Seis libros históricos están incluidos en la sección de los Profetas de la Biblia hebrea. Las lecciones de las profecías cumplidas en estos Profetas Anteriores siguen estando vigentes actualmente.
La sección de los Profetas en las Escrituras hebreas (el Antiguo Testamento) está dividida de la siguiente manera:
- Profetas Anteriores: Josué, Jueces, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes y 2 Reyes.
- Profetas Posteriores: Isaías, Jeremías, Ezequiel (también está dentro de los Profetas Mayores) y los 12 Profetas Menores.
Es necesario anotar que aunque los libros de Ruth, 1 Crónicas y 2 Crónicas están agrupados dentro de los Profetas Anteriores en las Biblias en español, no fueron incluidos dentro de la sección de los Profetas en el orden hebreo. Éstos están en la sección de Escritos.
Resumen de los Profetas Anteriores
Los escritores William LaSor, David Hubbard y Frederic Bush exponen en su introducción a los Profetas Anteriores:
“Los libros llamados ‘Ley’ (o Pentateuco) llevan consigo el relato de las acciones de Dios desde la creación hasta la frontera de la Tierra Prometida. Esa historia continúa en la segunda división principal de la Biblia hebrea: los ‘Profetas’, que a su vez se divide en ‘Profetas Anteriores’ y ‘Pprofetas Posteriores’. Los Profetas Anteriores constan de cuatro libros: Josué, Jueces, Samuel (que más adelante se dividió en 1 y 2 de Samuel) y Reyes (que más adelante se dividió en 1 y 2 de Reyes). Su registro de actividad divina abarca casi siete siglos, desde el llamamiento de Josué hasta la liberación de Joaquín” (Resumen del Antiguo Testamento, p.131).
¿Por qué Josué, Jueces, Samuel y Reyes están incluidos en la sección de los Profetas?
¿Por qué están agrupados estos libros históricos con los de los Profetas? Algunas posibles razones serían:
- Como herramientas de enseñanza: el apóstol Pablo expresó que los eventos del Antiguo Testamento fueron registrados como lecciones esenciales para las generaciones venideras (1 Corintios 10:11-12; Romanos 15:4).
- Para mostrar las profecías cumplidas: en la sección de la Ley, los israelitas fueron advertidos constantemente que si no obedecían a Dios y a su camino de vida, sufrirían terribles castigos, incluyendo cautividad nacional y deprivación. Veamos el ejemplo de la última advertencia que Moisés le dio a la nación justo antes de su muerte (Deuteronomio 31:24-30; 32:29).
Desafortunadamente estas predicciones se cumplieron cuando los israelitas estaban con vida. Si tan solo las naciones que actualmente profesan la fe cristiana no cometieran los mismos errores —¡y sufrieran la misma suerte!
Resumen de Josué
El libro de Josué comprende todas las proezas que los israelitas y su líder Josué llevaron a cabo mientras cruzaron el rio Jordán y empezaron la conquista de la tierra de Canaán.
El pueblo hizo un pacto con Dios mientras acampaba en Gilgal, de ahí en adelante el libro describe la conquista de Canaán y la repartición de la Tierra Prometida entre las tribus. El libro termina con una exhortación de Josué antes de morir.
Resumen de Jueces
El libro de Jueces comienza con la muerte de Josué (Jueces1:1) a la edad de 110 años, aproximadamente 25 años después de haber entrado en la Tierra Prometida. Después de ese momento Israel empezó su declive hacia la idolatría y al pecado. “Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales” (Jueces 2:11). Como consecuencia, Dios permitió que vecinos hostiles invadieran y saquearan la tierra. Cuando el pueblo clamó a Dios, Él erigió jueces para que los liberaran.
Este círculo vicioso continúo aproximadamente durante 350 años: Israel se rebelaba, y Dios permitía que un rey enemigo los conquistara. Ellos clamaban a Dios, y Él elegía jueces para que los liberaran. Años más tarde, este escenario se repetía.
Lecciones:
· El libro de Jueces muestra que la existencia nacional de Israel dependía de su obediencia a Dios.
· Sin un liderazgo de acuerdo a Dios, la gente enfrenta los asuntos por su propia cuenta, lo que los lleva a la anarquía y a la confusión. Este principio esta resumido de manera concisa en Jueces 21:25, “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”.
