Un reino que no será jamás destruido
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.
Esta hermosa promesa viene al final de la explicación que Dios da de una visión que tuvo el rey Nabucodonosor. A través de la historia, la gente ha vivido bajo gobiernos opresivos y crueles. Si alguna vez se tuvo un buen líder gobernando, aun así, fue por un período corto.
Pero Dios nos da la esperanza y la seguridad de un Reino maravilloso, totalmente diferente de lo que el mundo ha experimentado. Este Reino traerá paz, prosperidad y verdadera felicidad —¡no tan sólo por un tiempo corto, sino permanentemente!
Los gobiernos humanos pronto serán reemplazados con el Reino de Dios. Lo invitamos a aprender más acerca de esto leyendo el artículo “Daniel 2: el sueño de Nabucodonosor”.
