Pedid, buscad, llamad
“Pedid, y se os dará buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.
Qué maravillosa oferta de Jesucristo, de acoger nuestras peticiones y estar dispuesto a responder. Pero la implicación es ser persistente y constante en la oración. Nosotros no debemos sólo tocar el timbre e irnos, sino debemos orar, orar y orar otra vez. “Nosotros pedimos lo que deseamos; buscamos lo que extrañamos; llamamos por aquello de lo cual nos sentimos excluidos” (Jamieson, Fausset y Brown, comentario sobre Mateo 7:7).
Nosotros sabemos por otros pasajes que Dios no responde oraciones como un genio que cumple los deseos. La próxima semana veremos algunos de los otros pasajes que explican que tipos de oraciones responde Dios —y que tipos de oración no responde.
Para más información acerca de lo que la Biblia enseña acerca de la oración, vea nuestros artículos “Cómo debemos orar” y “Cinco claves para que nuestras oraciones sean respondidas”.