Separados del árbol de la vida

Génesis 3:22-23  

Y dijo el Eterno Dios: he aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó el Eterno del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

Aquí leemos de la consecuencia final que vino sobre Adán y Eva como resultado de su pecado —su destierro del Huerto de Edén. El versículo 22 revela un punto clave acerca de la razón de la remoción de Adán y Eva del huerto. Ellos fueron desterrados para ser apartados del árbol de la vida.

Para entender porque ellos tuvieron que ser separados del árbol de la vida, tenemos que entender lo que éste simbolizaba. El árbol de la vida simbolizaba el camino de obediencia y confianza total en Dios a través del Espíritu Santo de Dios. Dios es la fuente de vida eterna a través de Su Espíritu Santo (Juan 6:63; Romanos 8:10).

Adán y Eva habían rechazado a Dios como la fuente total de verdad y conocimiento y habían decidido no obedecerlo ni confiar en Él. Debido a que ellos habían traído sobre sí mismos la pena de muerte y habían quedado descalificados para recibir la vida eterna que ofrecía el árbol de la vida, ellos tuvieron que ser “apartados” del árbol de la vida.

El versículo 24 provee más detalles acerca de cómo sucedió esto: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”.

Nosotros debemos entender que esto no sólo representa que Adán y Eva fueron “apartados” del árbol de la vida, sino esto revela también el estado general de la humanidad desde entonces. Dios, en esencia, había cerrado el acceso a su conocimiento, su Espíritu Santo y su camino a la vida eterna, de la mayoría de la humanidad.

Desde entonces, la humanidad ha seguido el mismo camino de Adán y Eva: bajo la influencia de Satanás (1 Juan 5:19; Apocalipsis 12:9), viviendo una vida caracterizada por el razonamiento humano (Proverbios 14:12) y comiendo del “fruto” simbólico del árbol de la ciencia del bien y del mal. Dios le ha dado a la humanidad 6.000 años para ir por este camino con el fin de demostrar las consecuencias destructivas del pecado. Esta era de la historia culminará en un época en la que el pecado se propagará de tal manera y con tanta fuerza que la humanidad se destruirá a sí misma si Dios no interviene (Mateo 24:22).

Las buenas noticias son que Dios tiene un plan para redimir y salvar a los seres humanos del camino de vida que Adán y Eva escogieron. Este plan consiste de un pequeño grupo de personas que Dios ha llamado a salir de este mundo y entrar en su Iglesia (Juan 6:44; 1 Corintios 1:26; 1 Pedro 2:9; Apocalipsis 17:14). La sorprendente verdad es que Dios abrirá el acceso al resto de la humanidad en un tiempo futuro (lea nuestro artículo sobre la “Segunda resurrección” para aprender más detalles acerca de esto).

Si usted desea aprender más acerca del plan de Dios para abrir el acceso a la vida eterna al resto de la humanidad, lea el artículo titulado “Plan de salvación: Cómo las fiestas santas de Dios nos revelan su plan de salvación”.

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