La historia de Ester pareciera tener la trama de una película, con una reina maravillosa que pone en peligro su vida con el fin de impedir un genocidio. ¿Qué lecciones espirituales podemos aprender de este libro?
¿Sabía usted que Ester es mencionada más veces en la Biblia que cualquier otra mujer? ¿Sabía usted que el libro del Antiguo Testamento que lleva su nombre no menciona ni una sola vez a Dios? ¿Qué lecciones podemos aprender hoy al estudiar este libro de esta sobresaliente mujer?
Contexto del libro de Ester
La historia de Ester ocurre en el Imperio Persa durante el reinado de Asuero, conocido mejor por la forma griega de su nombre, Jerjes I. Él era el hijo de Darío el Grande y reinó entre el 486-465 a.C. El reinó sobre un vasto imperio que se extendía desde la India hasta Etiopia (Ester 1:1).
Ester era descendiente de los judíos que habían sido llevados cautivos a Babilonia hacía cerca de 100 años. Hubo muchos judíos que no regresaron a Jerusalén cuando pudieron, prefiriendo vivir donde se habían establecido alrededor del Imperio Persa. Después de la muerte de los padres de Ester, ella fue criada por Mardoqueo, un primo mayor (Ester 2:7), que servía en el palacio del gobernante persa.
El autor del libro de Ester es desconocido, aunque algunos lo atribuyen a Mardoqueo.
La popularidad de la historia de Ester es muy grande. Veamos la descripción en el Megillot Cinco, un comentario judío publicado por Soncino Press: “Ester es, entre la generalidad de los judíos, el mejor conocido de todos los libros de la Biblia” (p. 193).
Hay muchas razones para esta popularidad. El libro de Ester es una historia apremiante, dramática e inspiradora, con héroes y villanos claramente definidos. También revela verdades espirituales profundas y permanentes acerca del poder que Dios tiene para liberarnos del peligro y la opresión, aun cuando los gobernantes déspotas planeen hacerle daño al pueblo de Dios. Aunque el nombre de Dios o una referencia directa a la Deidad no aparece en todo el libro, sin embargo, la presencia de Dios y la liberación de su pueblo se sienten claramente y están implícitas a lo largo de la historia.
Resumen de la historia
Capítulo 1 describe el escenario de la corte persa. El rey estaba ofendido porque su esposa la reina Vasti no quiso acudir a su llamado cuando él le ordenó hacerlo. En esos momentos se estaba realizando un gran banquete y todos estaban felices por el vino (Ester 1:10-11).
Cuando la reina no apareció, el rey consultó a sus consejeros, y la removió de su posición como reina. Luego ellos le aconsejaron que buscara una nueva reina, buscándola entre las vírgenes más hermosas de la nación. Luego el rey elegiría a alguien para que fuera su reina.
Capítulo 2 introduce a una de las mujeres elegidas para este concurso, una hermosa mujer judía llamada Hadasa. Su nombre fue cambiado por el de Ester, cuando fue llevada a la corte del rey.
Ester tenía un favor especial ante todos los que la veían, especialmente el rey (vv. 15-17). El rey eligió a Ester como su nueva reina, pero Mardoqueo le aconsejó que no revelara el hecho de que ella era judía, porque los judíos todavía eran vistos de una manera suspicaz en todo el Imperio Persa.
Poco después de que se convirtiera en reina, se registra un incidente que aparentemente no guarda ninguna relación con el relato, en Ester 2:21-23). Dos hombres hicieron un complot para matar al rey, pero Mardoqueo lo descubrió y le contó a Ester para que le dijera al rey. Los dos hombres fueron ahorcados, y el incidente fue registrado en los anales personales del rey. Este suceso tiene una gran incidencia en el resto de la historia.
Capítulo 3 introduce el personaje de Amán, el villano de la historia, quien se convirtió en el segundo al mando del Imperio. Era un hombre arrogante, que exigía que todos lo adoraran. Todos lo hicieron, excepto Mardoqueo (v. 2). Esto ofendió tanto a Amán que tuvo éxito al convencer al rey acerca de promulgar un edicto en el que se ordenara que todos los judíos de la nación deberían ser destruidos (vv. 8-15).
En el Capítulo 4 Mardoqueo le implora a Ester para que intervenga a favor de su pueblo o sino todos serían muertos. Ester le recordó a Mardoqueo que nadie podía venir a la presencia del rey sin ser llamado, ni siquiera la reina, sobre pena de muerte. La única excepción a esto sería que el rey tuviera misericordia y extendiera su cetro de oro (vv. 10-12).
Mardoqueo entonces pronunció la frase más famosa del libro: “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (4:14, énfasis añadido).
