Algunos creen que los días en Génesis 1 no eran literalmente períodos de 24 horas. ¿Fue la creación de Dios un proceso de evolución? ¿Cuánto duraron los días de la creación?
El libro del principio, Génesis, comienza diciendo: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Se nos dice en el Nuevo Testamento que el universo visible fue hecho de cosas invisibles por Aquel que se convirtió en Jesucristo (Hebreos 1:1-2; 11:3).
Así que la Biblia nos dice que Dios, que es eterno y todopoderoso, creó todo el universo físico.
¿Hace cuánto tiempo que se creó la materia? Muchos creen que según la Biblia la creación del universo físico fue hace sólo unos 6.000 años. Sin embargo, el texto permite una interpretación diferente. Un examen minucioso de las Escrituras revela que pudo haber un lapso de tiempo entre la creación original de la Tierra y la recreación de todo lo que estaba en ella tal como está descrito en Génesis 1:3-31. Para más información acerca de esto, vea el artículo “La teoría de la Brecha”.
No está claro cuándo tuvo lugar exactamente la creación original. Pero lo que podemos ver en la Biblia es que la humanidad sólo ha estado en esta Tierra durante unos 6.000 años.
Los días de la creación en el primer capítulo del Génesis describen la preparación de la Tierra para la creación de la humanidad. Esta renovación (Salmo 104:30) era necesaria ya que “la tierra estaba [o ‘se volvió’] desordenada y vacía [del hebreo tohu y bohu ‘caótico y confuso’ o ‘estéril y desolado’]; y las tinieblas sobre la faz del abismo. Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis 1:2).
Limpieza y preparación
Cuando Dios crea, lo que hace es lleno de hermosura. La Biblia dice que los ángeles se regocijaron en la perfección de la creación de Dios (Job 38:4-11). ¡El diseño y la interdependencia son impresionantes!
Sin embargo, cuando el pecado entra en escena, la belleza puede volverse fea. Encontramos que un hermoso ser angelical, un querubín ungido que sirvió cerca del trono de Dios, prefirió dejar que el orgullo se convirtiera en rebelión. Lucifer se convirtió en Satanás, un enemigo de Dios y su propósito (Ezequiel 28:11-17; Isaías 14:12-15).
Jesucristo nos dice que vio a Satanás caer del cielo como un rayo (Lucas 10:17-18). Satanás fue arrojado a la Tierra y restringido aquí con sus cómplices, ahora llamados demonios. Sólo podemos imaginar su furia y especular acerca de la destrucción que pudo haber causado como resultado de su pecado.
Pero el propósito de Dios se mantiene, y la rebelión de Satanás no detuvo la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Dios dice: “Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé... Porque así dijo el Eterno, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano [hebreo, tohu], para que fuese habitada la creó: Yo soy el Eterno, y no hay otro'“ (Isaías 45:12, 18).
Dios no creó la Tierra en vano. Después de que se alteró de esa manera, Él se dispuso a renovarla.
Reforma y reabastecimiento
Desde Génesis 1:3 hasta Génesis 2:3 encontramos varios sucesos de creación por parte de Dios. Nótese que un “día” se refiere a una “tarde” y una “mañana”. Los días están definidos por la luz y la oscuridad, así que para que esta división de un día sea relevante, el día no puede referirse a millones de años, como veremos en nuestro examen de cada día.
Veamos cada uno de los días en que Dios preparó la Tierra para que el hombre la habitara. Parece que la descripción en Génesis 1 se da desde la perspectiva de la superficie de la Tierra.
Día 1: Dios separa la luz de las tinieblas (vv. 3-5). ¿Dónde se originó la luz llamada “día”? El sol había sido creado antes (v. 1). Pero parece, desde la perspectiva de la Tierra, que había sido escondido detrás de gases tan espesos que no entraba la luz. Dios hizo visible esta luz.
Día 2: Dios separa las nubes de los océanos (vv. 6-8). Aparentemente, el vapor de agua había llenado la atmósfera como una espesa niebla perpetua. Dios ahora separó los océanos de las nubes cargadas de agua y puso los sistemas climáticos en su lugar para sostener la Tierra con humedad.
