De la edición Septiembre/Octubre 2019 de la revista Discernir

¿Existe Dios?

Si Dios realmente existe, ¿por qué tantas personas lo dudan? ¿Cómo podemos comprobar su existencia? ¿Por qué esta pregunta es tan difícil de responder y cómo finalmente se resolverá para muchos que lo cuestionan?

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El hombre con el que hablaba era muy exitoso. Era inteligente, educado, y un hombre de negocios. Pero tratándose de religión, se sentía inseguro; se consideraba agnóstico.

No era ateo (alguien que no cree en la existencia de Dios). Simplemente no estaba seguro de si Dios es real y, como resultado, no practicaba ninguna religión.

¿Cómo sabemos que Dios existe, cuando hay tantas razones para dudar?

El agnosticismo, no saber si Dios existe, está aumentando en las sociedades occidentales. Y las razones por las que la gente duda son muchas.

Para empezar, existe una creencia generalizada en la teoría de la evolución de Charles Darwin, la cual ofrece una explicación alternativa a Dios para el motivo de nuestra existencia. Muchos consideran que creer en Dios es algo supersticioso e ingenuo.

Y además de la dificultad de creer en un Dios que no pueden ver, algunos se preguntan cómo puede existir Dios cuando hay tanto sufrimiento en el mundo. ¿Cómo puede un Dios amoroso permitir los desastres naturales, las guerras y las inquisiciones religiosas que han matado a tantos a través de la historia?

Otros dudan al ver que existen tantas variaciones del cristianismo y disputas acerca de la manera en que la Biblia debe entenderse.

Otro factor que contribuye es la conducta inmoral y la hipocresía de algunos líderes religiosos que deberían tener vidas ejemplares.

Además, algunas personas simplemente no están de acuerdo con las instrucciones de la Biblia. Prefieren decidir por sí mismas qué estándares de comportamiento seguir y rechazan la posibilidad de que una Autoridad superior tenga el poder de decirles cómo vivir. Muchos consideran los estándares de Dios acerca de la sexualidad, por ejemplo, demasiado restrictivos, anticuados e innecesarios.

¿Por qué hay tanta confusión acerca de la existencia de Dios? La Biblia nos da algunas respuestas, y también nos muestra dos maneras de comprobar que Dios existe.

Razones de la confusión

Para entender por qué el mundo duda tanto de la existencia de Dios, necesitamos volver al principio de la historia humana y un evento cuyas consecuencias nos afectan hasta hoy. Aunque muchos piensan que la historia de Adán y Eva es sólo una fábula, Jesucristo y los apóstoles confirmaron que es un hecho histórico (Marcos 10:6; 1 Timoteo 2:13; 2 Corintios 11:3).

Luego de crear a Adán y Eva, Dios les dijo que no podían comer “del árbol del conocimiento del bien y del mal… El día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:17).

Su Creador les estaba dando un consejo importante que, de haberlo obedecido, les habría traído grandes bendiciones. Una de las mayores bendiciones de haber creído en Dios y confiado en Él hubiera sido el acceso ininterrumpido al “árbol de la vida”, que representaba la vida eterna (Génesis 3:22-24).

Lamentablemente, Eva creyó las mentiras de un ser maligno llamado Satanás, quien era y sigue siendo el enemigo de Dios y la humanidad. Este ser maligno, llamado “la serpiente”, contradijo las instrucciones de Dios diciéndole a Eva: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (vv. 4-5).

Esta mentira apeló al intelecto de Eva y su deseo de libertad para escoger. Implicaba que los seres humanos no necesitamos a Dios, que Dios no es justo y que el hombre es capaz de pensar por sí mismo sin la guía de nadie. Eva cayó y comió del árbol prohibido, y su esposo Adán la imitó sin reparos (2 Corintios 11:3; 1 Timoteo 2:14).

Desde entonces, esta mentira acerca de las instrucciones de Dios para la humanidad sigue haciendo de la suyas y ha engañado al mundo entero (Apocalipsis 12:9). La filosofía de que podemos hacer todo por nosotros mismos es una especie de “ceguera” o “velo” que dificulta el discernimiento de la existencia de Dios (Efesios 4:18; 2 Corintios 3:14-16).

Y cuando las personas rechazan a Dios, pierden la capacidad de pensar con sensatez. Como explica el libro de Salmos: “Dice el necio en su corazón: no hay Dios” (Salmos 14:1; 53:1). Pablo además explica que rechazar a Dios conduce a la irracionalidad (Romanos 1:21-22, 28).

Prueba #1 de la existencia de Dios: los beneficios de su camino

Dios no se opone a que las personas usen su mente para comprobar su existencia. Una manera de hacerlo es observar los resultados de obedecer o desobedecer sus instrucciones. Como les dijo en Isaías 1:18 a algunos que lo estaban desobedeciendo: “Venid ahora, y razonemos” (Biblia de las Américas).

