No juzguéis nada antes de tiempo

1 Corintios 4:5   

Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

En 1 Corintios 4 el apóstol Pablo estaba señalando el juicio que realmente tiene importancia. No eran las opiniones de la congregación de Corinto ni de los tribunales humanos, ni siquiera el propio juicio de Pablo acerca de sí mismo (1 Corintios 4:3-4).

El juicio que realmente trasciende es el juicio de Dios sobre su pueblo, que se va a completar con el regreso de Jesucristo. Entonces, Él va a juzgar claramente nuestras buenas acciones, nuestros pecados, e incluso nuestros motivos ocultos, cosas que tal vez las hemos ocultado incluso de nosotros mismos.

El punto de Pablo no es que Dios no nos esté juzgando ahora, porque la Iglesia está siendo juzgada ahora (1 Pedro 4:17). Y el punto no es que no debamos juzgarnos a nosotros mismos ahora, porque Pablo claramente dice: “Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados” (1 Corintios 11:31).

Lo que Pablo quiere decir es que no debemos condenar a los demás ahora. No sólo no podemos ver las cosas ocultas de su corazón, sino que debemos recordar que Dios aún no ha terminado su labor con ninguno de nosotros.

Si usted desea saber lo que dice la Biblia acerca del juicio, vea el artículo “¿Qué quiso enseñarnos Cristo al decir “no juzguéis”?”.

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