Jesús dijo: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. ¿Es tan relevante el Antiguo Testamento como el Nuevo?
¿Podemos probar que Jesús se refería tanto a las Escrituras del Antiguo como del Nuevo Testamento, en Mateo 4:4? Muchos creen actualmente que no tenemos que seguir las instrucciones de Dios tal como están definidas en el Antiguo Testamento. Algunos aun creen que esta parte de la Biblia fue abrogada, o que ésta fue escrita y preservada solamente para Israel o el pueblo judío de antes. Por lo tanto, ellos creen que no tiene ninguna trascendencia para nosotros hoy. ¿Es el Antiguo Testamento relevante para nuestra vida?
¿Qué nos dicen las Escrituras?
Parte de nuestra fundación
Pablo explica cómo la Iglesia del Nuevo Testamento fue edificada sobre “el fundamento de los apóstoles [Nuevo Testamento] y profetas [Antiguo Testamento], siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20). Cristo fue enviado por Dios el Padre como mensajero del Nuevo Pacto—y sin embargo, Él predicó ese mensaje basado por completo en las Escrituras del Antiguo Testamento.
Y aun más, ¿cuáles Escrituras utilizó Cristo cuando predicó en la sinagoga? En Lucas 4:16-21 Cristo leyó del libro de Isaías, y Él explicó a los que estaban presentes que esa parte de esa profecía estaba siendo cumplida cuando Él les estaba hablando.
Durante varios años después de la crucifixión y resurrección de Jesucristo y el fundamento de la Iglesia del Nuevo Testamento, los ministros sólo utilizaban las Escrituras del Antiguo Testamento. Jesucristo predicó el evangelio del Reino de Dios, y Él lo hizo basado en el Antiguo Testamento.
Prueba de que Cristo fue el Mesías verdadero
¿Cómo podemos saber que Cristo es quién dijo que Él era—que prueba nos dio de esto? Una lectura cuidadosa de Juan 5:36-39 nos muestra a Cristo revelando varias pruebas importantes de que Él de hecho era el verdadero Mesías.
- Él dijo que Juan era testigo, pero que Él era una prueba más grande.
- Él señaló que el Padre representaba una prueba mayor.
- Él también afirmó que las obras que Él hacía eran testigos o pruebas.
- El concluyó diciéndoles que las “Escrituras” mismas daban testimonio—eran evidencia del hecho—de que Él era el Mesías.
Recuerde que las Escrituras del Antiguo Testamento—aquellas a las cuales se estaba refiriendo Cristo—eran las únicas Escrituras disponibles en aquélla época. El Antiguo Testamento era tan importante que nadie podría probar que Jesús de Nazaret era el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios, nuestro Salvador, sin utilizar el Antiguo Testamento.
Veamos la “señal” que Cristo les dio a aquellos que le pidieron una prueba de que Él era el Mesías. “Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo; Maestro, deseamos ver de ti señal. El respondió y les dijo: la generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:38-40).
Cristo les dijo directamente a aquellos que estaban pidiendo una prueba de que Él era el verdadero Mesías, que debían examinar los escritos del Antiguo Testamento del profeta Jonás, en lo concerniente a la duración del tiempo que Él estaría muerto.
La advertencia de Cristo acerca de creer en la Escrituras del Antiguo Testamento
Jesús también dijo a aquellos que le preguntaron acerca de su mesianismo, “No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creerías a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” (Juan 5:45-47).
Moisés escribió los cinco primeros libros del Antiguo Testamento—con frecuencia conocidos como “la Ley” o “Torá”. Cristo está señalándoles a aquellos que dudaban que si ellos no creían lo que Moisés había escrito, ellos no iban a creer lo que Él les estaba diciendo. Dicho en otras palabras, Cristo les estaba diciendo que lo que Moisés había escrito era parte de las Escrituras, y lo que Él les estaba diciendo también.
Mas aun, no sólo es necesario que creamos lo que Moisés escribió en los primeros cinco libros de la Biblia, sino que también debemos creer lo que escribieron todos los profetas, además de los Salmos y los otros escritos—todo el Antiguo Testamento.
Lucas registró lo que Cristo tuvo que decir acerca de la autenticidad el Antiguo Testamento: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:25-27).
