Causa y efecto en la profecía

Deuteronomio 28:1, 15  

“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz del Eterno tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Eterno tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra…” Pero acontecerá, si no oyeres la voz del Eterno tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

La profecía bíblica, y la Biblia en conjunto, nos enseña el principio de causa y efecto. Obedecer las leyes de Dios finalmente conduce a bendiciones maravillosas.

Desobedecer —pecar— conduce finalmente a horribles maldiciones que se describen en Deuteronomio 28.

Este es un principio seguro y cierto —las consecuencias de nuestras acciones, físicas y espirituales son predecibles.

Entonces, ¿por qué la humanidad olvida tan fácilmente esta inevitable verdad? Porque bajo la influencia de Satanás, hemos aprendido a posponer algunas de las malas consecuencias y Satanás ha utilizado su enorme poder de engaño para hacer ver las cosas malas como buenas y las buenas como malas. Él nos engaña haciéndonos pensar que existen atajos —que podemos escapar de las consecuencias.

Pero Dios quiere que pensemos a largo plazo —que veamos a través del engaño hasta la realidad final. Él nos da sus leyes y la profecía bíblica para que podamos ver lo que genera sufrimiento y lo que va a traer gozo y alegría realmente. ¡Escoja la vida!

Para más información acerca de causa y efecto, lo invitamos a leer nuestro artículo “¿Por qué nuestro mundo actual está bajo maldiciones antiguas?”. Para más información acerca de los propósitos de la profecía bíblica, lo invitamos a ver “Propósito de la profecía”.

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