Dios peleará nuestras batallas
Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está el Eterno nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.
El temible ejército asirio había invadido el Medio Oriente y había llevado cautivo el reino del norte de Israel. El rey Senaquerib ahora estaba amenazando a Judá y a Jerusalén.
Ezequías preparó a su nación físicamente (2 Crónicas 32:2-6) pero se esforzó mucho más por prepararla espiritualmente. Animó a las personas para que vieran las cosas desde la perspectiva de Dios. Él les dijo: “Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él” (v. 7).
Esto nos recuerda lo que Eliseo le dijo a su criado cuando estaban rodeados por el ejército sirio. Entonces Eliseo oró y el joven pudo ver que el ejército espiritual de Dios era mucho más numeroso que el enemigo (2 Reyes 6:16-17).
Dios protegió a Ezequías y a Judá. “Y el Eterno envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria” (2 Crónicas 32:21).
Los brazos del ser humano carnal, no son contrincantes para Dios. Dios quiere que confiemos y tengamos fe en Él. Cuando Él pelea por nosotros, como lo hizo por Eliseo y Ezequías, estamos a salvo.
Para más información acerca de la fe que Dios quiere que tengamos, lo invitamos a ver nuestra sección “La fe: creer y agradar a Dios”.
