por Mike Bennett

Si usted piensa que lo sabe todo, no tendrá ningún incentivo para aprender más. Si usted piensa que usted es recto, no tendrá razón para cambiar. Pero la persona verdaderamente sabia reconoce lo mucho que tiene que aprender y se da cuenta de lo mucho que tiene por mejorar. La sabiduría que proviene de Dios no es orgullosa, sino humilde y se deja enseñar.

Los sabios también han desarrollado habilidades para escuchar y aprender, lo cual les hace más fácil crecer en conocimiento.

Para más información acerca de la sabiduría, vea nuestro artículo acerca del libro de “Proverbios”.