Debido al quebrantamiento del sábado
“También les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría entre las naciones, y que los dispersaría por las tierras, porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos”.
Cuando Dios rescató a Israel de la esclavitud en Egipto, les recordó su sábado a través del milagro del maná, aún antes de que les diera las tablas de piedra inscritas con los Diez Mandamientos (Éxodo 16:4-5, 22-31). Pero desde el principio algunos de ellos profanaron el sábado de Dios, y aquí Ezequiel relata que ellos continuaron profanando los sábados semanales y anuales.
En Levítico 26 y Deuteronomio 28 Dios enseñó el principio de causa y efecto. Él prometió bendiciones por la obediencia y advirtió de las maldiciones que vendrían debido a la desobediencia a sus mandamientos, incluyendo el mandamiento del sábado.
Durante siglos Él dio pacientemente a su pueblo advertencias y oportunidades adicionales para arrepentirse, pero finalmente los esparció entre los gentiles. Primero las diez tribus del norte de la casa de Israel fueron deportadas por los asirios, después durante el tiempo de Ezequiel las tribus del sur de la casa de Judá fueron tomadas cautivas por los babilonios.
El principio de causa y efecto de Dios está todavía activo. Quebrantar sus mandamientos incluyendo el no recordar santificar su sábado todavía hará que finalmente vengan maldiciones. El mensaje de Ezequiel permanece como advertencia a nosotros en el siglo XXI.
Muchos hoy en día están confundidos acerca de lo que la Biblia enseña del sábado y acerca de cuál día es éste. Para más información acerca de este tema, lea nuestro artículo “¿Fue el sábado reemplazado por el domingo?”