De la edición Mayo/Junio 2020 de la revista Discernir

Una casa dividida en contra de sí misma

A medida que la polarización envuelve nuestras naciones, las palabras de Jesús adquieren una nueva urgencia: “una casa que está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer”. ¿Qué significa esto para nosotros?

Los escribas acusaron neciamente a Jesucristo de expulsar demonios por el poder de Satanás. Jesús respondió que si Él estuviera actuando en nombre de Satanás para expulsar a sus propios demonios, entonces el reino de Satanás no podría mantenerse.

Aunque su respuesta inmediata fue para refutar las acusaciones que le estaban haciendo, la importancia de su declaración tiene un significado que va más allá de ese episodio en particular.

Jesús dijo que un reino (o nación) dividido en contra de sí mismo no puede permanecer, y también que una “casa” dividida en contra de sí misma no puede permanecer.

¿Cuál es el significado de lo que Jesús dijo? ¿Qué significa para nuestra vida en medio de nuestras naciones cada vez más polarizadas?

La respuesta de Jesús a una grave acusación

Los tres Evangelios sinópticos describen este acontecimiento con una redacción muy similar (Mateo 12:22-37; Marcos 3:20-30; Lucas 11:14-23).

Marcos 3:22-26 nos dice: “Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú”, y “que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios”. “Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin”.

Mateo 12:24-26 tiene un lenguaje similar: “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?”

Ejemplo moderno de un reino dividido en contra de sí mismo

Jesús refutó totalmente la acusación contra Él.

¿Pero cómo se aplica su declaración en otras situaciones? Muchos pueden recordar ejemplos de reinos y familias divididos en contra de sí mismos. Podemos pensar en los antiguos reinos de Israel, Babilonia y Egipto. Podemos pensar en muchos ejemplos modernos de una nación o reino dividido en contra de sí mismo.

Sin duda, hoy en día los Estados Unidos son un buen ejemplo de esa división. En los Estados Unidos hay dos partidos políticos principales. Se caracterizan por términos como izquierda contra derecha, conservador contra liberal, demócrata contra republicano. Han tenido desacuerdos acerca de los nominados a la Corte Suprema, el derecho al aborto, la inmigración y muchas otras cosas.

Un ejemplo más reciente es la amarga división acerca de la impugnación del presidente. Y, por supuesto, actualmente los partidos están enfrentados en una polémica campaña para las elecciones presidenciales del 2020.

Los informes modernos de noticias acerca de temas políticos son menos propensos a usar palabras como división o dividido, en cambio vemos en todas partes el término polarización.

Polarización política

Siempre ha habido división y polarización dentro de las naciones y los grupos. Pero parece que hoy en día la polarización se ha vuelto más notable y se ha extendido más.

Polarización es una palabra que tiene bastantes usos. Pero enfoquémonos en lo que a menudo se conoce como polarización política. Usualmente esto se refiere a la divergencia de actitudes de lados opuestos de un asunto en particular, en lugar de tener a la mayoría de la gente de acuerdo.

Tal vez una representación gráfica puede ilustrar el concepto. Los dos gráficos a continuación representan una encuesta teórica o una votación acerca de un asunto en particular; piense, por ejemplo, en la legalización del aborto tardío o en el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El primer gráfico representa una población completamente dividida o polarizada; el segundo gráfico representa una población perfectamente unificada o unida.

Por supuesto, aunque esta representación gráfica puede servir para ilustrar el concepto, es completamente irreal e inalcanzable en el mundo real. Las estadísticas actuales acerca de cualquier tema siempre serán más confusas.

La mayoría de los problemas de la polarización política parecen surgir en los sistemas democráticos de gobierno en los que hay un sistema bipartidista o en los que la mayor parte del poder se centra en dos partidos principales.

La historia muestra que un resultado final de la polarización extrema es el colapso del Estado, un completo fracaso de un sistema de gobierno o de un Estado soberano, como en la caída del Imperio Romano.

La polarización es lo contrario a la unidad

Un ejemplo reciente del resultado de la falta de unidad es lo que ha ocurrido entre el Reino Unido y la Unión Europea.

El 31 de enero del 2020, el Reino Unido abandonó oficialmente la Unión Europea (aunque el Reino Unido seguirá operando de acuerdo con las regulaciones de la UE hasta el final del año calendario 2020).

El Brexit llegó después de que el Reino Unido pasara 47 años como miembro de la Unión Europea, casi cuatro años de arduas negociaciones entre el Reino Unido y la UE y entre miembros de los diversos partidos políticos del Reino Unido.

