Alabad al Eterno
Entonces, en aquel día, David comenzó a aclamar al Eterno por mano de Asaf y de sus hermanos: Alabad al Eterno, invocad su nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras. Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.
El rey David era un compositor consagrado, ¡pero su fervor para adorar a Dios era aún más grande! Él reconocía y meditaba en las maravillas de la creación de Dios y su asombrosa intervención en las vidas de su pueblo.
El cantico de 1 Crónicas 16 conmemora la llegada del Arca del Pacto a Jerusalén, y este cántico también está en tres Salmos diferentes: Salmos 96:1-12; 105:1-15; y 106:1, 47-48.
Para más información acerca de los antecedentes de los Salmos, lo invitamos a leer “El libro de Salmos” y “Cantos de alabanza”. Para más información acerca de la grandeza de Dios, lo invitamos a ver “¿Quién es Dios?”.
