Dios nos ha dado ciertas instrucciones y pautas que nos conducen a la salud, paz mental y felicidad. Las adicciones luchan contra estas pautas.
En la siguiente serie de artículos, podrá aprender detalladamente acerca de cuatro de las adicciones más prevalentes, así como varias estrategias para independizarse de cualquier adicción por medio del poder de Dios.
Ya sean seculares o religiosas, casi todas las personas a las que les preguntamos afirmaban que las adicciones eran dañinas. Aquellos que quieren servir a Dios de una forma obediente y seguir sus instrucciones, reconocerán que las adicciones son pecados insidiosos que uno debe superar. Sin embargo en circunstancias en donde la química cerebral obra activamente en contra del sentido común y retarda el progreso, ¿hay alguna esperanza de liberación? Exige dolor, sacrificio, tiempo y esfuerzo—pero la respuesta es sí.
Un asunto pegajoso
Las adicciones son pegajosas. Todo empieza con la primera aventura de hacer algo que en el fondo sabemos que no deberíamos hacer. Ahí está: el asunto pegajoso ahora se nos ha pegado. Mientras más lo hacemos, más se nos pega.
Algunos pueden lavarse inmediatamente y quitarse lo pegajoso, odiando la sensación que tuvieron cuando estaba pegado. Pero desafortunadamente, otros sienten algo completamente distinto. Sólo cuando es demasiado pegajoso y espeso, se dan cuenta que quieren quitárselo inmediatamente.
Ellos desean quitarse esa sustancia horrible y pegajosa, pero se dan cuenta que no sale. Tratan por todos los medios de hacerlo, lavándose constantemente, y algunas veces hasta creen que están progresando. Pero entonces se acuerdan cuán agradable era la sensación de sentir lo espeso y pegajoso, y entonces pierden más terreno del que habían ganado. Las emociones que todo esto conlleva son: vergüenza, rechazo, incomodidad, depresión, ira, frustración, pérdida de la autoestima, auto acusación—y entonces todo lo pegajoso se adhiere más.
Buscando ayuda
Esta serie de artículos trata de motivar y dar hechos concretos acerca de la adicción. Cuando llegamos a la conclusión de que esta horrible adicción ha arruinado suficientes días, semanas, meses y aun años de nuestra vida, y que desesperadamente deseamos liberarnos de ella, entonces podemos empezar a buscar ayuda.
Al primero que debemos acudir es al Único que puede ofrecernos verdadero consuelo y ayuda en todo el universo, Dios. La oración puede haber sido difícil en esos períodos en que todo era más espeso y pegajoso, pero ahora debe ser una prioridad. Dios sabe exactamente cuán destructivas y pegajosas son las adicciones. Sin lugar a dudas, Él está deseoso de que busquemos su guía y liberación del pecado: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es pacientes para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
Además de buscar a Dios, también podemos beneficiarnos de la ayuda que Él nos da: otras personas, con frecuencia llamados “compañeros” o “padrinos”. A las adicciones les encanta esconderse en las sombras, en dónde secretamente nos pueden atormentar durante muchos años, posiblemente sin que nadie sepa exactamente la gran guerra que estamos librando a nivel mental.
Dejar que algunas personas seleccionadas—o tan sólo una persona—conozca la lucha que estamos librando, puede ayudarnos a superar la soledad y devastadora experiencia de las adicciones. Esta persona o personas, deben ser compasivos y estar dispuestos a ayudar en lugar de condenar o adoptar una posición de autojusticia. Dios no nos desecha ni se da por vencido, si es que volvemos a caer o cometemos errores, y las personas que saben de nuestra situación, tampoco.
Por supuesto debemos escoger sabiamente y de una manera realista a esta persona. Uno que pueda odiar lo que hace la adicción pero que también cree lo que dice Romanos 3:23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, podría ser una buena elección.
Para poder progresar constantemente, necesitamos identificar las causas de nuestra adicción. ¿Qué es lo que desencadena el deseo de ceder ante la adicción? Es necesario estar al tanto de lo que pasa y bregar con las causas además de cambiar el comportamiento. Esto nos ayudará a batallar contra la tendencia a recaer nuevamente en el problema.
Esto lo analizaremos más profundamente en cada adicción específica, pero podemos beneficiarnos de los programas, asociaciones y consejeros que se especializan en tratar y ayudar a aquellos que tienen adicciones. Entre las opciones también tenemos a los ministros locales con experiencia en consejería, así como especialistas que tengan una formación cristiana. Recuerde, todas estas personas pueden ayudarlo si es que usted se decide a utilizarlas.
La serie
Esta introducción comienza una serie de adicciones específicas que trataremos: alcoholismo, pornografía, fumar y apostar. Otras adicciones, tales como adicciones a las drogas no serán tratadas directamente; pero las estrategias y realidades acerca de la adicción en estos artículos, han sido elaboradas con el fin de cubrir algo más que tópicos específicos. Para concluir, hay un artículo que da una perspectiva acerca de lo que sucede en el primer mes que tratamos de superar una adicción.
Demos pues los primeros pasos para liberarnos de la adicción—pasos que comienzan en nuestras rodillas en oración delante de Dios, y terminan con un sonrisa en lugar de terminar estremecidos, al mirarnos en el espejo.