Vida, Esperanza y Verdad

La ley de Dios y el futuro

por James F. Guy Sr.

El pecado es la causa de los males hoy en día. Pero Jesús va a regresar pronto y la obediencia a sus leyes va a traer la paz. Parte 7 de la serie “¿Se abolió la ley de Dios?”.

Desde los tiempos de Adán y Eva, la humanidad decidió desobedecer a Dios. Y el mundo actual continúa en su declive hacia la anarquía. Este mundo emprendió un camino lejos de Dios mientras trata de poner al Creador totalmente fuera del panorama.

Pero se acerca el momento en el que Dios entrará definitivamente en la escena. Y cuando lo haga, su ley eventualmente será el estándar para todos.

Tristemente, antes de que eso suceda, vendrán días difíciles. Jesucristo dijo: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21-22).

¿Cómo se puede deteriorar este mundo hasta llegar al punto de poner en riesgo la supervivencia humana?

Una decisión

Hace siglos, Dios le dio al antiguo Israel una opción. Les dijo: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio 30:19).

Él les dijo que para recibir esas bendiciones era necesario “que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado” (Deuteronomio 30:16). Si lo hacían, si guardaban los mandamientos de Dios, su ley, habrían elegido la vida.

Pero si escogían no obedecerle, si decidían no “oyeres la voz de Eterno tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo” (Deuteronomio 28:15-16). Es decir, tenían que obedecer sus mandamientos —su ley.

Como Dios es imparcial (Hechos 10:34), Él le va a dar esta misma opción a toda la humanidad. Él les dio esta misma opción a Adán y Eva cuando les dio a elegir entre el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal —el árbol de la muerte (Génesis 2:9, 16-17). Y así como Adán y Eva eligieron la muerte, así mismo lo han hecho sus descendientes desde entonces. Este tipo de anarquía sólo puede llevar a la devastación y la destrucción.

La mayoría de la humanidad se ha negado a seguir los mandamientos de Dios. Como resultado, Romanos 2:12 explica que, pensando que no tienen ley, “sin ley también perecerán”, mientras que los que viven respetando la ley de Dios “por la ley serán juzgados”, por la forma como guardaron la ley.

El siguiente versículo explica claramente que “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados”.

Sin embargo, ya que la mayor parte de la humanidad se ha negado a obedecer la ley de Dios, no es de extrañar que este mundo llegue casi al punto de la destrucción total, enfrentándose a “guerras y rumores de guerras”, hambrunas, enfermedades, terremotos y mucho más (Mateo 24:6-7).

Pero en el momento más oscuro de estos eventos aterradores, “entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24:30-31).

Administración justa de la ley de Dios

Una vez que Cristo haya puesto su pie en esta Tierra, todo va a comenzar a cambiar. Él va a establecer su mandato como “Rey de reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 19:16), y “justicia y juicio [son] el cimiento de [su] trono” (Salmos 89:14).

Por fin, la paz será la norma del día —una paz que será el resultado de la justa administración de la ley de Dios.

En ese día, los maestros de la ley de Dios ya no serán marginados, y las personas “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:21).

Aquellos que enseñan la ley de Dios serán visibles, honrados y escuchados. La ley de Dios será administrada de manera amorosa y cuidadosa para el beneficio de todos. Desde Jerusalén, esos maestros llevarán “la ley” a todas las naciones (Miqueas 4:3).

Hoy más que nunca, necesitamos orar fervientemente y pedir, como Cristo ordenó: “Venga tu reino” (Mateo 6:10).

Éste es el séptimo artículo de una serie de siete partes acerca de la ley de Dios. Para leer los otros artículos de esta serie, vea:

Esta serie de artículos abarca muchos puntos básicos e introductorios acerca de por qué los cristianos deben esforzarse por guardar la ley de Dios hoy en día. Lea las siguientes secciones de Vida, Esperanza y Verdad para obtener más información acerca de por qué y cómo un cristiano debe guardar la ley de Dios:

Acerca del autor

Ivan Vera

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