Versiculos Para Meditar

Sadrac, Mesac y Abed-nego

Daniel 3:28   

Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.

La historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego, los nombres babilónicos que les asignaron a los príncipes judíos Ananías, Misael y Azarías, es uno de los ejemplos de fe más famosos de la Biblia.

Cuando el rey Nabucodonosor ordenó que todos debían inclinarse y adorar la imagen de oro, estos tres hombres judíos sabían que si obedecían al rey estarían desobedeciendo el Segundo Mandamiento de Dios. Ellos con valentía obedecieron a Dios y no cumplieron con la orden de Nabucodonosor (Daniel 3:16-18). Ellos sabían que Dios tenía el poder para salvarlos del horno ardiente; pero ellos tomaron la decisión de obedecer a Dios incluso si Él decidía no salvarlos en ese momento.

El rey llenó de ira, mandó a calentar el horno siete veces más de lo acostumbrado. El calor era tan intenso que los guardias que arrojaron a Sadrac, Mesac y Abed-nego al horno, perecieron.

Pero Dios intervino, y el “fuego no había tenido poder” sobre sus siervos. “Ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían” (v. 27).

En respuesta, el asombrado rey, bendijo a Dios y rindió homenaje a estos hombres con quienes, momentos atrás, había estado tan enfadado.

Para más información acerca del Segundo Mandamiento, lo invitamos a leer “Segundo Mandamiento: no te harás imagen”. Para más información acerca de Sadrac, Mesac y Abed-nego lo invitamos a ver “Los tres amigos de Daniel”.