Lucas añade, “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros; que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (v. 44). Con toda autoridad, Cristo les manifiesta su aprobación de toda la Escritura, mostrando de esta forma que el Antiguo Testamento sí es algo relevante.
Respaldo de Pablo al Antiguo Testamento
Pablo le recordó a su joven colega, Timoteo: “Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, la cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15).
¿Cuáles eran las Escrituras que Timoteo había conocido desde la niñez? Las Escrituras del Antiguo Testamento, eran las únicas Escrituras que Timoteo conocía.
Pablo continúa: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (v. 16). Es importante anotar que Pablo dijo: “Toda la Escritura”, no sólo el Nuevo Testamento.
Pedro, Felipe y Pablo predicaron a Cristo con base en el Antiguo Testamento
Pedro predicó un inspirado sermón en el Día de Pentecostés—en el comienzo de la Iglesia del Nuevo Testamento—y 3000 personas se convirtieron. Pedro predicó este sermón utilizando únicamente las Escrituras del Antiguo Testamento (Hechos 2:14-41).
¿Qué podemos decir del ejemplo de predicación de Felipe? Felipe sabía que Jesús era el Cristo por lo que él había leído en las Escrituras del Antiguo Testamento. Felipe le ayudó al etíope a entender lo que las Escrituras decían acerca de Cristo, basándose en el Antiguo Testamento (Hechos 8:26-35).
Pero algunos dirán: ¡”Usted no puede predicar a Cristo con base en el Antiguo Testamento!” ¿No puede? Felipe lo hizo, Pablo lo hizo, y como hemos visto, ¡Jesucristo también!
Hablando de la predicación de Pablo, veamos cómo utilizó el Antiguo Testamento: “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas” (Hechos 28:23).
Mateo e Isaías añaden algo más
Mateo dice algo interesante cuando registra la petición del rey Herodes, que les pregunta a los principales sacerdotes y escribas cuándo debía nacer Cristo. ¿Por qué Herodes haría semejante petición? ¿Acaso lo hizo porque sospechaba que esta información estaría registrada en una profecía de sus Escrituras—el Antiguo Testamento? Si fuera así, él estaba en lo correcto.
Veamos su respuesta a la pregunta de Herodes: “Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel” (Mateo 2:5; Miqueas 5:2).
El profeta Isaías nos dice que el Mesías nacería de una virgen y que sería llamado “Emmanuel” (Isaías 7:14). Esta profecía fue cumplida según lo que leemos en Mateo 1:22-23). Así que las Escrituras del Antiguo Testamento nos dan un detalle más acerca del nacimiento de Cristo.
Aun más, Isaías registró más profecías acerca de Cristo, y todas fueron cumplidas. Algunas de las profecías del libro de Isaías señalan una época en que el Mesías nacería y crecería. El profeta también explica cómo Jesús debía ser despreciado y rechazado, no reconocido como el rey poderoso y libertador. Nuevamente, encontramos la importancia del Antiguo Testamento, pues nos da más detalles acerca de la vida de Jesucristo (Isaías 53: 1-9).
Otros datos de interés
- El Nuevo Testamento cita el Antiguo Testamento más de 1000 ocasiones
- Los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) se refieren a Escrituras del Antiguo Testamento en un promedio de tres veces por capítulo.
- De los 39 libros del Antiguo Testamento, Cristo se refiere a 31 de ellos en el libro de Apocalipsis.
- En los 22 capítulos del libro de Apocalipsis, hay 228 referencias al Antiguo Testamento, un promedio de 10 veces por capítulo.
- Realmente, hay sólo cuatro libros del Nuevo Testamento que no tienen una cita directa del Antiguo Testamento: Filemón y 1, 2 y 3 de Juan.
El Nuevo Testamento está basado en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, ¿cómo podríamos entender el libro de Apocalipsis, sin las escrituras de los antiguos escritores y profetas como Daniel y otros?
Lo que Cristo quería decir fue lo que dijo
Por lo tanto, cuando Cristo le respondió a Satanás en Mateo 4:4, diciendo que debemos vivir “por toda palabra que sale de la boca de Dios”, eso era lo que quería decir exactamente. ¿Por qué es relevante el Antiguo Testamento? Porque cuando Cristo dijo: “toda palabra”, se refería tanto al Antiguo como al Nuevo Testamento—a la Biblia en su totalidad, no tan sólo a una parte de ella.