por Manuel Iturra

Ésta es la primera vez que la Escritura menciona una “ofrenda” (un regalo a Dios como parte de adoración formal por seres humanos). Como veremos, este relato hace un contraste entre las ofrendas de los dos hermanos, Caín y Abel, y la reacción de Dios ante cada uno.

Este versículo indica que su adoración no fue aleatoria, sino que se llevó a cabo en un tiempo específico —“aconteció andando el tiempo”. Esto también puede ser traducido “al final de los días”, lo cual podría implicar el final de la semana, el final del año o el final de la cosecha. Los comentaristas especulan de maneras diferentes acerca de lo que este “proceso de tiempo” representaba. Muchos comentaristas creen que esto se refiere a un sacrificio formal que ocurría en el sábado semanal.

Es probable que Dios hubiera enseñado a esta primera familia muchas cosas que no están registradas en la Biblia. Ellos habrían estado apercibidos de los principios básicos de su ley. Ya que “pecado es la transgresión de la ley” (1 Juan 3:4) y Romanos 4:15 enseña que “donde no hay ley, tampoco hay transgresión”, la primer familia debe haber entendido la ley al menos en su forma básica. La Biblia revela que no puede haber pecado sin ley. Ya que ellos trajeron sus ofrendas a Dios, podemos suponer que Dios instruyó a los primeros seres humanos acerca de cómo presentar ofrendas y por qué éstas eran necesarias.

Caín trajo una “ofrenda del fruto de la tierra”, lo cual tiene sentido ya que él era un agricultor (Génesis 4:2). Aunque nosotros veremos que hubo un problema con la ofrenda de Caín, ésta no estuvo mal únicamente porque la ofrenda era de la tierra y no del rebaño. Dios claramente prescribió ofrendas agrícolas en el sistema de sacrificios que Él le dio más tarde al antiguo Israel (Levítico 2:1-16).

También debemos considerar las dos razones principales por las que ofrendas físicas eran traídas a Dios en el Antiguo Testamento:

1. Para dar gracias a Dios por sus bendiciones y para pedir sus bendiciones.

2. Para hacer expiación y reconocer ante Dios los pecados personales (ver Comentario de la Biblia de Adam Clarke, nota sobre Génesis 4:3).

Hubo algo acerca de la ofrenda de Caín que no estaba bien y que desagradó a Dios. También es interesante anotar que después de haber sido echados del huerto, la primera familia no rechazó totalmente al Dios verdadero. Por acontecimientos de los cuales leeremos más adelante, a diferencia del justo Abel (Mateo 23:35), aparentemente los demás integrantes de la familia practicaron una forma de adoración a Dios por medio de estos sacrificios, pero continuaron pecando a medida que formularon sus propios caminos de vida, ignorando a menudo la guía de Dios.

Si usted desea saber más acerca del sistema formal de ofrendas que Dios más tarde le dio al antiguo Israel, lea nuestro artículo sobre Levítico.