El sábado: una señal del pueblo de Dios
Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.
Escuche el episodio de "Versículo a Versículo" que cubre esta escritura.
Este es uno de los muchos pasajes que conectan el ejemplo de Dios de descansar en el séptimo día con el mandamiento para observar el sábado. Dios estableció el sábado como una señal y pacto perpetuo con su pueblo.
Los versículos 13 y 14 dan más antecedentes. Dios dijo: “En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy el Eterno que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciera obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo”.
Dios los llama “mis sábados”. Y otros pasajes muestran que Dios espera que aquellos que no son israelitas (gentiles) también recuerden sus sábados (Isaías 56:1-6). El Nuevo Testamento explica que Jesucristo es el Señor del sábado y que queda todavía un descanso de sábado para el pueblo de Dios (Marcos 2:27-28 y Hebreos 4:9.)
Si usted desea más información acerca del sábado, vea nuestro artículo titulado "¿Es el sábado una señal del pueblo de Dios?".