4 aspectos para orar por los esposos

El papel del hombre en el matrimonio es importante, pero también es muy importante el papel de la oración de la esposa para que un esposo pueda cumplir bien sus responsabilidades. ¿Qué puede la mujer pedir en oración por su esposo?

Nuestra vida de matrimonio todos los días se enfrenta a grandes desafíos. En un mundo complicado, a diario padecemos de problemas de convivencia mutua, de dificultades económicas, del desafío que genera amarse, de la crianza de los hijos y de los problemas emocionales derivados de esas mismas dificultades.

Enfrentar los problemas es un desafío grande para las parejas cristianas hoy en día. ¿Cómo vivir mejor nuestro matrimonio? ¿Cómo enfrentar juntos los problemas y tener acuerdos que nos ayuden a avanzar en la solución de estos?

Una de las soluciones que ofrece Dios, quizás la más efectiva, es la que apunta al centro de la espiritualidad en el amor del uno por el otro: la oración diaria.

Estar unidos espiritualmente frente a los problemas y dificultades de este mundo, es sin duda la gran solución que Dios nos ofrece a cada uno de nosotros. Jesucristo, hablando a todos los cristianos mencionó lo siguiente: “Otra vez os digo que, si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20).

Orar por nuestro cónyuge combina las dos relaciones más importantes de nuestras vidas: nuestro pacto con Dios y nuestro pacto de matrimonio.

Esta fórmula de Dios, sin dudas nos ayuda a planificar en cómo estimularnos para salir juntos adelante y potenciar este pacto sagrado que hicimos con Dios.

El proveedor principal

Ore para que su amor no falte nunca para con su esposo. Recordar el pacto que hicimos a Dios es muy clarificador.Dios dispuso que el hombre fuera el proveedor principal en el matrimonio. Por lo tanto, él debe llevar el dinero a casa. Hoy, esta responsabilidad se comparte entre ambos cónyuges en muchos casos. Sin embargo, los esposos son los primeros responsables de salir a un mundo difícil a buscar el sustento de cada día. Son ellos los que más transitan en un mundo de maldad y ven a diario el deseo egoísta de los hombres. Los esposos cristianos están también expuestos a ambientes de trabajo hostiles, difíciles, arriesgados y en muchos casos con un ingreso que apenas alcanza para cubrir todos los gastos.

A continuación, ofrecemos cuatro aspectos por los que una esposa debe orar por su esposo:

1. Ore para que le vaya bien en el trabajo

La esposa debe orar para que a su esposo le vaya bien en el trabajo, para que halle gracia a los ojos de sus superiores. Si su esposo es jefe, que pueda dirigir y liderar bien al resto de sus compañeros y pueda dar un buen ejemplo. Si es dueño de un negocio, para que cumpla las metas establecidas y sea generoso con los demás.

Damas: conversen con su esposo de su trabajo. Pídale que le explique en qué consiste. Hay esposos que sufren problemas en el trabajo y que no los comparten en casa porque tienen un lenguaje diferente que quizás la esposa no entendería. Sea cual sea el trabajo de su marido, procure entenderlo, para que pueda orar específicamente por cada situación y pueda entender el alcance emocional que su esposo siente y que tiene su origen en las dificultades laborales.

Ore para que su esposo sea protegido de todo mal, de los peligros en la calle, accidentes fuera y dentro de la casa, robos, asaltos u otros peligros de este mundo.

Si su esposo está sin trabajo, ore por él para que no se desanime. Pocas cosas afectan más a la dignidad de un hombre como cuando no tiene trabajo. Pídale a Dios que le motive y que sea Él quien abra puertas para que encuentre un trabajo pronto. Ore para que usted pueda animarlo, estimularlo y amarlo en estas circunstancias. Él apreciará mucho su apoyo constante.

2. Ore para que su esposo la ame cada día

Muchos matrimonios hoy viven una vida tormentosa. Hay conflictos menores que terminan en problemas difíciles de resolver. La convivencia diaria es difícil porque muchas veces sienten que no se entienden. Como esposa, ore para que su amor no falte nunca para con su esposo. Recordar el pacto que hicimos a Dios es muy clarificador. Sin embargo, orar para que él la ame y ambos puedan solucionar los problemas, es una tarea diaria que nunca debe faltar en ninguna oración.