Dios le estaba pidiendo a su pueblo que se diera cuenta de que la nación estaba en decadencia a causa de sus pecados. No tenían buenos líderes, la tierra estaba desolada, las ciudades quemadas, y estaban siendo conquistados por extranjeros (vv. 4-7).

“El principio de la sabiduría es el temor del Eterno; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos” (Salmos 111:10).Su desgracia podía revertirse si el pueblo corregía su comportamiento: “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra”, les dijo Dios (v. 19). Él quería que compararan los buenos resultados de obedecerle con los malos resultados de su desobediencia. Esta lección acerca de las bendiciones por obedecer y las maldiciones por no hacerlo era una verdad vigente y eterna que estaban olvidando (Levítico 26; Deuteronomio 28).

Más adelante, Dios envió un mensaje similar a través del profeta Malaquías. Animó a su pueblo a “probarlo” para ver si los bendeciría por diezmar fielmente (Malaquías 3:10). Y este principio de comprobar la existencia de Dios por los resultados de obedecer sus beneficiosas leyes sigue vigente hasta hoy.

Lamentablemente, muchos cometen el error de pensar que necesitan comprobar la existencia de Dios antes de obedecer sus mandamientos. Según la Biblia, éste es un razonamiento equivocado.

El salmista entendía este importante punto cuando escribió: “El principio de la sabiduría es el temor del Eterno; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos” (Salmos 111:10).

Cuando vivimos según las instrucciones de Dios, nuestro razonamiento es más claro. Ver los resultados de seguir su camino comparándolo con otras filosofías es una prueba de su existencia.

Prueba #2 de la existencia de Dios: creación vs. evolución

Otra manera de comprobar la existencia de Dios es simplemente observar el mundo que nos rodea. La belleza, la complejidad y la organización del mundo material dan cuenta de un Diseñador magistral. La creación misma da testimonio de que existe un Creador. El rey David dijo: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19:1).

Pero, oponiéndose a la creación como prueba de la existencia de Dios, los seguidores de la teoría de Darwin aseguran que la evolución es un hecho científico. La realidad, sin embargo, es que dicha afirmación es una verdad a medias y engañosa.

La microevolución —pequeñas variaciones dentro de una especie, como las diferentes razas de perros— es real. Pero la macroevolución —la suposición de que esas pequeñas variaciones con el tiempo pueden producir diferentes especies y eventualmente todas las formas de vida diferentes— no ha sido comprobada. De hecho, ¡las probabilidades en su contra son astronómicas! Para más detalles acerca de esto, consulte “Microevolución vs. macroevolución”.

Actualmente, muchas personas (incluyendo un creciente número de científicos) han llegado a la conclusión de que la teoría de Darwin tiene graves falencias. ¿De dónde proviene la materia en primer lugar? Y, si la humanidad evolucionó, ¿dónde están los fósiles perdidos que muestran el mejoramiento gradual de nuestra especie?

“El principio de la sabiduría es el temor del Eterno; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos” (Salmos 111:10).La realidad es que la buena ciencia, el razonamiento sensato y la existencia de Dios no son mutuamente excluyentes. Para saber más acerca de la ciencia y la existencia de Dios, consulte nuestros artículos en la sección “¿Existe Dios?” de VidaEsperanzayVerdad.org.

La confusión desaparecerá

La Biblia dice claramente que para recibir todos los beneficios que Dios desea darnos, incluyendo la vida Eterna, debemos creer en Él y seguir sus instrucciones (Marcos 16:16; Hebreos 11:6). Cuando lo hacemos, el “velo” de la confusión acerca de su existencia y las expectativas que tiene de nosotros desaparecen. Como dice Pablo, “cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará” (2 Corintios 3:16).

Aunque por ahora el número de personas que Dios está llamando y que pueden evitar la confusión del mundo es pequeño, en el futuro esto cambiará drásticamente. El regreso de Jesucristo comprobará la existencia de Dios para todos.

La Biblia explica que cuando Cristo regrese, “todo ojo le verá” (Apocalipsis 1:7). Además, Satanás será atado por 1.000 años y ya no podrá engañar a la humanidad (Apocalipsis 20:1-3). Cristo gobernará todas las naciones y todos serán instruidos acerca del camino de Dios (Isaías 2:2-4).

Bajo estas condiciones utópicas, todos sabrán que Dios existe (Hebreos 8:11) y tendrán la oportunidad de recibir la vida eterna. Para más detalles acerca de este maravilloso futuro, lea nuestro folleto El Misterio del Reino.

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