Dios cambió de parecer
Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
Al arrepentirse, no sólo los habitantes de Nínive hicieron algo que no es muy común en la historia de la Biblia, Dios también hizo algo y eso enfadó mucho a Jonás. Dios cambió de parecer y no destruyó a Nínive, que era lo que Jonás creía que merecía esa ciudad. Dios permitió que pasaran los 40 días sin destruirla.
Dios nos dice que Él no cambia (Malaquías 3:6). Sus leyes y su justicia no varían ni son inconstantes. De hecho, esta “profecía fallida” nos permite ver uno de los propósitos de la profecía. En muchas ocasiones las profecías declaran que Dios da unas advertencias porque Él quiere que las personas se arrepientan y cambien, aunque algunas veces esto no esté explícito.
Dios quiere extender su misericordia y mostrar su amor. Jonás no deseaba tanto ver cómo Dios perdonaba a los brutales asirios, que eventualmente iban a esclavizar a su pueblo. Pero el libro de Jonás muestra en qué punto los pensamientos de Jonás diferían de los de Dios. Dios quiere que nosotros aprendamos a ser misericordiosos y seamos como Él es.
Para más información acerca de la historia de Jonás y las lecciones que nos enseña, lo invitamos a leer nuestros artículos “Jonás” y “Propósito de la profecía”.
