La señal de la circuncisión
Éste es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.
Ahora se nos informa acerca de la señal —el acto físico que denota la participación de uno— del pacto que Dios hizo con Abraham. La señal fue que todos los descendientes de Abraham serían circuncidados, lo cual es la remoción del prepucio del órgano reproductivo masculino. La circuncisión era para identificar a los descendientes de Abraham y a otros que entraron en la comunidad de Israel (Éxodo 12:48).
Esta señal fue una representación física de lo que Dios quería verdaderamente de los descendientes de Abraham: fidelidad a Dios desde lo más profundo de su ser —sus corazones.
Más tarde en la Biblia, Dios revela la realidad espiritual que la circuncisión representaba: “Circuncidaos al Eterno, y quitad el prepucio de vuestro corazón” (Jeremías 4:4).
Bajo el Nuevo Pacto: “sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios” (Romanos 2:29). La señal de entrada del Nuevo Pacto es el bautismo (Hechos 22:16; Gálatas 3:27; 1 Pedro 3:21).