Día 3: Dios hace que la Tierra seca aparezca y crea pasto, hierbas y árboles (vv. 9-13). Dios preparó los ecosistemas para la creación y el sustento de las criaturas marinas y terrestres. Para hacer esto, Dios primero hizo plantas y árboles (Dios sabía que estos necesitarían la luz del sol para la fotosíntesis y los insectos para la polinización, que Él proveyó en los días 4 y 5. Note que este proceso no pudo estar separado por miles o millones de años.)
Día 4: Dios hace visible el sol, la luna y las estrellas (vv. 14-19). El sol y la luna que proveían luz ya habían sido creados y puestos en los cielos para dividir la luz de las tinieblas (vv. 1, 3-5, 16-18). Ahora Dios aseguraba que la cubierta de nubes se rompiera para proveer luz y calor del sol. También significa que son para “señales y estaciones” y para “días y años” (v. 14). La palabra hebrea oth, traducida como “señales”, también se usa en Ezequiel 20:12, 20, donde la celebración y el cumplimiento de los días sagrados de Dios es una “señal” para Dios de su pueblo. “Estaciones” se traduce de la palabra mo'adim, que significa “tiempos señalados” y se usa para “festivales”. Desde el principio de la era del hombre, Dios creó las luces en el firmamento para identificar los tiempos señalados para que mantuviéramos siempre presente de su plan.
Día 5: Dios crea criaturas marinas y aves (vv. 20-23). En el quinto día los océanos y el aire estaban llenos de criaturas que Dios creó y bendijo. Les dijo que se multiplicaran. Pero como con los pastos, las hierbas y árboles frutales, sólo se reproducen con los de su “clase”. Dios creó el potencial para que se desarrolle la variedad para adaptarse a diferentes ambientes, pero hay un límite genético que no puede ser cruzado.
Día 6: Dios crea las criaturas de la tierra, luego el hombre y la mujer (vv. 24-31). Dios dio vida a los animales terrestres, cada uno de los cuales fue diseñado para reproducirse y desarrollarse dentro de un estrecho rango llamado “clase”. Luego creó un hombre y, de su costilla, una mujer. Fueron creados a imagen y semejanza de Dios, por implicación una parte de la clase de Dios (vv. 26-27). El potencial para el desarrollo de la naturaleza de Dios fue implantado con un componente espiritual llamado “el espíritu del hombre” (1 Corintios 2:11), el cual le dio a la humanidad la habilidad de crear, reflexionar, planear y diseñar. La creación física ya estaba terminada, pero la instrucción espiritual estaba a punto de comenzar.
Día 7: Dios crea el sábado (Génesis 2:2-3). Dios creó el sábado en el séptimo día descansando y bendiciendo el séptimo día, separándolo como santo.
Vemos que estos siete días culminan en la creación del día de reposo, diseñado para darnos 24 horas cada semana para desarrollar una relación más profunda con Dios.
La mención de la tarde y la mañana para cada uno de los primeros seis días asegura que entendemos que estos son días literales, no miles de años o épocas.
Dios no necesita de la evolución
El Dios Creador Todopoderoso y supremamente inteligente no necesitaba la macro evolución para ayudarlo a crear. Él nos dice que creó al primer hombre directamente del polvo de la tierra (Génesis 2:7), no a través de una larga serie de cambios evolutivos.
Los cristianos no deben sentir que sus creencias están amenazadas por la aparente aceptación a nivel global de la teoría de la evolución. Hay explicaciones para los fósiles, estratos y otras evidencias de un mundo antiguo que son compatibles con la Biblia.
Asegúrese de leer nuestro artículo “¿Pueden los cristianos creer en la evolución?” Este artículo explora lo que Jesús y los apóstoles enseñaron y entendieron acerca del Génesis. Un seguidor de Cristo creerá lo que Cristo enseñó.
Conocer y creer en el Dios Creador es una bendición increíble. La Biblia nos dice que Dios está elaborando un gran plan para añadir hijos de Dios a su familia. Ese plan nos da verdadera esperanza y un propósito. La evolución, por otro lado, no ofrece ningún plan ni esperanza.
El Génesis es preciso
El libro del Génesis es preciso. Los “días” en Génesis 1 son literalmente días que involucran el mismo tipo de tardes y mañanas que experimentamos hoy en día.
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