Obediencia antes del entendimiento

Génesis 22:3  

Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

En el post de ayer, vimos que Dios le ordenó a Abraham sacrificar a Isaac, su único hijo de su esposa Sarai. La reacción de Abraham a esta orden puede parecernos sorprendente a la mayoría de nosotros —especialmente dadas las circunstancias de la concepción y nacimiento de Isaac. Aparentemente sin ninguna protesta o cuestionamiento, Abraham inmediatamente empieza a cumplir con la orden de Dios de ofrecer a Isaac en holocausto.

Abraham ya había experimentado una dolorosa prueba cuando se desvió de las instrucciones de Dios: celos entre Sara y Agar y finalmente tener que enviar al desierto a Agar y su primer hijo. Ahora, sin importar cuán terrible le pareció la orden, Abraham obedeció —aunque probablemente él no tuvo idea de por qué Dios estaba pidiendo esto de él.

Abraham obedeció porque él tuvo fe en que Dios sabía lo que estaba haciendo y que con el tiempo Dios le proveería con entendimiento. Él tuvo fe en que Dios podía resucitar a Isaac de los muertos (Hebreos 11:9). La lección principal para nosotros es que debemos obedecer a Dios —aun si no entendemos completamente el por qué de todo lo que Él le ordena hacer a su pueblo. La Biblia enseña que “buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos” (Salmo 111:10).

Nosotros ganamos entendimiento a través de la obediencia.

Si usted desea aprender más acerca de lo que Dios requiere de usted hoy día, lea nuestros artículos acerca de “Los Diez Mandamientos”. 

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