La Biblia nos manda que recordemos el séptimo día. Pero ¿qué día es el séptimo día? ¿Acaso se ha perdido a través de los siglos?
El séptimo día de la semana, como se describe en la Biblia, es desde el atardecer del viernes hasta el atardecer del sábado por la noche. Este hecho es ampliamente entendido y aceptado, tanto por el judaísmo y por iglesias como los adventistas del séptimo día y varios grupos de la Iglesia de Dios, como también es reconocido por la Iglesia Católica Romana y eruditos religiosos de diferentes denominaciones.
El ciclo semanal se ha mantenido desde la semana de la creación hasta el presente. Dios reiteró la importancia del séptimo día haciendo a los israelitas el milagro del maná durante el Éxodo de Egipto (Éxodo 16:22-30), y Jesucristo confirmó que el ciclo se había mantenido ininterrumpido durante su ministerio, puesto que Él guardaba el mismo día que los judíos observaban.
En los casi los 2.000 años transcurridos desde entonces, los judíos han recordado y conmemorado fielmente el sábado del séptimo día en todas partes del mundo donde han estado dispersos.
No hay duda de que el sábado es el séptimo día bíblico.
ISO 8601
Pero están ocurriendo ciertos acontecimientos que harán que sea más difícil para las futuras generaciones reconocer que el sábado es el séptimo día de la semana. Por ejemplo, considere ISO 8601, que estandariza cómo las fechas son representadas y comunicadas por las computadoras.
Según el sitio web de la Organización Internacional de Normalización, “ISO 8601 describe una forma internacionalmente aceptada de representar fechas y horas utilizando números”.
Por supuesto, esto es necesario para permitir una comunicación clara. Como dice el sitio web de ISO, “Cuando las fechas se representan con números, se pueden interpretar de diferentes maneras. Por ejemplo, 01/05/12 podría significar el 5 de enero de 2012 o el 1 de mayo de 2012… ISO 8601 soluciona este dilema estableciendo una forma acordada internacionalmente de representar las fechas: AAAA-MM-DD”.
Todo eso es genial. Pero esta normalización también enumera las semanas del año, y para hacer eso, tuvieron que ponerse de acuerdo acerca de cuándo comenzar la semana. Y ellos eligieron el lunes. Por lo tanto, al usar este sistema, el sábado sería el sexto día de la semana, lo que no concuerda con la numeración bíblica.
Calendarios europeos
Además, muchos calendarios en Europa muestran el lunes como el primer día de la semana. Esto también hace que sea más confuso para los lectores de la Biblia en Europa reconocer el verdadero séptimo día de la semana.
¿Se ha perdido el tiempo a través de los siglos?
Pero muchos se preguntan, ¿por qué es esto importante? Algunos piensan que el ciclo semanal se perdió hace mucho tiempo, por lo que cualquier cambio que se hiciera en la actualidad, realmente no importaría.
Por ejemplo, algunos aluden a un evento milagroso registrado en el libro de Josué que creen habría interrumpido el ciclo semanal.
¿Qué ocurrió con el día largo de Josué?
Josué 10:13 registra un famoso milagro: “Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero”.
¿Podría este milagro haber cambiado el ciclo semanal? Un erudito bíblico lo explica de la siguiente manera: “El alargamiento milagroso del día que proporcionó a Josué y su ejército tiempo adicional para la destrucción total de los enemigos de Israel no interrumpió el ciclo de siete días porque no se ganó ni se perdió ningún nuevo día en el calendario. La única alteración fue la extensión del horario de un día” (Samuele Bacchiocchi, The Sabbath in the New Testament [El sábado en el Nuevo Testamento], pp. 147-148).
Jesucristo, el Señor del sábado, guardaba el mismo día de reposo que los judíos de su época guardaban. Esto confirma que nada había cambiado el ciclo semanal hasta ese momento. Y los judíos en la actualidad continúan observando el mismo sábado, como el séptimo día.
La definición bíblica de un día, es desde la puesta del sol hasta la siguiente puesta de sol, no un cierto número de horas o minutos. Por lo tanto, incluso un día largo se contaría sólo como un día. Y el Dios que realizó este milagro ciertamente podía asegurarse de que su pueblo pudiera saber cuándo era su sábado.
