No envíe a un hombre perezoso
Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían.
Una cosa que no buscan los patrones es alguien que más adelante será un empleado perezoso. El fastidio y la preocupación acerca de si serán hechas las tareas esenciales, es algo que un patrón no desea.
Jesucristo pudo haber tenido este proverbio en mente cuando Él habló del siervo malo y negligente que escondió su talento en vez de trabajar con él (la parábola de los talentos, Mateo 25:24-25). Este principio es demostrado también en la parábola de los dos hijos por el hijo que dijo que iría a trabajar en la viña pero “no fue” (Mateo 21:30).
Si usted desea más información acerca de la pereza y su opuesto, vea nuestro artículo titulado “Trabajo duro”.