No juzguéis, para que no seáis juzgados
No juzguéis, para que no seáis juzgados.
En muchas ocasiones Jesús hizo declaraciones muy enérgicas para dejar claro puntos memorables. Aquí la idea es clara, no condenar a los demás si no queremos ser condenados. En el versículo 2 continúa: “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados”. Cristo explicó que tenemos que perdonar y tener misericordia si queremos tener el perdón y la misericordia de Dios (Mateo 6:14-15).
¿Significa esto que no debemos discernir el bien y el mal de una situación? No, porque si no juzgamos basados en la verdad de Dios, no vamos a poder discernir lo que es impío y los falsos profetas acerca de los cuales nos advirtió Cristo (Mateo 7:6, 15). Debemos conocerlos por sus frutos —el resultado de sus acciones (v. 16). Cuando juzgamos, debemos hacerlo de una manera justa: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24).
Debemos discernir correctamente lo que está mal (el pecado) de lo que está bien, y elegir correctamente. Pero no podemos condenar a los demás, teniendo en cuenta que nosotros también hemos pecado. Nosotros, al igual que Dios, debemos desear que todas las personas se arrepientan y sean perdonadas (2 Pedro 3:9).
Si usted desea más información acerca de este tema, lo invitamos a leer “¿Qué quiso enseñarnos Cristo al decir: ‘no juzgéis’?”.