¿Profetiza Ezequiel 38 una guerra inminente entre Rusia, Irán e Israel?
Muchos estudiosos de la Biblia esperan una guerra entre Israel y Rusia en el fin de los tiempos, basándose en Ezequiel 38. Pero ¿es correcta esa interpretación? ¿Qué significa realmente Ezequiel 38?

Después de un ataque fallido contra Israel, al final de esta civilización, a principios del Milenio, las armas de los atacantes arderán durante siete años.
Cuando estallan guerras, especialmente guerras que involucran a Israel, muchos ven señales de los tiempos del fin… y con razón, ya que varias profecías bíblicas se centran en Israel y el Medio Oriente.
Tras la reciente guerra entre Israel e Irán, muchos estudiosos de la profecía han resaltado a Ezequiel 38, especulando que los acontecimientos actuales podrían indicar su cumplimiento.
Ezequiel 38 describe una coalición de naciones liderada por “Gog, de la tierra de Magog”. Muchos eruditos identifican a este pueblo con Rusia. Gog es llamado el “príncipe” de Rosh, Mesec y Tubal (versículos 2-3; Ezequiel 39:1), que a menudo se asocian con Rusia y las ciudades de Moscú y Tobolsk (en Siberia occidental). Esta coalición se origina en el extremo norte (versículo 6). Esta alianza incluye a Persia (actual Irán), junto con Etiopía y Libia (versículo 5).
Pero ¿describe esta profecía una guerra que tendrá lugar en el tiempo del fin, justo antes del regreso de Jesucristo? ¿O apunta a un tiempo diferente?
¿Qué significa realmente Ezequiel 38?
La secuencia correcta
Muchos consideran la guerra descrita en Ezequiel 38 como el próximo gran conflicto para el cual debemos estar preparados. Sin embargo, otras profecías muestran una secuencia de eventos muy diferente.
Daniel 11, la profecía más larga de la Biblia, describe una batalla futura entre el rey del Norte y el rey del Sur, que desencadenará una secuencia de eventos en los últimos tiempos.
En realidad, Daniel 11 se refiere a eventos pasados y futuros.
Históricamente, estos dos reyes surgieron de la división del imperio de Alejandro Magno, tras su repentina muerte (Daniel 11:3-4). La profecía describe conspiraciones y guerras, a lo largo de muchas generaciones, con la nación de Israel, atrapada en medio de estos conflictos. Sus descripciones del rey del Norte (refiriéndose al Imperio seléucida) y el rey del Sur (refiriéndose al Imperio ptolemaico) se derivan de su ubicación con respecto a Jerusalén.
Un evento clave de esta profecía ocurre cuando un "ser despreciable" surge como rey del norte (versículo 21). Éste “personaje” entra en Israel y actúa contra quienes defienden el pacto de Dios, alineándose, en cambio, con quienes lo abandonan (versículo 30). Este personaje se identifica como Antíoco IV, quien se hacía llamar "Epífanes", que significa "el Dios Manifiesto".
Éste personaje fue responsable de una “abominación desoladora” (versículo 31), profanando el verdadero culto a Dios. Históricamente, Antíoco Epífanes causó esta “abominación desoladora” en el año 167 a. C., cuando erigió una estatua de Zeus y sacrificó cerdos en el altar del templo de Dios en Jerusalén.
Pero, en la profecía del Monte de los Olivos, Jesús declaró claramente que habría un segundo cumplimiento de esta profecía en los tiempos del fin (Mateo 24:14; Marcos 13:14). En el tiempo del fin habrá un futuro líder que controlará Jerusalén, detendrá los sacrificios y los reemplazará con algo que es una abominación contra Dios, tal como lo hizo Antíoco Epífanes. (Para saber más, lea “La abominación desoladora: ¿qué es?”).
En el relato del evangelista Lucas acerca de la profecía del Monte de los Olivos, se registra otra señal que Jesús predijo, que tendría lugar antes de que se estableciera la abominación desoladora del tiempo del fin: “Jerusalén será rodeada de ejércitos” (Lucas 21:20).
