Hoy en día los valores morales cambian constantemente. Las opiniones acerca de lo que es correcto e incorrecto dividen a naciones y generaciones. ¿Existe una solución para la confusión moral?
Lo que se considera bueno y malo está cambiando a un ritmo impresionante. Durante gran parte de la historia, muchos valores sociales permanecieron más o menos estables de década en década y generación en generación. El homicidio, el robo y la mentira, por ejemplo, como regla general eran considerados malos por la mayoría.
Las normas ya no son normales
Pero hoy en día, los cambios producidos por la tecnología, los medios, el materialismo y la decadencia de la religión han acelerado las tendencias sociales en muchos lugares. Y este rápido ritmo de cambio ha conducido a un creciente desacuerdo acerca de cuáles deberían ser las normas de la sociedad.
Algunos anhelan el pasado, cuando parecía haber un consenso acerca de lo que era bueno y malo. Pero otros se preguntan si la historia debería ser nuestra guía moral, considerando los terribles males que ocurrieron en épocas anteriores. Cada grupo y generación ve las fallas morales del resto.
¿Por cuánto tiempo podemos funcionar si cada grupo siente la necesidad de oponerse y censurar los valores de otros e imponer sus propios valores a través de los medios, la educación y, en ocasiones, incluso la reeducación?
Dado que el secularismo ha remplazado a la religión como la fuerza dominante en el mundo occidental, es natural que cada persona se guíe por lo que siente que es correcto o incorrecto en determinada situación. Pero ¿puede sobrevivir una sociedad sin cohesión moral? ¿Por cuánto tiempo podemos funcionar si cada grupo siente la necesidad de oponerse y censurar los valores de otros e imponer sus propios valores a través de los medios, la educación y, en ocasiones, incluso la reeducación?
¿Tiene alguien la autoridad moral para imponer sus valores sobre otros? ¿Existe una brújula moral verdadera y confiable? Para responder estas preguntas, analicemos primero dónde ha estado la moralidad humana y hacia dónde se dirige.
¿Hubo habido otra época en que hayan coexistido tantas convicciones tan intensas en una misma sociedad?
“Cada uno hacía lo que bien le parecía”
Aunque nuestra situación no tiene precedentes en términos de velocidad y escala, en la historia encontramos algunos paralelos.
Por ejemplo, en el epílogo de uno de los libros más tristes de la Biblia, y en relación a uno de los incidentes más trágicos en la historia bíblica, encontramos el siguiente comentario: “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25).
El libro de Jueces incluye los relatos de un hombre que robó 1.100 piezas de plata, una tribu que creó su propia religión, los hombres de una ciudad que violaron en grupo a una mujer, quien luego murió y fue desmembrada por su esposo para enviar un siniestro mensaje y provocar un ataque a la ciudad donde todo ocurrió, y una nación que libró una devastadora guerra civil y luego aceptó el secuestro de jóvenes para que fueran esposas de los del grupo derrotado.
Las fallas morales se mezclaron con la indignación moral y casi produjeron una anarquía. Cuando cada uno hace lo que bien le parece, el resultado puede ser devastador.
Tendencias morales
¿Dónde nos encontramos ahora? Según una encuesta de la empresa de investigación Gallup, 53 por ciento de los estadounidenses está insatisfecho con el clima moral y ético del país, y otro 28 por ciento está más o menos insatisfecho.
Pero, estar de acuerdo en que las cosas están mal no es lo mismo que estar de acuerdo acerca de qué es lo malo exactamente.
El desacuerdo entre grupos conservadores (a menudo de más edad) y grupos liberales (a menudo más jóvenes) se vuelve cada vez más polémico. Aunque esto no significa necesariamente que los conservadores o las personas de más edad se aferren a los estándares bíblicos tradicionales. Sus valores también están cambiando.
“El cambio hacia actitudes más liberales en cuanto a varios temas sociales y morales ha ocurrido en todas las edades, no sólo entre los jóvenes”, dice Frank Newport, un experimentado científico de Gallup.
