¿Es necesario actualizar o mantener los Diez Mandamientos? ¿Cómo se aplican hoy la letra y el espíritu de las antiguas leyes incluidas en los Diez Mandamientos?
¿Sigue vigente hoy la ley moral de Dios, representada por los Diez Mandamientos?
Quizás recuerde que en 2008 el arzobispo Gianfranco Girotti consideraba necesario actualizar los siete pecados capitales católicos. Según un informe de la BBC, él quería añadir a su nueva lista aspectos como la contaminación ambiental, la manipulación genética, la acumulación excesiva de riqueza, el narcotráfico y el consumo de drogas. (La lista anterior, que incluía la gula, la avaricia y la pereza, se remonta al papa Gregorio I en el año 590 d. C.).
¿Diez Mandamientos modernos?
¿Y qué hay de los Diez Mandamientos? Son mucho más antiguos. Dios se los dio a los hijos de Israel en el monte Sinaí hace unos 3.500 años, como se registra en Éxodo 20. De hecho, son aún más antiguos, considerando que Abraham obedeció los mandamientos de Dios cientos de años antes (Génesis 26:5).
Algunos se han arrogado el derecho de sugerir actualizaciones a la ley eterna de Dios. Por ejemplo, en 2016 la revista New Statesman publicó “Los Diez Mandamientos para la era moderna”. Entre ellos se incluyeron: “Cuida del resto de la creación”, “Tolera a los demás dioses”, “Sé bondadoso” y “No destruirás”. Algunos se basaban en principios bíblicos. Otros eran irreverentes y algo arrogantes.
Pero ¿alguna de estas listas modernas actualizadas resistirá el paso del tiempo? ¿Tiene alguna de ellas la fuerza de las Escrituras o el poder divino?
Para evaluar correctamente si los Diez Mandamientos necesitan ser actualizados o simplemente mejor comprendidos, debemos consultar la fuente original.
Lo que dice la Biblia acerca de los Diez Mandamientos
El Antiguo Testamento menciona los mandamientos 127 veces, a menudo con palabras elogiosas, como: “Y me regocijaré en tus mandamientos, los cuales he amado” (Salmos 119:47). Los beneficios de la obediencia y las consecuencias negativas de la desobediencia se presentan claramente a lo largo de la Ley, los Profetas y los Escritos que conforman el Antiguo Testamento.
Pero muchos se preguntan si hubo algún cambio al llegar al Nuevo Testamento. ¿Apoya el Nuevo Testamento los Diez Mandamientos?
Jesús y los Diez Mandamientos
¿Reemplazó o actualizó Jesucristo el Decálogo? ¿Necesita la ley moral de Dios una actualización hoy en día? ¿O acaso los Diez Mandamientos proporcionan principios fundamentales y atemporales que nos ayudan a conocer y elegir las acciones y pensamientos correctos, en lugar de las conductas y mentalidades erróneas?
¿Nos ayudan estos mandamientos a comprender cómo amar a nuestro prójimo y cómo amar a Dios, de la manera en que Él desea ser amado?
Jesús dijo que no vino a “abrogar la ley o los profetas”, lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento (Mateo 5:17-19). Él no anuló los Diez Mandamientos. Enseñó su aplicación espiritual más profunda.
Cristo reveló el propósito espiritual de los Diez Mandamientos. Los primeros cuatro nos enseñan cómo amar a Dios—y cómo quiere Él que le amemos—mientras que los últimos seis nos enseñan cómo amar a nuestro prójimo.
Cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más importante, resumió los Diez Mandamientos y toda la Biblia de esta manera: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y gran mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37-40).
Jesús mostró la intención espiritual de los Diez Mandamientos. Los primeros cuatro muestran cómo amar a Dios como Él desea ser amado. Los últimos seis muestran cómo amar a nuestro prójimo.
Jesús también dijo: “si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mateo 19:17). Cuando le preguntaron a cuáles mandamientos se refería, enumeró cinco de los Diez Mandamientos: no matar, no cometer adulterio, no robar ni dar falso testimonio, junto con el mandamiento de honrar al padre y a la madre. También añadió la frase resumen: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (vv. 18-19).
