Vivimos en un mundo totalmente alterado. Lo que alguna vez se consideraba errado es ahora aceptable o incluso se le considera bueno, y lo que antes se consideraba bueno se ve ahora como algo malo.
Veamos algunas situaciones que se han mencionado en las noticias en años recientes:
- En Oregón, una pastelería fue multada con $135.000 dólares por negarse a hacer un pastel de boda para lesbianas.
- Un niño en Florida recibió una reprimenda de su maestro porque estaba leyendo la Biblia en su tiempo libre de lectura.
- Nueva York aprobó una ley que podría permitirle a las mujeres abortar a sus bebés cuando estén saliendo de su útero.
- En Pensilvania hay un distrito escolar que le permite a los estudiantes transgéneros utilizar los baños según su identidad de género en lugar del sexo biológico.
- Un veterano de la fuerza aérea fue retirado por la fuerza de una ceremonia de jubilación por mencionar a Dios en su discurso.
- En Inglaterra, una pareja de lesbianas está preparando la transición de su hijo de cinco años que quiere cambiar de sexo y ser una mujer.
Lo más preocupante para los cristianos que creen en la Biblia es que hay muchas personas que ven todo esto como si fuera progreso. No aceptan la autoridad de la Biblia. Ellos creen que las personas deberían ser libres para vivir como quieran, sin tener en cuenta lo que Dios dice.
Un término utilizado para definir este sistema de creencias es humanismo secular.
Definiciones y desarrollo del humanismo secular
Aquellos que profesan esta ideología están haciendo lo imposible para mostrar su lado positivo. Ellos muestran su preocupación por la felicidad y el bienestar de su prójimo. El problema es que no creen ni quieren ninguna guía de un ser superior.
El humanista Jim Herrick describe el humanismo secular como “la filosofía de vida más humana. Su énfasis en lo humano, el aquí y ahora, lo humano… los humanistas son ateos o agnósticos que no creen en la vida después de la muerte… la moralidad tiene un origen social. Proviene de la forma en que hemos evolucionado y de nuestra habilidad de ver que hay un beneficio general si nos comportamos bien entre nosotros” (Humanism: An Introduction [Una introducción al humanismo]; pp. 1-2).
Los humanistas seculares creen que la humanidad evolucionó con todas las habilidades inherentes necesarias para crear una sociedad pacífica que funcione bien. Ellos creen que confiar en un Dios que escucha las oraciones y al que le importan las personas es algo supersticioso y fuera de moda. Creen que la ciencia y el razonamiento humano tienen respuestas reales a los problemas del mundo.
Por supuesto, no todo el que ha sido influenciado por las ideas humanistas se da cuenta necesariamente de todas las ramificaciones de este sistema de creencias. Pero los que lideran este movimiento sí lo saben. Están en guerra con Dios y haciendo todo lo que puedan para destruir sus parámetros morales, éticos y espirituales.
Por supuesto, no todo el que ha sido influenciado por las ideas humanistas se da cuenta necesariamente de todas las ramificaciones de este sistema de creencias. Pero los que lideran este movimiento sí lo saben. Están en guerra con Dios y haciendo todo lo que puedan para destruir sus parámetros morales, éticos y espirituales.
En un sentido, el humanismo no es algo nuevo. Las personas han estado dándole la espalda a Dios desde la época de Adán y Eva. Sin embargo, el movimiento secular humanista que vemos hoy tiene un desarrollo bastante reciente. Comenzó durante la década de 1930, y despegó en medio de los radicales cambios políticos y sociales de los años sesenta.
Desde entonces, la ideología humanista se ha estado esparciendo como un fuego voraz. Permea virtualmente en todo aspecto de la sociedad contemporánea. Se ha estado promoviendo por los sistemas educativos, las noticias, el entretenimiento, la publicidad y los gobiernos. Es el corazón y el meollo de las llamadas guerras culturales en la actualidad.