“Aún existen diferencias entre los grupos etarios, pero lo que hemos visto es una marea creciente que ha elevado a todas las naves de este mar de comportamiento moral”.
Para ilustrar cómo las mareas de lo moral han cambiado a través del tiempo, veamos un ejemplo de cambios dramáticos que han ocurrido en los últimos 50 años.
Ejemplo: actitudes acerca del sexo premarital
El sitio web Healthline informa:
La aceptación pública del sexo premarital se encuentra en su máximo histórico en los Estados Unidos, según un estudio de la Universidad de San Diego.
“Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de combinar los datos de la encuesta General Social Survey, [Encuesta social general], una investigación realizada entre 1972 y 2012 con 33.000 participantes estadounidenses.
“Los investigadores dijeron encontrar diferencias importantes en las actitudes con respecto al sexo entre diferentes generaciones.
“La mayor brecha ocurre entre la generación de la Segunda Guerra Mundial, nacida a principios de 1900, y sus hijos de la generación baby boomer, nacidos entre las décadas de 1940 y 1950. Sin embargo, también hay una diferencia notable entre los milennials, nacidos durante las dos décadas previas al año 2000, y sus padres…
“Según los investigadores, la encuesta nacional revela que la aceptación del sexo premarital se ha duplicado en los últimos 40 años.
“En la década de los setenta, 29 por ciento de los estadounidenses dijo que el sexo premarital voluntario entre dos adultos ‘no tenía nada de malo’. Ese porcentaje subió a 42 por ciento en las décadas de los ochenta y noventa. Luego aumentó a 49 en la década del 2000 y a 58 en el 2012”.
Aunque la aceptación continúa subiendo, las tendencias de actividad sexual no siempre siguen la misma curva. Según el artículo de Healthline, “El número de parejas sexuales que una persona tiene a lo largo de su vida alcanzó un máximo en la generación baby boomer. Los investigadores dicen que el promedio era de dos para la generación de la Segunda Guerra Mundial, casi 12 para los baby boomers, y poco más de ocho para los milennials”.
La aceptación de muchas formas de sexualidad ha seguido la tendencia de lo que ocurre con el sexo premarital. Gallup informa:
- La aceptación de la poligamia aumentó de 7 a 20 por ciento entre el 2003 y el 2020.
- La aceptación de las relaciones homosexuales aumentó de 40 a 66 por ciento entre el 2001 y el 2020.
- La aceptación de la pornografía aumentó de 30 a 36 por ciento entre el 2011 y el 2020.
Estas estadísticas no incluyen el adulterio. En el 2020, 86 por ciento de los estadounidenses dijeron que tener una aventura mientras se está casado es moralmente incorrecto, el mismo porcentaje que en el 2001.
¿Cómo se desarrollan y cambian los valores morales?
Es posible que nuestra conciencia tenga algunos aspectos genéticos, pero casi todos concuerdan en que es determinada por la familia y la sociedad.
La filósofa Patricia Churchland, autora de Conscience: The Origins of Moral Intuition [Conciencia: los orígenes de la intuición moral], traza la conciencia hacia el vínculo madre-hijo: “El apego genera empatía; la empatía genera conciencia” (2019, p. 49). Según la autora, la conciencia luego es reforzada por la sociedad e implica “la internalización de los estándares comunitarios” (p. 14).
A lo largo de la historia, las normas familiares y sociales han tendido a mantenerse estables y constantes. Pero esto no significa que las normas siempre sean correctas, consistentes o claras. A lo largo de la historia y a través de sociedades y culturas, las personas a menudo han tenido que enfrentar desafíos morales como:
- Mantener valores opuestos simultáneamente (la falta de lógica de la disonancia cognitiva).
- Enfrentar situaciones sin respuestas correctas, sólo menos malas (dilemas morales).
- El deseo de justificar una acción considerada incorrecta (compromiso moral).
Cuando hay tantos desacuerdos acerca de lo que está bien y mal, la ambigüedad moral se expande. Las personas parecen dejarse llevar por el deseo natural de hacer lo que se siente bien y parece correcto.