Los apóstoles y los Diez Mandamientos
El apóstol Pablo dijo: “De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno… Porque sabemos que la ley es espiritual” (Romanos 7:12, 14). ¿Cómo puede el hombre natural, carnal, aprender y obedecer esta ley santa y espiritual? Pablo demostró que esto sólo es posible mediante Jesucristo y siendo guiados por el Espíritu Santo (Romanos 7:25; 8:7-9, 14).
Jesucristo no sólo pagó la pena de muerte por nuestros pecados (Romanos 5:9; 6:23; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 1:18-19), sino que nos mostró el camino y nos ayuda a seguir el buen camino de Dios, un camino de amor. Debemos esforzarnos por cambiar, por caminar como Él camina y por amar como Él ama (1 Juan 2:6; Juan 13:34). Pablo muestra que la ley tiene como propósito enseñarnos a amar (Romanos 13:9-10). El amor es el propósito espiritual de la ley.
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El problema no es la ley, sino nuestra debilidad humana. Pero mediante el Espíritu Santo, Dios nos ayuda a superar ese obstáculo, grabando la ley en nuestros corazones y mentes, a medida que la estudiamos diligentemente y procuramos obedecerla (Hebreos 8:8-10). Éste es el corazón del Nuevo Pacto.
El espíritu de la ley
Tal como Jesús lo hizo en el Sermón del monte, Santiago también profundiza en el propósito espiritual de los Diez Mandamientos. Él llamó a la ley de Dios la ley real (Santiago 2:8). ¿Por qué es una “ley real”? Es la ley del Reino de Dios, y Jesucristo regresará como Rey de reyes en ese Reino (Apocalipsis 19:16).
Santiago también la llamó la ley perfecta de la libertad (Santiago 1:25; 2:12). Él compara la ley con un espejo (Santiago 1:23-25). Simplemente mirarse en el espejo —sólo conocer la ley perfecta de Dios— no es suficiente. Debemos recurrir a la ayuda de Dios para transformarnos y mostrar a los demás y a Dios el amor que la ley nos enseña.
Los Diez Mandamientos no son una carga
Algunos han visto la ley de Dios como una esclavitud, una pesada carga, y creen que Dios envió a Jesús para quitárnosla de encima. Pero la Biblia muestra claramente que la ley perfecta, eterna y espiritual de Dios es una ley de libertad. Consideremos estos pasajes bíblicos:
- Juan dijo: “sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3).
- El salmista escribió: “Bienaventurado el hombre que teme al Eterno, y en sus mandamientos se deleita en gran manera” (Salmos 112:1).
- Pablo escribió: “La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios” (1 Corintios 7:19).
¿Qué leyes fueron reemplazadas?
La circuncisión física no forma parte de los Diez Mandamientos y se muestra claramente en el Nuevo Testamento que fue reemplazada por la circuncisión espiritual: un cambio de corazón (Romanos 2:29). El libro de Hebreos muestra que los sacrificios y los rituales del templo fueron reemplazados por el sacrificio de Cristo. Estos, junto con la ley civil (las regulaciones específicas necesarias para gobernar a la nación de Israel), generalmente no pueden ni deben ser practicados por los cristianos hoy. Pero incluso estos nos brindan principios y lecciones que podemos aplicar hoy.
La ley espiritual eterna permanece como el marco para una vida moral y piadosa. Las leyes y los principios enseñados a lo largo de la Biblia son consistentes y aún guían al cristiano hoy.
¿Cuál era la verdadera esclavitud?
Jesucristo dejó claro cuál es la verdadera carga y esclavitud: la esclavitud del pecado. La verdad nos libera de la esclavitud del pecado (Juan 8:31-36).
La verdad de Dios se revela a lo largo de la Biblia, la cual Pablo explicó que fue “inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). Las Sagradas Escrituras (lo que llamamos el Antiguo Testamento) “te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (v. 15).