En Daniel 11:40, la profecía claramente se refiere al “tiempo del fin”. Dado que el fin de los tiempos ocurrirá más de 2.000 años después de la época de los Ptolomeos y de los Seléucidas, es evidente que debe surgir un nuevo “rey del Norte” y un nuevo “rey del Sur”.
Por lo tanto, los acontecimientos del fin del tiempo se desarrollan con el rey del Sur atacando al rey del Norte, seguido por el contra-ataque del rey del Norte, su invasión de Israel y el establecimiento de la “abominación desoladora”.
El "rey del Norte" del tiempo del fin se asocia con una gran superpotencia europea descendiente del Imperio Romano. Los libros de Daniel y Apocalipsis identifican al Imperio Romano como una "bestia" que resucitaría diez veces. Hasta ahora, han habido nueve resurrecciones y la última resurrección entrará pronto en la escena mundial. La última y definitiva resurrección ocurrirá justo antes del regreso de Cristo, quien destruirá a este imperio, en su venida.
Para obtener más información, lea “Daniel 7: cuatro bestias y un cuerno pequeño”.
La profecía de Daniel 11 continúa con el rey del Sur lanzando un ataque sorpresa contra el rey del Norte. Dado que las naciones al sur de Jerusalén —en particular Egipto, que históricamente ha desempeñado un papel central— son predominantemente árabes e islámicas, es probable que este conflicto del fin de los tiempos comience con un asalto musulmán/árabe contra Europa, posiblemente encabezado por Egipto. Este ataque desencadenará en los acontecimientos del fin de los tiempos.
En respuesta, Europa contra-atacará con una fuerza abrumadora: por aire (“como un torbellino”), por tierra (“con carros y gente de a caballo”) y por mar (“muchas naves”), como se describe en Daniel 11:40.
El rey europeo del Norte derrotará rápidamente al rey del Sur y procederá luego a invadir Israel, conocido como la “tierra gloriosa”. Esto concuerda con la profecía de Lucas de que Jerusalén será rodeada por ejércitos gentiles, justo antes de que se establezca la abominación desoladora y comience la Gran Tribulación, lo que señala la cuenta regresiva para el regreso de Cristo (Lucas 21:20-24; Daniel 12:11).
Por lo tanto, los acontecimientos del fin del tiempo se desarrollan con el rey del Sur atacando al rey del Norte, seguido por el contra-ataque del rey del Norte, su invasión de Israel y el establecimiento de la “abominación desoladora”.
Todas estas cosas, que marcan el comienzo de La Gran Tribulación, ocurren mucho antes de la batalla de Ezequiel 38.
¿Qué sucede después?
Después de que el rey del Norte tome el control de Tierra Santa, esta potencia europea recibirá noticias sobre una coalición de naciones “del oriente y del norte” (Daniel 11:44).
Esto demuestra que hay dos potencias distintas descritas como ubicadas al norte de Israel.
Primero, el rey del Norte, que representa el resurgimiento final del Imperio Romano en Europa, y segundo, otra potencia aliada con las naciones del Norte y Este. Como muchos estudiosos de la profecía entienden, esta referencia involucra a Rusia, la misma potencia que Ezequiel 38 describe como proveniente de los confines del norte (Ezequiel 38:6).
Hay dos potencias distintas descritas como ubicadas al norte de Israel. Primero, el rey del Norte, que representa el resurgimiento final del Imperio Romano en Europa, y segundo, otra potencia aliada con las naciones del Norte y Este.
El libro del Apocalipsis predice que se levantará un ejército de 200 millones de hombres provenientes del Este, que matará a un tercio de la humanidad (Apocalipsis 9:13-19). Este gran ejército probablemente provendrá de una alianza de conveniencia entre Rusia, China, India y otras naciones asiáticas.
La Biblia dice que el río Éufrates se secará, abriendo paso a los reyes del Este, para marchar hacia Tierra Santa. Sin embargo, en lugar de luchar contra el ejército europeo, este conglomerado asiático acabará uniendo fuerzas con el poder de la bestia para lanzar un ataque contra el regreso de Jesucristo.