Ester entonces accedió a arriesgarse por su pueblo. Ella le pidió a Mardoqueo que hiciera que el pueblo ayunara por el éxito de su misión, y ella arriesgó su vida yendo delante del rey para pedir su ayuda (vv. 15-16).
Capítulo 5 nos dice que el rey no sólo extendió su cetro para salvar su vida, sino que además le prometió que le daría cualquier cosa que ella le pidiera, aun la mitad del reino (vv. 2-3). Ese día, ella invitó a un banquete al rey y a Amán. En el banquete, ella le dijo al rey que le informaría acerca de su petición en otro banquete al día siguiente, y nuevamente pidió que Amán fuera invitado para que escuchara su petición (vv. 7-8).
Capítulo 6 vuelve a traer a colación el incidente de la conspiración para matar al rey del capítulo 2. El rey no pudo dormir esa noche y pidió que le leyeran los registros. Pareciera que él sólo escuchó la parte acerca del complot para matarlo y cómo Mardoqueo salvó su vida. El preguntó qué se había hecho para recompensar a Mardoqueo. Sus siervos dijeron que no se había hecho nada.
El que estaba afuera para ver al rey esa mañana era el perverso Amán, quien estaba conspirando para matar a Mardoqueo. Así que cuando el rey llamó a Amán para que viniera, los dos hombres tenían planes absolutamente opuestos.
El rey le preguntó a Amán, qué debería hacerse con alguien que el rey quería honrar. Por supuesto, en su orgullo, Amán pensó que el rey estaba hablando de él. Entonces le dijo que esa persona debería ser tratada como alguien de la realeza y honrada con un alto oficial que fuera anunciando: “Así se hará al varón cuya honra desea el rey” (v. 9),
Imagínense la sorpresa de Amán cuando el rey le asignó este honor a su archienemigo Mardoqueo (vv. 10-12).
El Capítulo 7 hace un recuento de los eventos del segundo banquete que Ester había solicitado, dónde ella le haría conocer al rey su petición. Ella le reveló que había un plan para destruirla a ella y a su pueblo y luego, de una forma dramática denunció al autor: “Es este malvado Amán” (v. 6).
El rey quedó totalmente en shock y lleno de turbación por este giro en los acontecimientos, de tal forma que tuvo que salir de la habitación para calmarse. Pero cuando él regresó vio que “Amán había caído sobre el lecho en que estaba Ester”, para suplicarle por su vida (vv. 7-8). Entonces el rey acusó a Amán de tratar de violar a su esposa, la reina y ordenó que Amán fuera colgado en la horca que había hecho para matar a Mardoqueo (v. 10).
Capítulos 8 al 10, hacen un recuento del regocijo de los judíos por su liberación y la celebración que fue establecida para el día 14 del mes de adar para conmemorar ese gran acontecimiento. Desde entonces los judíos han celebrado este día como un día de gran liberación y es conocido como la Fiesta de Purim. Purim deriva su nombre de la palabra pur, que significa suerte, como en “echar suertes”. Amán había echado suertes para tratar de encontrar la mejor forma de destruir a los judíos (3:7).
Lecciones del libro de Ester
El libro de Ester tal vez no mencione directamente el nombre de Dios, pero su presencia es evidente en muchas formas a lo largo de la historia, especialmente cuando Ester imploró a las personas que buscaran ayuda por medio del ayuno (4:15-16). Los que estudian la Biblia saben que el ayuno era hecho para acercarse a Dios y estaba acompañado de oraciones con todo el corazón (Daniel 9:3; Hechos 14:23). Ester es claramente una historia de la intervención de Dios y su liberación.
Ester es además una historia inspiradora acerca de una mujer sobresaliente que estaba dispuesta a arriesgar su vida para salvar a su pueblo. Ella era una mujer de principios que estaba dispuesta a poner la vida de otras personas por encima de la suya propia. Ella era un ejemplo sobresaliente de servicio a otros aun en medio de las circunstancias más estresantes. Jesucristo dijo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).
La mayoría del tiempo nuestra vida parece transcurrir en medio de la rutina, pero todos tenemos unos pocos momentos definitivos cuando tal vez seamos llamados para poner los principios de Dios por encima de nuestro beneficio personal. ¿Qué hará usted en medio de estos momentos definitivos en su vida? ¿Qué hará cuando tenga que afrontar “esta hora”? ¿Escogerá usted hacer lo correcto, a pesar de que esto implique hacer a un lado su beneficio personal?
Ester nos mostró a todos el camino, y podemos ser inspirados por su ejemplo.
Si desea conocer más ejemplos inspiradores, vea la sección “Mujeres de fe”, en este sitio.