No ignore las estrategias de Satanás

¡Estamos en guerra! Satanás el diablo nos odia y quiere destruirnos. Debemos estar conscientes de las armas y tácticas del enemigo, porque nuestra vida espiritual depende de ello.

El apóstol Pablo estaba muy consciente del peligro que Satanás representa para los cristianos. Debemos seguir el ejemplo de Pablo y no ignorar las maquinaciones de Satanás (2 Corintios 2:11). Esto significa que debemos entender los trucos y las trampas del diablo y examinar cómo utiliza sus armas clave para atacarnos en diferentes objetivos individuales. Entonces, ¿cuáles son algunas de las armas de Satanás?

Orgullo

Una de las armas más fuertes de Satanás es el orgullo. El orgullo siempre es peligroso, especialmente cuando las cosas están saliendo bien, como en momentos de paz y prosperidad (Deuteronomio 8:11-17).

De pronto el mejor ejemplo podría ser Lucero, el que se convirtió en Satanás. Desde el momento en que fue creado, siempre había vivido bajo el perfecto gobierno de Dios. Aun así su corazón se engrandeció con orgullo y se rebeló (Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:14-17; 1 Timoteo 3:6). Él usa esa misma táctica con nosotros ahora.

El orgullo es lo opuesto al amor según Dios que describe Pablo en 1 Corintios 13:4-8. El orgullo si es “jactancioso” y se “envanece”. Cuando pensamos que somos más que los demás, es fácil volverse impaciente, antipático, grosero y egoísta.

Incluso podemos caer en la trampa de estar orgullosos de hacer las cosas bien, como está demostrado con el fariseo en la parábola de Jesús del fariseo y el publicano. Él dio esta parábola como advertencia para todos aquellos que “confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros” (Lucas 18:9).

El fariseo auto-justo oraba: “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano” (vv. 11-12). Jesús enfatizó que “cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (vv. 13-14). (Lea más acerca de este importante ejemplo en el artículo “El fariseo y el publicano”.)

Pablo advierte que en los postreros “días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos” (2 Timoteo 3:1-2).

Envidia

Otra poderosa estrategia de Satanás es la envidia —específicamente, la que plantea un sentido distorsionado y egoísta de justicia. Esto nos remonta hasta la envidia que sintió Caín por su hermano Abel, cuando Abel fue bendecido por su ofrenda. Caín pensó que eso no era justo. Dios conocía la actitud tanto de Caín como de Abel y para Él era totalmente justo.

Nosotros sabemos que debido a la influencia de Satanás, a la gente no le gusta que le digan qué es lo que debe hacer. Los “placeres prohibidos” acaparan la atención y prioridades de la gente. Satanás de alguna manera los hace ver más atractivos y placenteros que los verdaderos placeres que Dios quiere que tengamos. Entonces, ¿qué es lo que produce la envidia? “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3:16).

Deseo por los placeres prohibidos

Otra herramienta que Satanás utiliza es el deseo por los placeres prohibidos.

Nosotros sabemos que debido a la influencia de Satanás, a la gente no le gusta que le digan qué es lo que debe hacer. Los “placeres prohibidos” acaparan la atención y prioridades de la gente. Satanás de alguna manera los hace ver más atractivos y placenteros que los verdaderos placeres que Dios quiere que tengamos. Vea más acerca de este tema en los artículos “Tentación” y “Deseo”.

Comezón de oír

Pablo advirtió acerca de otra estrategia de Satanás: comezón de oír. “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4).

Pablo le estaba advirtiendo a Timoteo de una tendencia natural de los seres humanos de querer escuchar nuevas cosas, cosas fáciles, cosas que nos atraen. ¡Satanás crea o se aprovecha de una peculiaridad de la naturaleza humana que permite que incluso las asombrosas verdades de Dios parezcan aburridas! No debemos caer en las garras de esta arma de Satanás.

Las cuatro D

Existen muchas estrategias más que Satanás utiliza. Por ejemplo, Satanás ha sido muy efectivo con lo que se ha llamado las cuatro D. Las cuatro D del diablo son:

  • Decepción: cada vez que vemos a las personas como nuestro estándar, podemos decepcionarnos. Pero si confiamos y tenemos fe en Dios, no seremos avergonzados.
  • Desánimo: cuando nos afligimos por las decepciones, por lo regular esto conlleva al desaliento. Pero Dios nos ha dado la Santa Biblia, su plan y sus promesas para animarnos.
  • Duda: si no superamos el desaliento, este nos llevará a la duda.
  • División: las dudas y preocupaciones pueden causar una división en nuestra lealtad. Esto también puede ocasionar divisiones entre las personas y un distanciamiento de Dios.

Debemos estar conscientes de éstas y las demás armas del arsenal de Satanás. Y debemos combatirlas. Lo animamos a que estudie el artículo “Tomad toda la armadura de Dios”, el cual está enfocado en las defensas que nuestro gran y amado Padre nos da. ¡No trate de enfrentar a Satanás sin la armadura de Dios!

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