Evitemos ayunar como los hipócritas
“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en los secreto te recompensará en público”.
Al igual que sucede con muchas cosas, la herramienta espiritual del ayuno puede ser mal usada. El uso apropiado del ayuno nos hará humildes (Salmo 35:13), pero Jesucristo nos advirtió en contra de usar el ayuno para alimentar nuestro orgullo —hacer que la gente tenga un concepto más alto de nosotros. “¡Caray, él está ayunando otra vez —él debe ser muy justo y cercano a Dios!” es la clase de reacción que estos hipócritas querían.
Pero Jesús enseñó que ayunar es una herramienta personal para el crecimiento espiritual. Aunque hay ocasiones como el Día de Expiación en que la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial, ayuna como una comunidad, la mayoría de los ayunos son privados y en ese sentido “secretos” ante los demás.
Un comentarista escribió, “La vida interna siempre debe ser una negación de sí mismo, pero nosotros debemos venir al mundo con una sonrisa y un cántico, y con la cabeza ungida, y la cara lavada” (G. Campbell Morgan, El Evangelio de acuerdo a Mateo). Ser un cristiano es escoger con humildad dar a otros como Cristo dio, no tratar de manipularlos para obtener honor para nosotros mismos.
Para más información acerca de evitar la hipocresía, vea nuestro artículo “El fariseo y el publicano”.