La agenda secular humanista
Con los años, los humanistas han publicado una serie de “manifiestos” o declaraciones en las que afirman sus creencias y metas. Los dos más recientes son el Manifiesto humanista III, que fue publicado por la Asociación Humanista Americana en el 2003, y el Manifiesto humanista 2000, que fue publicado por la Academia Internacional de Humanismo. Previamente, los Manifiestos humanistas I y II, fueron publicados en 1933 y 1973, y una Declaración humanista secular fue publicada en 1980.
Al analizar estos documentos, hay ciertos objetivos que sobresalen como las prioridades más altas de los humanistas. Entre estos se incluyen:
- Propagar la doctrina de la evolución y a la vez hacer que mengüe el concepto de Dios. El Manifiesto humanista I describe el universo como “autoexistente y no creado” y declara que el hombre “ha surgido como el resultado de un proceso continuo”. El Manifiesto humanista II afirma: “encontramos evidencia insuficiente para creer en la existencia de lo sobrenatural; es o bien sin sentido o irrelevante para la pregunta de la supervivencia y desarrollo de la raza humana”. Los humanistas niegan la existencia de lo que no es hecho de materia o no pueda ser probado por el método científico. Ya que la ciencia no puede observar o medir el mundo sobrenatural, los humanistas concluyen que no existe.
- Reemplazar los estándares bíblicos de conducta con deseos humanos. El Manifiesto humano II afirma: “La ética es autónoma y circunstancial, y no requiere ser validada teológica ni ideológicamente. La ética se deriva de la necesidad e interés humanos”.
Al negar la existencia de Dios, los humanistas también están rechazando la existencia de un código moral absoluto que debe ser obedecido y, por lo tanto, los libera para establecer sus propias reglas para vivir.
- Mantener la religión lejos de la política y el gobierno. Una declaración secular humanista reclama un estado secular que no da “ninguna consideración especial a ningún sistema teológico o religioso”. El Manifiesto humanista II establece: “La separación de la Iglesia y el Estado y la separación de la ideología y el Estado es algo imperativo”.
En los Estados Unidos tradicionalmente muchos han tomado la separación de la Iglesia y el Estado en el sentido de que las creencias religiosas y prácticas deberían ser protegidas de la interferencia del gobierno. Los secularistas quieren que esto sea interpretado para decir que no debería haber referencias a Dios en las sedes del gobierno ni demostraciones públicas de fe.
- Reemplazar la familia tradicional con estilos de vida alternativos. El Manifiesto humanista II declara que “debe ser reconocido el derecho al control de la natalidad, el aborto y el divorcio”. Los humanistas no están preocupados por mantener los matrimonios y las familias intactas. De hecho, muchos llegan tan lejos que afirman que las condiciones del matrimonio y la familia tradicionales no son algo deseable porque perpetúa la dominación del hombre sobre la mujer. A sus ojos, el matrimonio abierto, los tríos, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la cohabitación son todos aceptables, y pueden ser aún mejores opciones que el matrimonio tradicional.
El Manifiesto humanista II también afirma: “a las personas se les debe permitir expresar sus proclividades sexuales y buscar sus estilos de vida como deseen”. El creer que es errado reprimir los deseos sexuales hace que algunos acepten las prácticas sexuales no bíblicas tales como la pornografía, la pedofilia, el bestialismo y la homosexualidad.
Otros temas que los humanistas promueven incluyen el aborto, el feminismo, la igualdad de derechos para los homosexuales y transgéneros, la redistribución de la riqueza y la legalización del suicidio asistido y la eutanasia voluntaria.
Ellos se están encaminando por un camino peligroso. Isaías 5:20-21 nos advierte contra el ser arrogantes y contrarios a Dios: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo… Ay de los sabios en sus propios ojos!”. Sin embargo, esto describe la forma en que operan los humanistas.
Las ramificaciones del humanismo secular
Podemos ver los resultados de sus esfuerzos a nuestro alrededor. Las cortes y los ayuntamientos han quitado sus placas de los Diez Mandamientos. Las bibliotecas públicas ofrecen libros tales como Heather Has Two Mommies [Heather tiene dos mamis] y Atheism for Kids [Ateísmo para niños] en la sección de niños. Las escuelas y universidades adoctrinan a los estudiantes con la evolución y los estilos de vida alternativos.