Sus ejércitos se reunirán en Armagedón como base para la batalla final (Apocalipsis 16:12-16). (Para saber más, lea “¿Armagedón: ¿qué significa?”).
En el tiempo presente, Irán mantiene fuertes lazos con Rusia y China —naciones a menudo vinculadas a los reyes del Este— y probablemente no sea casualidad que figure junto a Rusia en la coalición de Ezequiel 38. El secamiento del río Éufrates (Apocalipsis 16:12) allana el camino para estas potencias orientales, mientras que espíritus malignos salen a engañar a los reyes de la tierra y a reunirlos para la batalla contra Cristo (versículo 14).
A su regreso, Cristo aniquilará a estos ejércitos, con el poder que sale de su boca (Apocalipsis 19:15, 21). Zacarías describe vívidamente la derrota de este ejército, describiendo cómo su carne se deshace al resistir al Mesías mismo (Zacarías 14:12). El Apocalipsis refuerza esta imagen con un río de sangre que sube hasta las bridas de los caballos (Apocalipsis 14:20).
Sin embargo, ¡ninguno de estos eventos profetizados es la batalla de Gog descrita en Ezequiel 38!
La batalla de Ezequiel 38 sucede después del inicio del Milenio
Una lectura atenta de Ezequiel 38 revela que este capítulo describe otra batalla, una que ocurrirá después del regreso de Jesucristo y después del establecimiento de su reinado milenial (Apocalipsis 20:4).
Consideremos algunos detalles del contexto de Ezequiel 38.
Según el versículo 8, este acontecimiento ocurre “después de muchos días” y en los “últimos años”, cuando las tribus de Israel ya se habrán reunido de donde se habían dispersado por milenios. Consideremos algunos puntos:
Número 1: El Israel de Ezequiel 38 habita seguro.
La nación de Israel en Ezequiel 38 es descrita como un “pueblo pacífico, que habita confiadamente, todos ellos habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas” (versículo 11).
Esta descripción no corresponde con la realidad del Israel moderno. Desde su fundación en 1948, la nación se ha enfrentado a constantes amenazas y conflictos. La seguridad que Israel busca hoy depende de fronteras fortificadas, una amplia presencia militar y refugios antiaéreos en la mayoría de los hogares: condiciones que distan mucho de la paz y la seguridad descritas en esta profecía.
Una lectura atenta de la profecía revela que la guerra de Gog, descrita en Ezequiel 38, no ocurrirá en esta era, sino en el mundo venidero, tras el regreso de Cristo.
De hecho, cuando los judíos establecieron su nación en 1948, inmediatamente estalló una guerra con los ejércitos árabes, tratando de destruirla, y los judíos han luchado en al menos ocho guerras más desde entonces.
La guerra y el terrorismo han sido una constante en la vida de Israel desde sus inicios, hasta el punto de que casi todos sus ciudadanos tienen refugios antiaéreos, y muchas viviendas cuentan con una habitación segura, puertas reforzadas y rejas en las ventanas. El país entero cuenta con fuerzas de seguridad y policías altamente armadas, siempre en alerta ante ataques terroristas, que, lamentablemente, ocurren de manera constante.
La condición tranquila de Israel descrita en Ezequiel 38:11 describe a esta nación bajo el gobierno de Cristo, durante el Milenio, no a la nación fuertemente fortificada de Israel que existe hoy.
Número 2: Israel es más que los judíos.
Los judíos pertenecen a la tribu de Judá, pero Israel es mucho más que solo los judíos. La nación de Israel estaba compuesta por doce tribus. Diez de ellas son llamadas las diez tribus perdidas, que nunca regresaron a su patria original. Todo el pueblo de Israel lamentablemente sufrirá aún más durante la Gran Tribulación, también conocida como “el tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7).
