En el principio, parte 1: Lo que esto implica

Génesis 1:1, parte 1  

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

La creencia de que Dios creó todo lo que existe se ha convertido en algo controversial en el mundo en que vivimos. La prevalencia de la teoría de la evolución darvinista ha hecho que muchos profesen el ateísmo o el agnosticismo. Pero la Biblia hace una audaz afirmación en su frase de apertura: los cielos (las galaxias del espacio y nuestra atmosfera) y la tierra llegaron a existir en un momento específico (“en el principio”) y por un Ser específico (“Dios”).

No, las galaxias del vasto dominio espacial no se originaron por medio de una explosión incontrolada de materia densa y caliente. No, la vida humana no evolucionó a partir de una mezcla de químicos en un caldo primigenio que evolucionó gradualmente hasta convertirse en organismos vivos y complejos. Esas ideas son teorías hechas por el hombre que ignoran algunos de los principios más básicos de la ciencia, incluyendo la tercera ley de movimiento de Newton. Esta ley declara que por cada acción, hay una reacción igual y opuesta en dirección. En términos simples, algo tiene que ser la causa que provee la energía para que ocurra cualquier movimiento o acción.

Y esto es exactamente lo que la Biblia nos dice en su frase de apertura: Hay un Dios —un Ser Supremo— y Él es la causa de todo lo que existe. Esta verdad sumamente básica no es tan sólo una idea. Implica algo que todos necesitamos entender. Esta implicación (la cual puede cambiar su vida si usted la acepta) se encuentra en el contundente argumento que el apóstol Pablo presentó a los filósofos en Atenas: “Y de una sangre [Dios] ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra” (Hechos 17:26, énfasis agregado).

Pablo recalca la verdad básica de Génesis que Dios es la causa de la creación. Pero Pablo no se detiene allí. Él agrega una implicación vital en el versículo 27: “Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle”.

Buscar a Dios no significa solamente una aceptación académica de la realidad de su existencia. Buscar a Dios significa investigar, aceptar y adoptar sus estándares de vida en la vida de uno. Esto es algo lógico: Dios nos creó a todos nosotros y tiene el derecho de decirnos cómo vivir la vida que Él nos dio.

¿Entonces a dónde va usted para “buscar a Dios”? Dios proveyó un manual de instrucciones (la Biblia) que contiene sus estándares para la vida humana. (Un buen lugar para empezar es leer el meollo de su ley —los Diez Mandamientos— en Éxodo 20.) El propósito de este sitio de Internet es ayudarle a entender el manual de instrucciones de Dios —la Santa Biblia.

Génesis 1:1 es una escritura increíble, y nos enseña mucho más acerca del Dios que nos creó que lo que hemos cubierto en este comentario. Lea mañana la parte 2 de este blog sobre este increíble versículo.

Lectura recomendada: Job 38 y Romanos 1.

Para aprender más acerca de cómo probar la existencia de Dios, lea “Pruebas de la existencia de Dios”.

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