Si usted se sienta a ver televisión o una película, con frecuencia los personajes son homosexuales o transgéneros, esposos sin carácter, mujeres dominantes y los cristianos son descritos como tontos con una mentalidad estrecha. Frecuentemente, las estructuras familiares que se presentan son divorciados que viven con los hijos de su anterior cónyuge, parejas del mismo sexo o adultos de distinto sexo que viven juntos, en lugar del núcleo familiar tradicional. Esto es lo que los humanistas quieren que todos vean como “normal”.
¿Adónde nos está conduciendo todo esto? Una sociedad construida sobre un sistema secular de creencias está condenada a destruirse a sí misma. El profeta Jeremías escribió: “Conozco, oh Eterno, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23). En tanto que la humanidad es una obra maravillosa de Dios (Salmos 139:14), no tenemos la sabiduría innata para decidir la mejor forma de vivir. Jeremías 17:9 nos advierte que: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”.
El humanismo secular no puede impedir las guerras, terminar con el crimen, hacer que se acabe el sufrimiento, restaurar la paz o construir un mundo mejor. No lo puede lograr porque ha dejado a Dios fuera del cuadro. Necesitamos la ayuda de Dios, su fortaleza, su guía y su dirección si es que queremos tener éxito como sociedad. Sólo Dios puede traer una verdadera solución a los problemas de la humanidad (Proverbios 14:12).
Pensemos en algunos de los principios básicos del humanismo. Su base de la ética gira alrededor de lo que nos hace felices o nos libera de nuestra miseria, y por lo tanto ser deshonestos, robar, divorciarnos, tener amoríos, ver pornografía o practicarse un aborto es aceptable si es lo que necesitamos para satisfacer esos deseos —aunque le hagamos daño a alguien al hacerlo.
Al rechazar a Dios, los humanistas seculares carecen del significado real de la vida, no hay “un cuadro más grande” que los aliente para vivir, que vaya más allá de la existencia actual y no tienen razón alguna para poner las necesidades de otros por encima de las de ellos.
Al rechazar a Dios, los humanistas seculares carecen del significado real de la vida, no hay “un cuadro más grande” que los aliente para vivir, que vaya más allá de la existencia actual y no tienen razón alguna para poner las necesidades de otros por encima de las de ellos. Su objetivo se convierte únicamente en gratificar el yo tanto como sea posible durante esta corta vida física, lo que lleva sólo a centrarse en uno mismo. ¿Puede una nación —o aun una familia— sobrevivir cuando cada uno está centrado únicamente en sí mismo?
Debemos estar alerta en contra de los peligros del humanismo secular
En última instancias, la fuerza que actúa detrás de la propagación del humanismo secular no es otro que Satanás el diablo. Así como Satanás convenció a Adán y Eva de que hicieran sus propias reglas del bien y del mal, nosotros también podemos ser engañados por un pensamiento erróneo si no estamos en guardia.
Satanás es muy astuto y sabe cómo mezclar el bien y el mal. Por esto es que ciertos temas invocados por los humanistas pueden sonar bien en la superficie e incluso tener alguna validez, pero en realidad son bastante destructivos. Pedro nos advierte: “Sed sobrios, y velad: porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Debemos entender las ramificaciones del pensamiento humanista para que no nos engañen.
No se trata sólo de estar conscientes de lo que está mal con temas como la evolución y el aborto. Proverbios 3:5-6 nos dice que no debemos confiar en nuestro propio entendimiento y reconocer a Dios en todo lo que decimos y hacemos. Cada decisión que tomamos en nuestra vida diaria puede ser influenciada por el pensamiento secular humanista —incluyendo cosas rutinarias como lo que posteamos en las redes sociales o en la clase de vestidos que compramos. Si no buscamos a Dios y en su Palabra la guía para estas cosas, estaremos actuando como si pensáramos que Él no existe.
Dios quiere que usemos nuestras mentes para pensar y razonar, pero no quiere que lo hagamos aparte de Él. Debemos evitar el enfoque de vida centrado en el hombre y en vez de eso hacer de Dios el centro de nuestra vida. Éste es el único camino a la felicidad verdadera y perdurable —para nosotros y para toda la humanidad.