El libro de Rut cuenta la conmovedora historia de amor y devoción de un antepasado de David y Jesucristo. También nos recuerda acerca de lo que es realmente importante para Dios.
La historia de Rut ofrece lecciones valiosas para todas las generaciones, y ha tenido prácticamente aceptación universal de parte de los eruditos y críticos de la Biblia a través de los siglos. Todos se han sido atraídos por el mensaje universal de fe, sacrificio personal, y un profundo entendimiento acerca de las dificultades de la vida y la felicidad humana.
¿Qué es lo que posee este libro que ha inspirado a tantas personas a través de la historia? Examinemos más de cerca las páginas de este libro, y veamos las lecciones que podemos aprender de esta notable mujer y su relevancia a través de las edades.
Antecedentes históricos del libro de Rut
Los estudiosos más conservadores están de acuerdo en que probablemente Samuel es el autor de Rut. Muchos acontecimientos nombrados en el libro ocurrieron durante el periodo los jueces de Israel (Rut 1:1), probablemente en el siglo XII a.C., quizás 50 a 100 años antes del nacimiento de David. Este fue un periodo de gran inestabilidad y con muchos problemas en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía (Jueces 21:25).
El escenario del libro es la cosecha de cebada de la primavera, y por lo tanto está asociada con la fiesta de Pentecostés, la cual representa la cosecha temprana. Rut es uno de los cinco rollos, o libros que se leen en los festivales más importantes, también conocidos como el Megilloth, en la sección de los Escritos en el Antiguo Testamento. (Los otros rollos de los festivales son Cantar de los Cantares, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester).
A pesar de los conflictos, maldad, falta de leyes y justicia durante la mayor parte del período de los jueces, la historia de Rut nos muestra como Dios otorga su guía y bendiciones aún en tiempos difíciles. Rut, así como lo vamos a ver, dedicó su vida a ayudar a otros; y como resultado, Dios la bendijo por su fidelidad.
Resumen del libro de Rut
1:1-5: Elimelec y su familia van a Moab.
1:6-22: Al quedar viuda, Noemí y su nuera regresan a Belén.
2: Rut gana la admiración y protección de Booz.
3: Rut le pide a Booz que la redima.
4: Booz acepta y se casa con Rut; ellos se convierten en los antepasados de David y Jesucristo.
Citas del libro de Rut
Antes de estudiar la historia, consideremos algunos comentarios acerca del impacto que este libro ha tenido a través de los años.
Un comentario judío, The Five Megilloth, [Los cinco Megilloth], dijo acerca de Rut: “En estilo es incomparable: refrescante, simple y elegante. El hechizo del libro es totalmente irresistible, debido a la heroína que lleva su nombre, y el mayor encanto de Rut es su amor altruista y devoción, demostrando así todo lo que es bueno en el mundo físico y espiritual” (Dr. A. Cohen, p. 36).
El poeta alemán Goethe lo describió así: “es el libro corto más bello que se haya escrito” (citado por Leon Morris en Judges and Ruth [Jueces y Rut], p. 242).
Alexander Schroder, un crítico literario, dijo: “Ningún poeta en el mundo ha escrito una historia corta tan bella” (citado por C.F. Keil and Franz Delitzsch en Biblical Commentary on the Old Testament: Joshua, Judges, Ruth, [Comentario bíblico del Antiguo Testamento: Josué, Jueces, Rut] p. 466).
Examinemos ahora la historia de Rut, y veamos porque ha recibido comentarios tan positivos.
Un resumen de la historia de Rut
Un hombre de Belén llamado Elimelec tuvo que dejar su hogar debido a la hambruna que acosaba la tierra, y se fue a vivir a la tierra de Moab con su esposa Noemí, y sus dos hijos. Él murió, y después sus dos hijos se casaron con mujeres moabitas, Orfa y Rut. Después de 10 años los dos hijos también murieron, dejando así a Noemí y a sus dos nueras como viudas.
Naomi se enteró de que la hambruna en Judá había terminado, y decidió regresar a Belén. Ella rogó a sus dos nueras que se quedaran en Moab, y que encontraran esposos entre su propio pueblo. Orfa finalmente decidió quedarse, pero Rut estaba resuelta a acompañar a Noemí. Nuevamente Noemí le rogó que regresara con su gente y con sus dioses.
Probablemente Noemí había sido fiel a Dios mientras vivía entre los moabitas paganos, y su ejemplo de fidelidad a Dios tuvo un impacto profundo en Rut. Rut escogió ser leal y bondadosa con su suegra, y a comprometerse con su Dios —el verdadero Dios.
Así leemos como Rut respondió a Noemí con las líneas más famosas de este libro: “No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga el Eterno, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos” (Rut 1:16-17).
Las dos mujeres llegaron a Belén justo a tiempo para la cosecha temprana de primavera. Rut inmediatamente se fue a trabajar a los campos para poder proveer alimento para ella y su suegra. Mientras trabajaba en los campos, un terrateniente rico llamado Booz se fijó en ella, y resultó también ser pariente de la familia del esposo de Noemí.
