Cómo no orar
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
En este capítulo Santiago corrige los deseos egoístas y las acciones malas que esos deseos producen. Tratar egoístamente de obtener cosas para nosotros mismos puede conducir de la codicia a los pleitos y aún al homicidio y a la guerra. Y aun así las personas no obtienen lo que ellos quieren, dice Santiago, “porque no pedís” (Santiago 4:2).
Desde luego, Santiago sabía que algunos de sus lectores responderían automáticamente, “¡Qué quieres decir con no pedís! ¡Nosotros le pedimos a Dios todo el tiempo las cosas que queremos! ¿Entonces por qué Dios no responde?” El versículo 3 es la respuesta de Santiago a esta objeción esperada.
Dios no quiere que oremos con una lista de “peticiones” egoístas. Pedir así es pedir por razones egoístas —no buscando la voluntad de Dios, la cual verdaderamente es lo mejor para nosotros a largo plazo. Buscar egoístamente nuestros deleites ahora es como tener una vista corta.
En lugar de ello nuestras oraciones deben basarse en los motivos y prioridades correctos, tales como las descritas en Mateo 6:33. Jesús dijo que nosotros debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y entonces las otras cosas que necesitamos “[nos] serán añadidas”.
Si desea más información acerca de las prioridades y dónde debemos enfocarnos, lea nuestro artículo “Buscad primero el Reino de Dios”.