Templo del Espíritu Santo

1 Corintios 6:19   

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

El apóstol Pablo describe a un cristiano convertido como un “templo del Espíritu Santo”. Gracias a que Jesucristo estuvo dispuesto a morir por nosotros —a pagar la pena de muerte por nosotros— podemos arrepentirnos, ser bautizados y recibir el invaluable don del Espíritu Santo (Hechos 2:38). El verdadero arrepentimiento y la conversión significan que nos convertimos en “siervos de la justicia” (Romanos 6:18). Debemos ser guiados por el Espíritu de Dios (Romanos 8:14) y reconocer que no nos pertenecemos.

Pablo también escribió: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).

Si usted desea aprender más acerca de cómo vive Jesucristo en nosotros, lo invitamos a leer: “Cristo en nosotros: ¿cómo vive Él en usted?”.

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