Booz estaba profundamente impresionado por la devoción y dedicación que demostraba esta joven viuda que trabajaba en sus campos, y acercándose a ella se presentó a sí mismo. Él le dijo:
“He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. El Eterno recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte del Eterno Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte” (Rut 2:11-12).
La relación entre ellos creció, y Dios utilizó a Booz para cumplir estas bendiciones como el redentor (lo que es un prototipo del Mesías como Redentor). Después de cumplir algunos de los requisitos de la antigua ley referente a las viudas y herencia, Booz y Rut se casaron.
A veces podemos pensar que Dios sólo se fija en la gente importante de este mundo, pero la historia de Rut nos demuestra lo contrario. Dios no se deja impresionar por nuestras riquezas, fama o poder. Él se agrada de la excelencia de nuestro carácter.
Este matrimonio fue uno de los más significativos en la historia judía porque el bisnieto de Booz y Rut fue el rey más famoso y amado de Israel, el rey David (Rut 4:21-22). Esto también implica que Rut fue parte de la línea genealógica de Jesucristo, el Mesías (Mateo 1:1, 5).
Lecciones de Rut para todas las generaciones
1. Dios se fija en las personas de carácter justo.
La presencia de Dios en el libro de Rut se puede sentir en el encuentro “casual” de Booz y Rut. ¿Fue realmente coincidencia que ella fuera a trabajar a los campos de Booz? ¿Fue sólo una casualidad el hecho que Booz la viera, y posteriormente descubriera que él era pariente de la familia de Noemí? ¿Fueron realmente todos los eventos que llevaron al matrimonio de ellos pura coincidencia?
Es claro para todos los que han estudiado de cerca los eventos de este libro, que Dios se complació con el carácter de esta devota y fiel joven viuda, quien estaba dispuesta a sacrificar sus propias necesidades e intereses personales por las necesidades de los demás. La mano invisible de Dios estaba trabajando para que todas estas cosas fueran para bien, especialmente cuando consideramos que el rey David y Jesucristo fueron descendientes de esta mujer tan especial.
Esta historia verdaderamente confirma la verdad bíblica escrita por el profeta Isaías, que Dios mira a aquellos que son pobres y contritos de espíritu, y tiemblan ante su Palabra (Isaías 66:2).
En medio de todo lo que estaba pasando en el mundo en el siglo XII a.C., nuestro gran Dios se fijó en esta joven viuda que trabajaba en los campos. A veces podemos pensar que Dios sólo se fija en la gente importante de este mundo, pero la historia de Rut nos demuestra lo contrario. Dios no se deja impresionar por nuestras riquezas, fama o poder. Él se agrada de la excelencia de nuestro carácter.
De la misma manera en que Dios le dijo a Samuel cuando buscaba un rey para ungir, “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque el Eterno no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Eterno mira el corazón” (1 Samuel 16:7). En este caso, Dios guió a Samuel a encontrar a David, el bisnieto de Rut, quien era un hombre conforme al corazón de Dios.
2. Todo lo que es bueno y valioso en nuestra vida llegará si somos pacientes y nos comprometemos a hacer lo que es correcto ante los ojos de Dios.
Rut era una viuda, una extranjera en la tierra de Judá, que tuvo que laborar duramente en un trabajo humilde para poder ganarse el pan para ella y su suegra. Cuando Rut escogió hacer lo justo, ayudando y apoyando a Noemí en vez de tratar de satisfacer sus propios intereses, Dios derramó sus bendiciones sobre ella.
En esta sociedad donde se busca gratificación instantánea, es importante recordar esta lección de gran valor acerca de la verdadera felicidad y satisfacción personal. El apóstol Pablo ratificó esta idea cuando escribió que Dios “pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad” (Romanos 2:6-7, énfasis añadido).
Pablo también escribió, “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9, énfasis añadido). Tal vez en esta vida no recibamos la plenitud de las bendiciones de Dios, pero la gloria final que Dios ha preparado para nosotros va mucho más allá de lo que podamos imaginar humanamente (1 Corintios 2:9).
Conclusión final
En estos momentos, en hogares de personas que parecieran no tener tanta importancia, que viven y llegan al final de su vida sin mucha atención pública, Dios puede estar trabajando con ellos moldeando la historia futura de este mundo. Dios mira el interior de todas las personas. A Él no le interesa que tan grande sea su cuenta de banco, popularidad, autoridad o intelecto, sino que se fija en el carácter de las personas, de la misma manera en que se fijó en Rut.
Esta es una gran lección que podemos aprender de esta excepcional mujer. Lea el libro de Rut. Trate de imitar su conducta. Encuentre verdadero significado en su vida.
Lea más acerca de “Rut”, y su ejemplo de fidelidad en nuestra serie de artículos “Mujeres de fe”.