“No temeré”
Salmo 3:5-6
Yo me acosté y dormí, y desperté, porque el Eterno me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí.
Aun en las circunstancias más difíciles, con el ejército rebelde de Absalón preparándose para atacar, David alabó a Dios por sostenerlo y protegerlo. Con sus ojos humanos él vio diez millares de enemigos buscando destruirlo. Pero con los ojos de la fe, David supo, al igual que Pablo más tarde: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31).
Muchas de las oraciones de alabanza de David y sus súplicas por protección están registradas en los Salmos. Para más información acerca de la oración, vea “Cómo debemos orar”.