Estamos atribulados
Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.
El apóstol Pablo le mencionó a los corintios la increíble gloria de Dios que él tuvo el privilegio de predicar, pero él reconoció que él mismo había sido hecho de barro y temporal. Así el poder y la gloria son de Dios, no del mensajero humano (2 Corintios 4:6-7).
Como siervo de Dios, Pablo soportó pruebas severas, pero él no estaba sin esperanza ya que él sabía que Dios no nos desamparará. Pablo fue literalmente abatido y tenido por muerto en Listra, pero Dios salvó su vida.
El ejemplo de Pablo y las promesas de Dios nos ayudan a ver que no importa cuán oscuras y difíciles sean nuestras pruebas, Dios nos salvará.
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