La polarización política: un fenómeno ampliamente difundido

Una búsqueda en Google de la frase polarización política arroja millones de fuentes de información sobre el tema. Por supuesto, hay un artículo de Wikipedia acerca del tema. La Fundación Carnegie para la Paz Internacional tiene un artículo titulado “Cómo entender la propagación global de la polarización política”.

El Centro de Investigación Pew ha publicado muchas encuestas que revelan actitudes relacionadas con el tema. Por ejemplo, su encuesta acerca de “La polarización de los medios de comunicación de Estados Unidos y las elecciones del 2020: una nación dividida” muestra que “existen profundas divisiones partidistas en las fuentes de noticias en las que los americanos confían, desconfían y se apoyan”.

Incluso se escriben libros completos acerca del tema. Un ejemplo notable es “Por qué estamos polarizados”, de Ezra Klein. Este libro fue publicado en enero, y su autor ha sido entrevistado en diversas ocasiones en cadenas de televisión como MSNBC. Pasajes del libro revelan una perspectiva interesante:

“La revolución digital ofreció acceso a inimaginables horizontes de información, pero, igualmente importante, ofreció acceso a opciones extraordinarias. Y esa increíble variedad de elección amplió esa brecha entre interesados y no interesados. Mayores opciones permiten a los devotos aprender más y a los desinteresados saber menos” y dio origen a un “sistema de medios de comunicación políticos” que “profundiza en la identidad política, endurece la polarización y aumenta los intereses políticos”.

¿Qué significa para nosotros hoy en día?

Pero como cristianos ¿cómo debemos pensar acerca de toda esta evidencia de división y polarización? La afirmación de Jesús de que una nación dividida en contra de sí misma no puede mantenerse, se puede ver en muchas profecías de la Biblia que muestran que las naciones que rompen las leyes de Dios traen castigos sobre sí mismas.

Aunque los Estados Unidos muestra muchos síntomas de división y pecado, a muchos estadounidenses les resulta difícil creer que una nación tan poderosa militar y económicamente —una nación tan bendecida— pueda caer.Aunque los Estados Unidos muestra muchos síntomas de división y pecado, a muchos estadounidenses les resulta difícil creer que una nación tan poderosa militar y económicamente —una nación tan bendecida— pueda caer. (Aprenda más acerca de la fuente de estas bendiciones nacionales y las responsabilidades que traen consigo en nuestro folleto Estados Unidos, Gran Bretaña y la Mancomunidad en la profecía).

Aunque parezca difícil de creer, la Palabra de Dios es veraz, aunque todo hombre sea un mentiroso (Romanos 3:4). ¿No se sentía inexpugnable la antigua Babilonia justo antes de caer ante los medos y los persas prácticamente de la noche a la mañana? ¿Puede tener un destino similar Estados Unidos?

La Palabra de Dios nos advierte que tengamos cuidado cuando pensamos que somos fuertes, no sea que caigamos (1 Corintios 10:12).

¿Era real la aseveración de Dios de que nuestros pecados serían castigados con el cautiverio nacional como le sucedió al antiguo Israel? Levítico 26 y Deuteronomio 28 enumeran las bendiciones por la obediencia y las maldiciones por la desobediencia, advirtiendo que Dios “Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo” (Levítico 26:19), “traerá contra ti una nación de lejos” (Deuteronomio 28:49), “y a vosotros os esparciré entre las naciones” (Levítico 26:33), y “servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare el Eterno contra ti” (Deuteronomio 28:48).

Esto le añade un énfasis categórico a la exigencia de Cristo de “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:36).

(Para más detalles acerca de la caída de las naciones que han disfrutado de las bendiciones de Abraham, así como de las reconfortantes promesas de restauración, vea nuestro artículo “¿Qué es el tiempo de angustia para Jacob?”)

La división más importante que debemos reparar: nuestra separación de Dios

Tal vez es poco lo que podemos hacer ahora para cambiar las naciones del mundo que han abandonado en gran medida cualquier vestigio de rectitud. Pero podemos reconocer y esforzarnos por corregir lo que puede ser el aspecto más importante de división y polarización: nuestros pecados que nos separan de Dios (Isaías 59:2).

Como seguidores de Jesucristo, debemos esforzarnos por asegurar que nuestros objetivos y comportamiento reflejen la verdad de la Palabra de Dios. Debemos examinarnos y tratar de acercarnos a esa verdad, sabiendo que podemos confiar en el plan de Dios para que la justicia reine en todo el mundo cuando Jesucristo regrese y se establezca el Reino de Dios. (Estudie más acerca de esto en nuestro folleto El Misterio del Reino.)

¡Qué venga pronto ese día!

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