Todos estos desafíos se incrementan en un mundo con sistemas de valores opuestos y de rápido cambio cultural. Cuando hay tantos desacuerdos acerca de lo que está bien y mal, la ambigüedad moral se expande. Las personas parecen dejarse llevar por el deseo natural de hacer lo que se siente bien y parece correcto. La ética de situación y confusión moral producen personas sin rumbo y favorecen el conflicto en segmentos de la sociedad.
Si no sabemos hacia dónde vamos como individuos o sociedad, ¿cómo sabremos si hemos llegado? ¿Puede nuestra sociedad tener éxito sin una brújula moral compartida?
Resultados de las decisiones morales modernas y sociedades fracturadas
¿Ha visto alguna de las siguientes características en las redes sociales u otros campos de batalla cultural?
“Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3:2-5).
El apóstol Pablo predijo que estos serían síntomas de tiempos peligrosos. Y actualmente vemos estas características en todo el campo del mundo político. Atribuirse autoridad moral al expresar indignación por los errores de otros no esconde ni justifica las fallas morales de nadie.
Los ecos de la ira conducen a la división, la confusión y a sociedades desgarradas por la violencia y el odio. En incontables ocasiones, los gobiernos trabajan con dobles intenciones y cambian de rumbo repentinamente.
Nuestro mundo está a la deriva, golpeado por corrientes rivales y vientos fluctuantes de guerra cultural. Somos como los marineros en medio de la tormenta que describe el salmista:
“Suben a los cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal. Tiemblan y titubean como ebrios, y toda su ciencia es inútil” (Salmos 107:26-27).
¿Encontraremos el alivio que ellos encontraron?
“Entonces claman al Eterno en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban” (vv. 28-30).
En busca de una brújula moral
Nuestro tormentoso mundo necesita desesperadamente ser guiado a puerto seguro. Pero ¿existe alguna autoridad moral que pueda definir lo que es correcto e incorrecto sin que puedan refutarlo? ¿Existe una brújula moral que pueda siempre apuntar hacia el camino que trae los mayores beneficios para todos?
Si bien los seres humanos tendemos a hacer lo que nos parece bien, la Biblia nos advierte: “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16:25).
Algunos aspectos de lo moral no son evidentes y como consecuencia las personas llegan a conclusiones muy diversas. La verdad —el camino que realmente funciona— se nos debe revelar.
El Dios que nos creó y sabe lo que es mejor para nosotros dijo a través de Moisés:
“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames al Eterno tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y el Eterno tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella” (Deuteronomio 30:15-16).
¿Qué es el bien? El apóstol Pablo explica: “De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Romanos 7:12).
Quebrantar las leyes de Dios es malo y lo malo produce malos resultados; eventualmente, produce la muerte eterna. Por eso Dios nos advierte:
“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20).
Beneficios de la brújula moral de Dios
Por otro lado, Dios promete bendiciones para quienes eligen aceptar su definición de lo correcto e incorrecto:
“Fíate del Eterno de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme al Eterno, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos” (Proverbios 3:5-8).
Dios nos creó y creó los valores morales. Seguir su brújula moral conduce a la claridad, la paz y lo mejor para todos.
Sólo Él puede guiarnos al camino correcto que produce verdadera paz. Sólo Él puede sacarnos de la confusión y el conflicto moral.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino… Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” (Salmos 119:105; 165).
Piense, por ejemplo, en uno de los principales dilemas morales de la historia: la justicia.
Hoy en día, el deseo de obtener justicia enciende las pasiones de todos en el mundo. Dios es capaz de ver ambas caras de la moneda y administrar verdadera justicia, ¡con misericordia!
La culpa abunda dondequiera que miremos, pero afortunadamente, la justicia de Dios es moderada por su amorosa compasión y misericordia.
El camino de Dios produce verdadera justicia:
- “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto” (Deuteronomio 32:4).
- “Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo” (Amós 5:24).
- Descubra más acerca de su brújula moral en el folleto Los Diez Mandamientos: todavía importan.