A espada perecerán
Entonces Jesús dijo: Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que tomen espada a espada perecerán.
Jesús, después de celebrar la Pascua del Nuevo Testamento junto con sus discípulos, continuó enseñándoles y cumpliendo las profecías relativas a su último día. Él les recordó que cuando los había enviado sin dinero o equipaje, no tuvieron necesidad de nada (Lucas 22:35). Dios los había provisto de todo.
Pero ahora, Él tenía instrucciones diferentes para lo que iban a hacer a continuación:
“Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una. Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento” (Lucas 22:36-37; citando de Isaías 53:12).
Para cumplir la profecía de Isaías, Jesús debía sufrir cómo si fuera un criminal. Los discípulos no entendían a cabalidad, pero le dijeron a Jesús que tenían dos espadas y Él les contestó: “Basta” (Lucas 22:38). Jesús no pretendía que ellos pelearan con los soldados ni que usaran sus espadas —eran más un apoyo para la tragedia que se avecinaba esa noche.
Pero Pedro, impulsivo como solía ser: “tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco” (Juan 18:10). Jesús le dijo a Pedro que guardara su espada y le curó la oreja al siervo (Juan 18:11; Lucas 22:51).
Jesús, incluso en medio de este terrible momento, continuó con su enseñanza. Él no quería que sus seguidores usaran sus espadas ni que murieran a espada.
Él no necesitaba que pelearan por Él: “¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?” (Mateo 26:53-54).
Si usted desea aprender más acerca de Jesucristo, lo invitamos a ver la sección “¿Quién es Jesús?”. Para más información acerca de las profecías de la primera venida de Jesús, lo invitamos a leer “Profecías cumplidas, evidencia de la existencia de Dios”.