Entonces, ¿por qué parece que Pablo a veces menosprecia la ley? Algunos de estos pasajes requieren un estudio minucioso, pero la mayoría se aclaran al considerar algunos argumentos clave que Pablo presentaba:
- Los gentiles no tienen que convertirse al judaísmo (especialmente, circuncidarse) para ser cristianos.
- Ninguna cantidad de cumplimiento de la ley ahora puede borrar el pecado pasado ni pagar nuestra condena a muerte.
El apóstol Pedro reconoció los escritos de Pablo como Escritura, pero admitió que las epístolas de Pablo incluyen algunas cosas “difíciles de entender” (2 Pedro 3:16). Al examinar pasajes bíblicos difíciles de comprender, recordemos que Pablo también llamó a la ley santa, justa y buena (Romanos 7:12). Y dijo: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1-2).
Por lo tanto, sólo podemos ser reconciliados con Dios mediante el amoroso sacrificio de Jesucristo. Nada de lo que hagamos puede “ganar” el perdón. Pero después de ver cuán horrible es el pecado, cuán buenas y beneficiosas son las leyes de Dios, cuánto odia Dios el pecado y cuánto nos ama, la única respuesta correcta es hacer lo que Cristo le dijo a la mujer sorprendida en adulterio: “vete, y no peques más” (Juan 8:11).
El significado de los Diez Mandamientos hoy
Cada uno de los Diez Mandamientos tiene una aplicación clara que nunca ha cambiado. Por ejemplo, todavía no debemos hacer ídolos, matar, robar ni mentir.
El Nuevo Testamento arroja luz sobre el aspecto espiritual más profundo de estas leyes. Este espíritu de la ley siempre ha estado presente, pero Jesús enfatizó en la necesidad de comprender su intención y de ir más allá de su letra. Por ejemplo, profundizó en el sexto y séptimo mandamientos contra el asesinato y el adulterio en Mateo 5:21-30.
El sacrificio de Jesucristo también nos permitió comprender tanto la letra como el espíritu de los mandamientos, abriendo el camino al arrepentimiento, el perdón y el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38; Romanos 13:9-10, 14). Esto, a su vez, hace posible que la ley quede grabada en nuestros corazones y mentes:
“Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones” (Hebreos 10:16-17).
Para un estudio de la letra y el espíritu de cada uno de los Diez Mandamientos, consulte los artículos de la sección “Los Diez Mandamientos y el camino de vida de Dios”.
Los Diez Mandamientos en Apocalipsis: “los que guardan los mandamientos de Dios”
Los mandamientos de Dios eran importantes antes de Moisés, y siguieron siéndolo para Israel y para la Iglesia del Nuevo Testamento. Incluso se mencionan tres veces en el último libro profético de la Biblia. El apóstol Juan escribió acerca de las bendiciones para quienes obedecen los mandamientos de Dios en los últimos tiempos y más allá.
Apocalipsis 12 predice la persecución de la Iglesia (representada como una mujer y sus hijos) por el dragón, Satanás, en los últimos tiempos:
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (v. 17).
Incluso bajo la intensa persecución de un sistema opuesto a las leyes de Dios, el remanente de la Iglesia continuará obedeciendo los mandamientos.
Apocalipsis 14 también describe a los santos como aquellos que están del lado de Dios y que no aceptan la marca de la bestia:
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (v. 12).
Dios promete grandes bendiciones a quienes obedecen sus mandamientos y resisten a la bestia maligna hasta la muerte (v. 13).
Luego, en el último capítulo de la Biblia, se pronuncia otra bendición para quienes guardan los mandamientos:
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 22:14, Reina Valera Antigua).
Se promete vida eterna y comunión con Dios en la increíble Nueva Jerusalén a quienes guardan sus mandamientos. Éste es el plan de Dios: llegar a ser como Él, al interiorizar sus leyes y vivir para siempre como hijos suyos.
Descubre más acerca de los Diez Mandamientos
Los Diez Mandamientos son un maravilloso regalo de Dios, y cada uno merece ser estudiado y meditado. Le invitamos a leer los demás artículos de esta sección y a descargar nuestro folleto gratuito “Los Diez Mandamientos: Todavía importan”.
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