Después de la Gran Tribulación, Dios salvará a las tribus de Israel y las traerá de regreso, para que habiten seguros en su tierra original (Ezequiel 39:25-29; Jeremías 30:3, 9). Cuando hayan regresado, se cumplirá la profecía de Oseas: “En el lugar donde se les dijo: ‘No sois mi pueblo’, allí se les dirá: ‘Sois hijos del Dios viviente’” (Oseas 1:10).
Para obtener más información, lea “Las 12 tribus de Israel en la actualidad: ¿quiénes son?” y “Las tribus perdidas de Israel”.
Número 3: Las armas utilizadas.
Otra pista sobre el contexto de Ezequiel 38 es el uso de armas primitivas por parte de la alianza de Gog contra Israel. Se enfrentan a Israel con “escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas” (Ezequiel 39:9). Este versículo sugiere que esta guerra ocurre en un mundo donde no existen armas de guerra.
Aunque algunas profecías usan términos antiguos para describir las armas modernas, esta profecía sugiere una interpretación más literal, ya que se nos dice que Israel reunirá estas armas y las quemará durante siete años, en lugar de talar árboles para obtener madera (versículos 9-10). Las armas modernas no se fabrican con madera.
En otras palabras, los ejércitos de Gog en Ezequiel 38 lanzan su ataque contra Israel después de que ha comenzado el reinado milenial de Cristo.
Como Cristo ya habrá destruido las armas de la guerra modernas (Miqueas 4:3), todo indica que estas personas fabricarán armas más primitivas para atacar a Israel.
Número 4: Cristo ya estará en la Tierra.
Hacia el final del relato de Ezequiel 38, leemos que Cristo realmente ya estará presente en Jerusalén, y que “todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia” (versículo 20).
Esto se refiere a la presencia literal de Dios, como cuando Adán y Eva se escondieron de la presencia del Señor en el Jardín del Edén (Génesis 3:8). Los capítulos finales del libro de Ezequiel (capítulos 40-48) describen un templo milenario con la presencia literal de Dios allí, y terminan con la frase “EL SEÑOR ESTÁ ALLÍ”.
Una lectura atenta de la profecía revela que la guerra de Gog, descrita en Ezequiel 38, no ocurrirá en esta era, sino en el mundo venidero, tras el regreso de Cristo.
Cuando Gog sea destruido, al comienzo del Milenio, Dios será santificado por todas las naciones, y todos sabrán que Él es el Señor (Ezequiel 38:16, 23; 39:6, 7, 22, 28). Este relato no ocurrirá antes del regreso de Cristo. No todas las naciones santifican a Dios ahora. De hecho, todas las naciones se enfrentarán a Él en una batalla en su segunda venida (Zacarías 14:2-3 ; Apocalipsis 16:14).
Una lectura atenta de la profecía revela que la guerra de Gog, descrita en Ezequiel 38, no ocurrirá en esta era, sino en el mundo venidero, tras el regreso de Cristo. Esto parece ocurrir en el comienzo del reinado milenario de Cristo y será un factor clave para que la gente comprenda plenamente el poder del Rey de reyes.
Esta guerra parece ser la última resistencia seria en contra del Cristo gobernante, hasta que ocurra otra rebelión, después de que termine el reinado de 1.000 años y Satanás sea liberado por un corto tiempo (Apocalipsis 20:7-10).
Esté atento a las señales correctas
El problema principal de malinterpretar Ezequiel 38 como una batalla antes del regreso de Cristo, es que dirige a la gente hacia las señales proféticas equivocadas.
Ahora mismo todos deberíamos estar atentos al ascenso del rey del Norte en Europa y al ascenso del rey del Sur en Oriente Medio y el norte de África. También deberíamos estar atentos a las naciones del Este, quienes al final se unirán para luchar contra la bestia, que para entonces habrá tomado el control de la Tierra Santa.
Estemos atentos a las señales proféticas correctas y continuemos orando para que seamos considerados dignos de escapar de los eventos devastadores que se avecinan (Lucas 21:36).
Fecha de publicación: Julio 10, 2025