Las tribus perdidas de Israel

¿Se han perdido realmente algunas de las tribus de Israel? ¿Cuándo se originó este concepto? ¿Qué dice la Biblia acerca de las tribus perdidas de Israel?

La antigua nación de Israel se originó con Jacob, cuyo nombre fue cambiado a Israel (Génesis 32:28). Los descendientes de sus 12 hijos llegaron a conocerse como las 12 tribus de Israel (Génesis 35:22). A medida que estas personas se iban multiplicando y la nación de Israel se desarrollaba, cada una de estas unidades familiares representaba una de las “divisiones de Israel” encabezadas por un hombre de esa tribu (Números 1:4; Josué 22:14).

Después de la muerte del rey Salomón, la nación se dividió en dos reinos. El reino del norte, que consistía en 10 tribus (1 Reyes 11:31), mantuvo el nombre de Israel; y el reino del sur, que consistía en dos tribus, llegó a ser conocido como Judá (1 Reyes 12:21).

Posteriormente estalló una guerra civil, cuando los judíos reunieron un ejército para luchar contra los israelitas con el propósito de restaurar todas las tribus bajo el gobierno de Roboam, el hijo de Salomón. Este esfuerzo fracasó, y las dos naciones que representan a los judíos e israelitas, nunca volvieron a reconciliarse. Sin embargo, la Biblia dice que en el futuro estos pueblos se reconciliarán. Ver “¿Cuándo serán reunidos Israel y Judá?”.

Israel desaparece como nación

Dios envió profetas a los ciudadanos tanto de Israel como de Judá advirtiéndoles que a menos que se arrepintieran de sus pecados, sus naciones enfrentarían el desastre y serían llevadas en cautiverio. La nación de Israel fue derrotada por Asiria en 722 a.C. y sus ciudadanos fueron deportados (1 Crónicas 5:26; Ezequiel 39:23).

Aunque un gran número de israelitas provenientes de tres de las tribus que componían el reino del norte habían emigrado a Judá debido a la rebelión de su nación contra Dios y el castigo que recibieron a causa de ello (2 Crónicas 15:3-6, 9), la gran mayoría de los ciudadanos de la antigua Israel fueron asesinados en batalla o deportados por los asirios. Los capturados fueron llevados a “Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán” (1 Crónicas 5:26).

Éste es el momento en la historia donde algunas de las tribus parecen haberse perdido. Los historiadores a menudo se refieren a estas personas posterior a este período como las “Las tribus perdidas de Israel” o “Las diez tribus perdidas”.

Si bien la mayoría de estas personas ya no recuerdan su lengua, cultura, historia o religión originales, existen pruebas bíblicas, lingüísticas y arqueológicas que indican lo que les sucedió y dónde están hoy. Antes de continuar nuestro estudio de lo que la Biblia dice acerca de estas personas, veamos por qué los judíos, descendientes de la antigua nación de Judá, no han perdido su identidad.

Los judíos conservan su identidad

Debido a su desobediencia a las leyes de Dios, la nación de Judá fue llevada en cautiverio por Babilonia entre 604 y 586 a.C. Antes de su cautiverio, Dios había dicho a los ciudadanos de Judá: “Porque así dijo el Eterno: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar” (Jeremías 29:10).

Después de que expiraran los 70 años , un remanente del pueblo judío regresó a su tierra natal y reconstruyó la ciudad de Jerusalén y el templo bajo el liderazgo de Esdras y Nehemías.

Una de las razones por las cuales la nación de Judá había sido castigada fue porque habían ignorado el mandamiento de Dios de observar el sábado bíblico, que ocurre el séptimo día de la semana, el sábado. Reconociendo este importante principio, Nehemías impuso la observancia del día de reposo en Jerusalén (Nehemías 13:15-19). Este acto de adoración había sido establecido por Dios como un convenio perpetuo y como una señal entre Él y su pueblo (Éxodo 31:13, 16-17).

A través de los siglos muchos judíos dejaron de observar el día de reposo y muchos de ellos hoy en día ya no lo observan. Sin embargo, parece que una parte del pueblo judío siempre ha continuado esta práctica, y ellos conservan este entendimiento como parte de su patrimonio cultural. El resultado es que a diferencia de las 10 tribus que eran parte de Israel, los judíos no han perdido su identidad. Muchos judíos hoy residen en el estado moderno de Israel, pero esta nación no incluye a los muchos descendientes de las 10 tribus que anteriormente constituían el reino de Israel posterior a Salomón.

Las tribus perdidas de Israel realmente no están perdidas

Aunque los historiadores se han referido a las 10 tribus de Israel que fueron llevadas cautivas por los asirios en 722 a.C. como las “tribus perdidas de Israel”, estas personas no se han perdido para Dios. Por medio de los profetas, Dios continuó enviándoles mensajes asegurando que no los había olvidado. Después de la destrucción de la antigua nación de Israel, Dios dijo: “Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra” (Amós 9:9).

Durante el primer siglo después de Cristo, los escritores del Nuevo Testamento parecían saber de la existencia de las 12 tribus de Israel. Al aparecer ante el rey Agripa, Pablo habló acerca de “nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche” (Hechos 26:7). Santiago dirigió su carta a “las doce tribus que están en la dispersión” (Santiago 1:1).

Por esta dispersión Dios había predicho a través de Amós, que muchos de los antiguos israelitas migrarían al noroeste de Europa, convirtiéndose posteriormente en naciones prominentes en el mundo actual. Para obtener más información, vea “Las 12 tribus de Israel en la actualidad: ¿quiénes son?”.

El futuro de estas llamadas “tribus perdidas de Israel” es prometedor. Hablando de estas personas, Dios dijo: “He aquí vienen días, dice el Eterno… Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho el Eterno Dios tuyo” (Amós 9:13-15).

La lección para nosotros

Si bien el conocimiento acerca de las tribus de Israel es fascinante, la lección espiritual que debemos aprender con esta información es aún más importante. La lección es muy simple. La historia del antiguo Israel y de Judá nos enseña que Dios da grandes bendiciones a aquellos que le obedecen y severos castigos a los que desobedecen.

Las leyes y expectativas de Dios no han cambiado (Malaquías 3:6; Hebreos 13:8), Él espera que le obedezcamos hoy. Este sitio web le ayudará a entender lo que Dios quiere que usted haga. Asegúrese de estudiar esta información cuidadosamente y luego empiece a vivir lo que ha aprendido. Su vida será bendecida tremendamente cuando lo haga.

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