Horadaron mis manos y mis pies
Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; entre tanto, ellos me miran y me observan. Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Por inspiración de Dios, David describió su propio sufrimiento para describir el sufrimiento literal que Jesucristo experimentaría. “Horadaron mis manos y mis pies” fue cumplido en la crucifixión conforme Él fue clavado en la cruz.
Los soldados romanos que crucificaron a Jesús cumplieron directamente el versículo 18 al dividir su ropa entre ellos cuatro, y al decidir echar suertes por su túnica en lugar de romperla (Juan 19:23-24).
Si usted desea más información acerca del increíble sacrificio de Cristo, vea nuestro artículos titulados “La Pascua: ¿Qué hizo Jesús por usted?”, “La crucifixión de Jesucristo” y “El sacrificio de Jesús”.