Satanás, el dragón malvado
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
Jesucristo reveló al apóstol Juan un vasto panorama de la historia y el futuro por medio de vívidas visiones y símbolos. En Apocalipsis 12:1 Juan ve una mujer con 12 estrellas, reminiscente de la visión de José con referencia a las 12 tribus de Israel (Génesis 37:9-11). Esta mujer fue escogida para dar a luz al Niño prometido —el Hijo de Dios, Jesucristo (Génesis 3:15; 22:18; Gálatas 3:16).
Entonces Juan vio un monstruo horrible, un “gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos” (Apocalipsis 12:3). El versículo 9 revela que este dragón es Satanás. Este ser malvado había sido una vez un ángel que servía en el trono de Dios, pero él se corrompió con orgullo y se rebeló contra Dios, aparentemente tomando un tercio de los ángeles con él (Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:12-16). (Las estrellas con frecuencia simbolizan ángeles, como en Job 38:7; Judas 13; y Apocalipsis 1:20.)
A través de los Evangelios vemos los intentos de Satanás por destruir a Jesucristo (Mateo 2:3-18; 4:1-11; Lucas 22:3-6).
Aunque Satanás es revelado aquí como un dragón malvado, él puede todavía reflejar la imagen de su vida anterior como un ángel de luz, tal como Pablo describe en 2 Corintios 11:14-15).
Vea también el artículo “Dios vs. Satanás”.