Resumen de 1 y 2 de Samuel
Inicialmente 1 y 2 Samuel eran un solo libro. Relataban la monarquía que se había establecido en Israel. La historia comienza cuando termina Jueces, y Samuel empata el período de los jueces con la monarquía.
Samuel fue uno de los grandes personajes del Antiguo Testamento después de Moisés, y juega un papel muy importante en estos libros. Desempeña el papel de sacerdote, profeta y juez (1 Samuel 1:7). Él era un levita, descendiente de Coré (1 Crónicas 6:16; 22-28), un líder temeroso de Dios, que fue un instrumento para la formación del futuro de Israel. Samuel fue el que anunció la elección de Saúl como primer rey de Israel por parte de Dios (1 Samuel 10:17-21), y también ungió a David como sucesor de Saúl (1 Samuel 16:4, 13).
La mayoría de la narrativa de los libros 1y 2 de Samuel se enfoca en la vida de Saúl y luego de David, y el sorprendente contraste entre los dos.
Resumen de 1 y 2 de Reyes
Reyes también era originalmente un solo libro, aunque haya sido divido en 1 y 2 de Reyes en las Biblias en español. Estos libros continúan la historia de Israel desde la llegada de Salomón al trono de David su padre, hasta la división del reino 40 años más tarde. Esto fue seguido por una rivalidad constante entre los reinos del norte y del sur de Israel y Judá. Esto continuó hasta que el reino del norte fue absorbido por el Imperio Asirio cuando Samaria cayó en el 722-721 a.C.
El reino del sur de Judá sobrevivió durante otro siglo, hasta que su rechazo a Dios trajo su caída. Fueron derrotados por el poderío del Imperio Babilónico y fueron exiliados a Babilonia. Dios estaba tan enfadado con Israel y Judá por su continuo rechazo a sus leyes que los expulsó de su presencia (2 Reyes 24:20).
Los libros de 1 y 2 de Reyes presentan dos de los profetas más conocidos y dinámicos del Antiguo Testamento, Elías y su sucesor Eliseo. Dios llevó a cabo milagros increíbles a través de estos dos individuos. Ellos demostraron cómo el bien puede triunfar sobre el mal. Los ejemplos de muchos reyes malos y sólo unos pocos buenos también demuestran cómo la suerte de una nación está fuertemente ligada a un liderazgo de acuerdo a Dios y a la sumisión a Él y a sus leyes.
Lecciones para hoy
¿Por qué tanta gente en la actualidad no toma la Biblia en serio? Incluso aquellos que profesan la fe cristiana ignoran o pasan por alto que Dios pretende que la Biblia sea el manual para nuestro viaje a través de la vida. Nuestro Creador no sólo nos creó, Él nos dio pautas y directrices para enfrentar las alegrías, adversidades, frustraciones, desánimos, abundancia y pobreza en la vida.
La advertencia final de Moisés antes de su muerte fue muy clara: “Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra. Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos del Eterno, enojándole con la obra de vuestras manos” (Deuteronomio 31:28-29).
Trágicamente, este círculo del pecado y sus consecuencias ocurrió durante el tiempo de los Profetas Anteriores, repitiéndose una y otra vez en la historia de las naciones de Israel y de Judá.
Y hoy en día, el mundo está expresando cada vez más dudas fundamentales acerca de la Biblia y ha rechazado su autoridad sobre su vida. Una vez más, todos buscan hacer “lo que bien les parecía” (Jueces 21:25). Probablemente, sin darse cuenta, lo que están rechazando realmente es el conocimiento, la verdad y el entendimiento del propósito de la vida inspirado por la misma mente de Dios su Creador. El resultado va a ser el mismo que tuvo el antiguo Israel, ya que Dios es “el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8).
Cada uno de nosotros debe poner la palabra de Dios —la Biblia— a prueba (1 Tesalonicenses 5:21) para que podamos decir con absoluta fe y confianza: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
Si desea saber más acerca de cómo estudiar la Biblia de manera efectiva y practicar lo que ésta enseña, vea la sección “Los beneficios prácticos e invaluables del estudio de la Biblia”.