Predestinados, llamados, justificados, glorificados

Romanos 8:30  

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Dios está llevando a cabo un plan increíble con cada ser humano que Él ha creado. Él quiere “que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4), pero cada uno será llamado en su propio orden.

El apóstol Pablo describe las etapas de planeación de Dios como las épocas que Él “predestinó” a las personas para que fueran llamadas. Esto se refiere al plan de Dios acerca de cuándo llamar a alguien, no si Él llamaría o no a la persona. Esto no implica que una persona carezca de libre albedrío. La Biblia demuestra que Dios les ha dado a todos los humanos libre albedrío para tomar sus propias decisiones. Él quiere que nosotros tomemos la decisión correcta y nos da la ayuda, pero Él no nos obliga a hacerlo (Deuteronomio 30:19; 2 Pedro 1:10).

Así como Dios llama a una persona para entender su verdad y arrepentirse, la persona debe responder arrepintiéndose y siendo bautizada para recibir la justificación de parte de Dios —la extinción de todos los pecados pasados.

A partir de ese punto, nosotros somos llamados a seguir la guía del Espíritu Santo para obedecer a Dios y desarrollar su carácter, lo cual nos prepara para la siguiente etapa en el plan de Dios —glorificación. Glorificación significa recibir el glorioso nuevo cuerpo y la vida eterna como hijos de Dios en el Reino de Dios (1 Corintios 15:42-43).

Para más información acerca de cómo someterse al plan de Dios, vea nuestro artículo “Cristo en nosotros: ¿cómo vive Cristo en usted?”. Y para más información acerca de su increíble plan, vea nuestro folleto Las fiestas santas de Dios: Él tiene un plan para usted.

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