Además, como se mencionó al principio de este artículo, Jesucristo, el Señor del sábado (Marcos 2:28), guardaba el mismo día de reposo que los judíos de su época guardaban. Esto confirma que nada había cambiado el ciclo semanal hasta ese momento. Y los judíos en la actualidad continúan observando el mismo sábado, como el séptimo día.
Los judíos preservaron el conocimiento del séptimo día
El apóstol Pablo explicó que Dios había dado ciertas responsabilidades a los judíos. En Romanos 3:1-2 escribió: “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios”.
La palabra de Dios o los oráculos de Dios (como se traduce en otros idiomas), son traducidos del vocablo griego logia, que significa “palabras”, y que es una referencia a las Escrituras hebreas y arameas que conocemos como el Antiguo Testamento. Dios confió los escritos sagrados de los primeros dos tercios de la Biblia a los judíos, para que ellos los preservaran y los transmitieran a su pueblo a través de los siglos.
Parecería lógico concluir que, si Dios encomendó los escritos sagrados a los judíos, también confiaba en ellos para que organizaran y preservaran correctamente un calendario para que su pueblo obedeciera uno de los aspectos más importantes de su ley: la observancia del tiempo santo. Esto incluye el sábado semanal y los sábados anuales descritos en Levítico 23 que Jesús, los apóstoles y la Iglesia del Nuevo Testamento también observaban. (Para obtener más información acerca de los festivales anuales y su significado, consulte nuestro folleto Las fiestas santas de Dios: Él tiene un plan para usted.)
La historia y los nombres de los días ayudan a confirmar el sábado
En muchos idiomas europeos, los nombres de los días de la semana están directamente relacionados con nombres romanos, la mayoría de los cuales recibieron su nombre en honor a los dioses romanos.
El blog Oxford Words [El blog de palabras de Oxford] señala que el sábado en realidad tenía dos nombres: “Con el sábado, el latín clásico dies Saturnī (el día de Saturno) dio paso a la forma posterior dies Sabbati (el día sábado)”. Este último se ha transformado en el sábado español, el sabato italiano, el samedi francés e incluso el samstag alemán.
Esta etimología ratifica una vez más que el sábado es el séptimo día de la semana, el día de reposo.
Los católicos están de acuerdo
Sin embargo, la mayoría de las iglesias protestantes continúan observando el domingo, siguiendo la tradición milenaria de la Iglesia Católica. Ahora bien, la Iglesia Católica reconoce que el cambio del sábado al domingo no se originó en la Biblia. Ellos señalan que fue por autoridad de su iglesia, la Iglesia Católica, que este cambio fue hecho, y no por autoridad bíblica.
En su sección acerca de los “Diez Mandamientos”, The Catholic Encyclopedia [La enciclopedia católica] declara: “La Iglesia, por otra parte, después de cambiar el día de descanso del sábado judío, o el séptimo día de la semana, al primer día, hizo que el Tercer Mandamiento [nosotros lo contamos como el Cuarto] hiciera referencia al domingo como el día que debía guardarse santo como el Día del Señor”.
Usted puede leer más acerca de esto en nuestros artículos “¿Fue el sábado remplazado por el domingo?”, “¿Guardaron el domingo los cristianos del primer siglo?” y “¿Cómo y cuándo fue remplazado el sábado por el domingo como día de adoración?”.
El séptimo día de la Biblia continúa hasta hoy
El sábado bíblico, el séptimo día de la semana, continúa hasta hoy, y el conocimiento de qué día es, ha sido preservado por los judíos. El sábado nunca se ha perdido, sin embargo, la mayoría de las iglesias que se autodenominan cristianas en la actualidad, han pasado por alto o no han sabido comprender la importancia de este regalo de Dios.
Sin embargo, usted puede disfrutar de los beneficios y aprender las lecciones del santo sábado de Dios. Puede conmemorarlo y guardarlo santo tal como Dios lo ordenó. Si desea más información acerca del séptimo día, puede encontrarlo en nuestro folleto informativo y gratuito El sábado: un regalo de Dios que hemos descuidado.