El apóstol Pablo, por inspiración de Dios, definió el amor como sufrido, que no hace nada indebido, que no busca lo suyo, que tampoco irrita y que no guarda rencor (1 Corintios 13). Por lo tanto, amar a su esposo y que él la ame a usted implica orar cada día para que Dios lo ayude a él y a usted a solucionar con amor sus diferencias y a tener una vida con más armonía.

Busque al orar cómo ambos pueden tratar los temas que les causan conflicto, para que Dios les ayude a solucionar esas diferencias. Si sus problemas de convivencia llevan tiempo, pídale a Dios paciencia para poder ver los cambios de forma progresiva. Como esposa debe orar para ser facilitadora en la mejoría de la relación. Ore para que pueda respetar a su marido (Efesios 5:33).

3. Ore para que su esposo sea un buen padre

El mucho trabajo y las pocas horas en casa por parte de él, restan tiempo para la educación de los hijos. Ser un buen padre en estos tiempos es todo un desafío. Ore por tanto para que su esposo sea un padre amoroso, cercano e interesado en la educación de sus hijos.

Ser padre no es algo innato, no viene por defecto. Dios desea que seamos buenos padres y que eduquemos correctamente a nuestros hijos. Dios, como el verdadero Padre que es, nos creó con el potencial de convertirnos en sus hijos e hijas de Él (Efesios 3:15; 2 Corintios 6:18).

Ore para que puedan los dos conversar de la situación de cada hijo en particular y puedan tener un plan común de formación y disciplina para con sus hijos. Dios dijo que ambos padres deben hacer el trabajo de hablarles de su ley: “y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deuteronomio 6:7-9).

Las oraciones de los santos de Dios fortalecen a la familia entera.Recuerde que Dios espera que usted y su esposo instruyan a sus hijos de tal manera que sean educados para obedecer a Él (Deuteronomio 30:19).

Orar para que su esposo sea un buen padre incluye que como esposa pueda estar unida con él en una estrategia, y juntos desarrollar la formación de los hijos. Será el motivo principal de nuestra oración diaria que tanto el padre como la madre puedan juntos ayudar a Dios a llevar hijos a la gloria.

4. Ore para que su esposo sea un buen líder

Tener un esposo que sea un verdadero líder es algo muy importante para la familia. Un hombre que guíe y marque el rumbo del hogar con un amor genuino, nacido de un corazón que conoce a Dios y pasa tiempo con Él en oración y lectura de la Palabra, es lo que necesita su hogar.

Orar para que su esposo tome buenas decisiones, para que se junte con gente sabia y pueda recibir buenos consejos es una tarea de todos los días. Orar para que él pueda motivar a la familia a seguir a Dios, a estudiar diariamente su palabra y desarrollar el servicio apropiado, es la mejor decisión espiritual que usted va a tomar. Orar para que él proteja a la familia de malas influencias y sepa marcar pautas que eviten sufrimientos innecesarios en el futuro, es algo que usted debe depositar en el poder de sus rodillas.

Las oraciones de los santos de Dios fortalecen a la familia entera. Orar como esposa por su marido es algo que Dios premia. Este tipo de oración fortalece la relación y estrecha los lazos amorosos del matrimonio.

Ore a diario por su esposo y cosechará buenos frutos para su matrimonio.

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Acerca del autor

Álvaro Matamala

Alvaro Matamala

Álvaro Matamala es Ingeniero en Administración de Empresas. Casado con Fabiola Jaufrett Silva. Tiene seis hijos: tres hombres y tres mujeres. Algunos de ellos ya están casados y le han dado, hasta ahora, cinco nietos hermosos.

Llegó a la Iglesia de Dios en el año 1985 e inmediatamente ingresó a los Clubes de Oratoria. Le gusta la lectura y el estudio de diferentes temas relacionados con la historia y la geopolítica internacional.

Álvaro trabajó, por casi 30 años, como gerente en diversas empresas en Santiago de Chile y en los últimos años estableció su propio negocio de publicidad.

Fue ordenado como ministro en el año 2015 y desde el año 2020 trabaja a tiempo completo para la Iglesia de Dios, una Asociación Mundial en Chile, sirviendo a las congregaciones de Curicó, Talca y San Carlos.

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