¿Por qué un plan? Lolly Daskal explica que planear nuestro tiempo “no se trata de llenar cada momento con trabajo pesado, sino de organizar nuestro tiempo con lo que es importante… planear como va a gastar su tiempo le permite trabajar de manera mucho más eficiente en lugar de hacerlo sobre la marcha. Lo que se planea sucede, porque la planeación lleva a la acción”.
Veamos la planeación en su nivel más inmediato. Basados en las prioridades de Dios, ¿Qué quiere que pongamos en nuestra agenda cada día?
- Planear tiempo para Dios. Esto incluye tiempo para orarle a Dios (estudie Salmos 55:17 y 1 Tesalonicenses 5:17, y nuestro artículo “Cómo debemos orar”). Él también quiere que estudiemos su Biblia todos los días, como hicieron los de Berea (vea Hechos 17:11 y nuestro artículo “Cómo estudiar la Biblia”).
- Planee tiempo para la familia y amigos. Las relaciones requieren de que nos comprometamos a compartir tiempo juntos. Por ejemplo, Dios le ordena a los padres pasar tiempo enseñándoles a sus hijos (Efesios 6:4; Deuteronomio 6:7).
- Planee tiempo para trabajar. El Cuarto Mandamiento nos dice que debemos trabajar durante los primeros seis días de la semana para que podamos obedecer el mandamiento de no trabajar en el séptimo día (Éxodo 20:8-11).
- Planee tiempo para la salud: tener una dieta balanceada, dormir lo suficiente y hacer ejercicio.
- Planee tiempo para las labores de la casa y su mantenimiento. (No sea como la persona mencionada en Proverbios 24:30-34.)
- Planee tiempo para aprender. La Biblia resalta la importancia de una vida de continuo aprendizaje: “Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo” (Proverbios 1:5).
- Planee tiempo para descansar y recrearse. En ocasiones, Jesús llevaba a sus discípulos lejos de las multitudes, para reducir el estrés y se renovaran (Marcos 6:31).
Las mejores prioridades y los mejores planes no sirven de nada si no se llevan a cabo.
Desempeño con urgencia y diligencia
Llevar a cabo nuestro programa planeado, requiere de motivación constante, enfoque y persistencia. Para decidir lo verdaderamente importante debemos actuar con sabiduría y no solo reaccionar a las cosas urgentes que se nos presentan.
Dios nos da algunos recordatorios y nos estimula para ayudarnos a ver la urgencia de llevar a cabo nuestros planes y prioridades.
Él nos exhorta a que contemos nuestros días —para darnos cuenta lo corta que es la vida y lo precioso que es cada día. Eso debería llevarnos a usar nuestro tiempo a plenitud. El apóstol Pablo nos exhorta “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:15-16).
Dios quiere que nos demos cuenta que cada minuto cuenta y que debe utilizarse a su manera. Dios es diligente, y quiere que nosotros aprendamos a serlo (vea “Diligencia: ¿por qué la valora tanto Dios?”) y no seamos perezosos (Proverbios 12:24, 27; 13:4).
Incluso Él quiere que utilicemos nuestro tiempo libre sabiamente. (Para ideas más específicas acerca de cómo evitar las trampas y utilizar adecuadamente el tiempo libre, vea nuestro artículo “¿Qué hace usted con todo su tiempo?”).
¡Ahora!
¡Leer este artículo y de pronto estar de acuerdo con algunas cosas, sin hacer nada al respeto después, no basta! Es necesario que empiece a organizar el tiempo en su agenda esta semana, para examinar sus prioridades y empezar a hacer un plan para sincronizar su manejo del tiempo con las prioridades de Dios.
Un buen punto para empezar es aprender acerca de la prioridad más importante. Lea hoy “Buscad primero el Reino de Dios”.