Cómo no ayunar
“¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto”.
A través de Isaías, Dios contestó los argumentos de los que parecían religiosos pero pensaban que Dios demoraba su respuesta. Ellos pensaban que al ayunar, ellos ganaban puntos con Dios y que Él debía hacer todo lo que ellos pidieran.
Pero Dios muestra que nosotros podemos ayunar con motivos, actitudes y acciones erróneos. Tratar de exhibirse ante los hombres o ante Dios no trae el resultado deseado de humildad, arrepentimiento y cambio. Es hipocresía sentirse más religioso por ayunar, pero a la vez no cambiar o no sentir compasión por los empleados, por nuestras familias y por la gente sin casa y hambrienta. Cuando nosotros sentimos hambre, debemos querer ayudar a los pobres, no explotarlos.
Para más información acerca del ayuno, vea nuestro artículo “¿Qué es el ayuno?”.