Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído
Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.
Cuando Daniel se concentró en el hecho de que los 70 años de cautividad profetizados por Jeremías ya se estaban acabando, le fueron recordados los pecados por los cuales su pueblo había sido llevado cautivo en primera instancia. Él reconoció la culpabilidad colectiva de su pueblo y la necesidad de arrepentirse. El clamó en una de las oraciones de arrepentimiento más poderosas de la Biblia, y concluyó con estas súplicas para que Dios le diera una pronta respuesta.
Podemos aprender mucho estudiando ésta y otras oraciones que están registradas en la Biblia. Daniel fue humilde, respetuoso y estaba arrepentido. También mostró una gran fe en las promesas y misericordia de Dios, lo que le ayudó a orar con seguridad y convicción.
Para más información acerca de Daniel, lo invitamos a leer el artículo “El profeta Daniel”. Para más información acerca de la oración, lo invitamos a leer “Cómo debemos orar” y muchos otros artículos relacionados que serán de gran ayuda.
