Se compungieron de corazón
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
El sermón de Pedro probó por medio del Antiguo Testamento que Jesús era el Mesías y Dios abrió las mentes de muchos en su audiencia no sólo para creer esto, sino para ver las implicaciones que esto tenía para ellos mismos. Aunque muchos de ellos no estaban involucrados directamente en la crucifixión de Cristo, las palabras de Pedro nos implican a todos nosotros —nuestros pecados son la razón por la que Él dio su vida.
Ellos fueron convictos y desearon profundamente hacer lo que fuera para ser perdonados y cambiar. Ésta es la actitud que Dios busca y con la cual Él puede trabajar (Isaías 66:2). Esta actitud es el principio del proceso de conversión.
¿Qué significa “se compungieron de corazón”?
¿A qué se refería Lucas cuando escribió en Hechos 2:37 que la multitud que estaba reunida en Pentecostés se “compungieron de corazón” después de escuchar el contundente sermón de Pedro en el que los acusaba (y a todos nosotros) de haber crucificado a Cristo?
La palabra griega traducida como corazón (kardia) tiene varios significados, así como sucede en español. “El corazón del hombre es su esencia en sí; su centro espiritual. La conciencia que cada uno de nosotros tiene que nos hace personas y la dimensión espiritual de respuesta o no respuesta a Dios, se expresan con la palabra ‘corazón’” (Diccionario expositor de palabras de la Biblia, Zondervan, “corazón”).
“Se compungieron” es la traducción de la palabra griega katanyssomai, “perforar hasta atravesar, i.e. (figurativamente) agitar violentamente (herir en lo vivo); compungir: se usa especialmente para referirse a la emoción de la tristeza” (Léxico griego de Thayer). El único lugar donde se encuentra esta palabra griega en el Nuevo Testamento es aquí en Hechos 2:37.
William Barclay explica: “cuando las personas se dieron cuenta de lo que habían hecho al crucificar a Jesús, se entristecieron sus corazones. ‘Y yo’ dice Jesús, ‘si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo’ (Juan 12:32). Todo el mundo tuvo responsabilidad en ese acontecimiento” (La nueva Biblia de estudio diario, comentarios acerca de Hechos 2:37-41).
“Se compungieron de corazón”, esta actitud los llevó a sentir tristeza, a una introspección y a preguntarse: “¿qué haremos?”. Trajo a miles de personas al arrepentimiento, al bautismo y a la conversión.
“Compungidos de corazón” afecta de dos maneras
En el libro de los Hechos, dice que el grupo fue "herido hasta el corazón" por el poderoso mensaje de Esteban, ¡pero la respuesta del grupo fue totalmente opuesta a la respuesta que recibió Pedro en Hechos 2:37!
En Hechos 7:54, después de la defensa de Esteban ante el concilio, "fueron enfurecidos en sus corazones y rechinaban los dientes contra él". Este grupo permitió que sus emociones los provocaran a administrarle la pena de muerte a Esteban. En lugar de reconocer sus propios pecados, como lo había hecho la audiencia de Pedro.
Estos dos relatos resaltan vívidamente las respuestas diametralmente opuestas que puede provocar el mensaje del evangelio.
Dios da el mensaje y es quien nos lleva al arrepentimiento (Romanos 2:4). Cómo respondemos, es nuestra elección.
Si usted desea saber más acerca del contundente sermón de Pedro, lo invitamos a leer “El sermón que dio comienzo a la Iglesia”. Si usted desea aprender más acerca del pecado y del arrepentimiento, lo invitamos a ver nuestros artículos “Arrepentimiento: compungirse de corazón” “¿Cómo debemos arrepentirnos?” y “¿Por qué Dios busca un corazón contrito y humillado?”.